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La epidemia de cólera en Haití

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Ciencia al cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

La epidemia de cólera en Haití sigue descontrolada. La poca higiene por la falta de un buen alcantarillado y de agua limpia tras el gravísimo terremoto de enero hace que las condiciones sean idóneas para que la enfermedad se propague. El brote comenzó a finales de octubre y según la última actualización del Ministerio Salud Pública y Población, ya son 104.614 los afectados y 2.323, los muertos.

Personal de la Organización Panamericana de la Salud, la OMS, del Ministerio de Salud Pública y Población de Haití y otros organismos y diferentes ONGs que se están moviendo por la zona, como Médicos sin Fronteras, están trabajando en tratar a los enfermos y en derivar a los más graves a los centros de tratamiento del cólera específicos que han abierto en estas semanas.

Hace 100 años que no había cólera en Haití, así que tienen que explicar cuáles son las medidas de prevención. Son normas de higiene muy básicas, como lavarse las manos antes de manipular alimentos, limpiar los mismos y mantener separada el agua potable de la residual, y no defecar en zonas abiertas, algo que como decimos es muy difícil en las condiciones de los campamentos donde están viviendo más de un millón de personas tras el grave seísmo.

El origen: agua contaminada

El cólera es una enfermedad intestinal. La produce una bacteria, la ‘vibrio cholerae’, que vive en el agua. Los humanos nos contagiamos si bebemos agua contaminada o comemos alimentos lavados con esa agua. También si entramos en contacto con heces contaminadas por la bacteria.

Cuando estos microbios entran en el organismo, liberan unas toxinas que hacen que el intestino absorba toda el agua del cuerpo. Pero el intestino es incapaz de contener toda esa agua, la rechaza, por eso se producen los vómitos y diarrea característicos de la enfermedad.

El cólera se trata con antibióticos,  pero hasta que termina el ciclo de vida de las bacterias, que suele ser de unos cinco días, lo único que se puede hacer para sobrevivir, el único tratamiento efectivo, es dar al cuerpo suficiente líquido para que recupere las sales, los azúcares y demás sustancias que pierde con los constantes vómitos y las diarreas. Si no se hace, la persona afectada puede morir a las pocas horas de contraer la enfermedad. Por eso es muy acudir lo antes posible al médico.

El cólera es originario de la India. Allí se produjo la primera pandemia a principios del siglo XIX.

En sucesivas avanzadillas, la enfermedad alcanzó Europa y América. Acabó con la vida de millones de personas hasta que el alemán Robert Koch apareció en escena.

Fue este científico el que descubrió que muchas enfermedades están producidas por microorganismos. E identificó la bacteria del cólera en 1883.

Más tarde el inglés John Snow se percató de que el cólera se transmitía a través del agua. Y así se aprendió cómo prevenir la enfermedad y por lo tanto, los brotes comenzaron a desaparecer.

Hoy,  en Europa sólo se producen casos puntuales, y cada vez son menos habituales los brotes en el Sur de América. Asia y África se llevan la peor parte. Y desde octubre Haití.

CIENCIA AL CUBO