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Viajes Marsans: De ganar el Gordo de la Lotería al cierre por quiebra

  • El 31 de octubre se va "todo el mundo al paro"
  • Dos de los agraciados trabajan ahora en la competencia

Por
DÍAZ FERRÁN
Protesta de los trabajadores de Marsans ante la sede de la CEOE.

El 22 de diciembre de 2009 fue un día muy feliz para decenas de los trabajadores de Marsans: les tocó el Gordo de la Lotería, bebieron cava y miraban al futuro con optimismo. Diez meses despúes, la empresa que pertenecía a Gerardo Díaz Ferrán y a Gonzalo Pascual es propiedad de Posibilitum y está a punto de desaparecer.

Los empleados de la agencia de viajes siguen protestando y el martes 20 de octubre se manifestaron delante de la CEOE. Los trabajadores llevaron una corona de flores al ex dueño y presidente de la patronal, cuya vida cambiará el 21 de diciembre, fecha en la que se eligirá a su sucesor al frente de los empresarios españoles.

En el departamento de Recursos Humanos de Marsans explican a RTVE.es que el 31 de octubre se va "todo el mundo al parocon un ERE de extinción. "Nos han puteado", subraya una representante del comité de empresa por UGT, Milagros Sanz, que explica que todo aquel al que le tocó la Lotería "ha salido huyendo, corriendo".

Ese es el caso de Mónica Delibes, que resultó agraciada con el 78.294 como decenas de compañeros de distintas sucursales,  como la de Talavera de  la Reina o la de Mérida. A ella le tocaron 150.000 euros y otros tantos recibió su madre, con la que compartía el décimo.

Premio amargo

Mónica Delibes destinó el dinero del premio a comprarse una casa en el  mes de febrero, antes de que los problemas de la empresa salieran a la  luz, así que cuando vinieron mal dadas "ya había invertido el dinero" y  tenía que hacer frente a una hipoteca "pequeñita".

Delibes salió de la oficina de Marsans en la calle Mahonia de Madrid a mediados de junio y encontró trabajo en la competencia, en Viajes Barceló. Marsans todavía le debe "media nómina de ese mes y lo correspondiente a las pagas extraordinarias", aunque piensa que "ya no se la van a pagar".

No lo disfruté y se me amargó bastante

Esta afortunada afirma sobre el Gordo que "no lo disfruto nada": no hizo nada especial, ni lo celebró por todo lo alto. Sólo una buena cena con su novio, pese a "no tener ni hambre" por las emociones de aquel día: "¡Madre mía! Muchas veces ni te lo crees".

Haciendo memoria admite que el primer mes fue "una enorme impresión", pero luego "se le amargó bastante" el premio porque estaba "preocupada por si los clientes podían o no viajar". A su juicio, la prohibición de la IATA de vender billetes de avión y la quiebra de la empresa fue "muy desagradable".

Quiebra de Air Comet

El 22 de diciembre de 2009 comenzó con mal pié para Iván Bascones, jefe de la oficina de Viajes Marsans del madrileño Paseo de la Castellana, ya que según entró por la puerta le dieron la noticia de que había quebrado Air Comet, la aerolínea del grupo, y de que "habían dejado a 20 personas en tierra".

Los primeros pasajeros afectados por el cierre de Air Comet debían coger un vuelo a Perú pero se han quedado en tierra. Indignados, permanecen en el aeropuerto por el miedo a perder el equipaje. La noticia ha cogido por sorpresa a clientes y trabajadores, que se han concentrado en Barajas, aunque, hasta el momento, ningún miembro de la compañía ha dado explicaciones (22/12/09).

Pero en hora y media todo cambió: le habían tocado 300.000 euros y la jornada que había empezado mal se convirtió en "el día más alegre de mi vida". Más adelante invirtió el dinero en comprarse dos pisos en Madrid y ahora trabaja en Halcón Viajes. Explica Báscones que luego "se lo pasó muy bien celebrándolo por ahí" e hizo "lo típico" se pilló una buena borrachera con sus amigos.

En su oficina también hubo dos compañeras a las que la suerte dejó de lado, Verónica y Belén, que "no quisieron comprar lotería y luego se enfadaron". El Gordo, en cambio, fue generoso con algunos cargos, como el director de zona,  que llevaba cuatro décimos, es decir, 600.000 euros, o un director regional que compró seis y ganó 900.000 euros.

Actualmente, los trabajadores de Marsans siguen sin cobrar la nómina de junio y "los de Crisol, Ruraltur y Mundicolor están peor", ya que no cobran desde hace cinco meses, según la portavoz del comité de empresa. Sanz apunta que a finales de octubre terminarán su contrato 40 personas, otras 45 "que no saben que va a pasar con ellas" seguirán de forma indefinida.

Marsans ya no es lo que era y su sede tampoco. Los empleados han abandonado el edificio emblemático del Edificio Pórtico en el Campo de las Naciones, del que tuvieron que irse porque la empresa no pagaba el alquiler y ahora están "en un garito de la calle Serrano" donde seguirán hasta fin de mes. Este año, en cualquier caso, volverán a probar suerte.