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Paleoartistas, los dibujantes del pasado

  • Su misión es dibujar seres vivos que jamás se han visto
  • 'Resucitan' estos animales extintos a partir de sus fósiles
  • Ver fotogalería: Animales del pasado

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Megantereon: un diente de sable del tamaño de un leopardo

Un tigre dientes de sable ruge enseñando sus temibles colmillos. Sacude la cabeza y se lanza a caminar con paso ligero entre una manada de mamuts hacia una charca donde saciar su sed. Esta escena es imposible de observar en vivo hoy en día. Los tigres dientes de sable  se extinguieron hace miles de años.

Sin embargo, podemos disfrutar de la belleza de este felino y de los detalles más espontáneos de su caminar gracias a los paleoartistas. Su misión es precisamente dibujar seres vivos que jamás han visto en la vida real, como los de este escena.

Para ello primero han de descubrir su aspecto. La disposición de sus músculos, la textura de su piel o la forma de su cola son secretos que estos animales se llevaron con ellos cuando desaparecieron de la faz de la Tierra.

Para descubrir todos estos detalles y resucitar a los animales del pasado "siempre hay que partir de los fósiles y reconstruir la anatomía superponiendo capas desde dentro hacia fuera", asegura a RTVE.es Mauricio Antón. 

Él es uno de los mejores paleoartistas del mundo. Sus obras han recorrido el mundo entero mediante exposiciones en museos, libros, documentales y publicaciones científicas.

"Mides el hueso y haces fotos de las diferentes vistas, luego buscas en ellos la zona de inserción muscular, dibujas los músculos más internos, luego los más superficiales, a continuación la grasa y luego la piel", detalla el experto. "El concepto, la técnica esencial es la misma desde hace 50 años".

Explicado de esta forma tan simple, parece pan comido. Pero no así ni mucho menos. "En el 99% de los casos los fósiles son fragmentarios y están deformados por el peso de las toneladas de sedimentos que han reposado sobre ellos", explica con la seguridad de quién se ha enfrentado en más de una ocasión a reconstrucciones difíciles.  Gracias a los programas de ordenador que han nacido en los últimos años (Mimics, Rhinoceros, Maya...) es posible devolver a estos fósiles sus proporciones originales mucho más rápidamente.

En los últimos años este arte ha incorporado un nuevo reto: el movimiento

Y también gracias a la informática, este arte que también es ciencia, ha incorporado un nuevo reto: el movimiento. Los artistas también averiguan cómo caminaban los seres del pasado y el resultado son vídeos en 3D. "Con las huellas fosilizadas, la longitud de sus huesos, las proporciones de su cuerpo y comparándolos con animales que viven en la actualidad es posible reconstruir la locomoción", asegura.

De pequeño, Mauricio quedó fascinado por las ilustraciones que veía en los libros sobre animales del pasado. Dinosaurios, reptiles voladores y mamuts pasaron por su retina del trazo de los maestros del siglo pasado como Rudolph Zallinger, Charles R. Knight y  Zdenek Burian. Y se quedaron grabados en su cerebro para siempre. Por eso estudió Bellas Artes.

Sin embargo la especialización en 'resucitar' seres del pasado llegó de una manera insólita. Estaba exponiendo sus obras surrealistas en una galería de Madrid cuando escuchó a dos chicos comentando uno de sus cuadros en los que aparecía un tigre dientes de sable. "No pude resistirme  y me acerqué para hablar con ellos. Eran estudiantes y trabajaban con el principal especialista en dinosaurios en aquellos años en España: José Luis Sanz", relata a RTVE.es. "Empecé a colaborar con él y desde entonces mi dedicación ha sido plena al paleoarte".

Suya es la reconstrucción del Homo antecessor descubierto en el yacimiento de Gran Dolina, en Atapuerca (Burgos). "Es un gran reto porque los restos hallados son fragmentarios", asegura. Además, con la reconstrucción de homínidos hay que hilar muy fino. Hay que distinguir muy bien entre un rasgo humano y otro de simio".

Tanto es así que la reconstrucción del Homo antecessor sigue en marcha. "A medida que van apareciendo nuevas técnicas se hacen nuevos dibujos. En la primera reconstrucción, por ejemplo, no se utilicé 3D".

Antón no ha parado de aprender sobre anatomía y paleontología desde que comenzó a trabajar con fósiles hace más de 20 años. Por eso ahora, con tanta experiencia a sus espaldas "a la hora de hacer una reconstrucción me gusta hacer mi propia investigación en anatomía, trabajar directamente con el registro fósil", reconoce.

Uno de los paleoartistas que más admira este vallisoletano es Mark Hallet.   Este estadounidense dibuja y también esculpe. Sus obras han recorrido los museos más importantes del mundo. Incluso ha participado en la creación de los dinosaurios de la película de Steven Spilberg 'Parque Jurásico'.

Trabaja en su casa de Oregon y suele ejecutar sus obras bajo la dirección de un especialista para la parte más científica. "Ellos tienen más conocimientos sobre cómo reconstruir la anatomía del animal", explica. "Sin embargo, en los detalles como el color, la textura de la piel e incluso el comportamiento (por ejemplo, si los dientes de sable cazaban en grupo o no) los expertos no se ponen de acuerdo, así que en esos aspectos tengo la última palabra y uso la intuición".

Uno de los más jóvenes en el arte de retratar el pasado es el valenciano Óscar Sanisidro. 

Con tan solo 27 años e inmerso en sus estudios de Biología asegura que la ilustración científica es "un paso más en mi formación como biólogo", comenta a este medio. A pesar de su juventud ha dibujado para un buen puñado de libros y publicaciones científicas. También para exposiciones de museos nacionales. Su trabajo más reciente son los vídeos de animación en 3D de las exposición de Dinosaurios de Gobi en el Cosmocaixa de Madrid.

"A los pocos años de edad ya andaba garabateando animales sobre papel continuo mientras mi padre pintaba cuadros en su taller. Más tarde dediqué parte de mi tiempo a ilustrar mis cuadernos de campo, muchos de ellos realizados a partir de mi afición por el mar y el submarinismo", relata.

Recuerda cómo se dio cuenta de que la ilustración científica es "muy precisa y objetiva". Mucho más de lo que él intuía: "El primer dibujo que hice para una publicación científica mostraba algunos aspectos del comportamiento de unos lagartos sudamericanos. El autor del artículo me hizo repetir varias veces la posición de patas y cabeza".

Las plumas del dinosaurio

A capturar imágenes de la naturaleza del presente, como las de los primeros dibujos de Sanisidro, se dedica Michael DiGiorgio.  Y muy especialmente los pájaros. Su atracción por estos animales empezó cuando era un niño de tan solo cinco años. "Los pájaros son  criaturas perfectas para pintar. Pueden volar, cantar y son coloridos. Lo tienen todo", explica.

Para captar con todos sus matices a las aves, DiGiorgio sale al campo equipado con una cámara de fotos, para captar imágenes del ambiente,  y con su cuaderno para hacer bocetos de animal. "Allí veo cómo se mueven y me hago una idea de sus gestos y posturas", señala. Normalmente el dibujo lo termina en el estudio, aunque a veces dibuja al pájaro con detalle en el campo "si permanece quieto el tiempo suficiente".

Por su profunda experiencia a la hora de dibujar aves del presente, se vio inmerso en un inesperado viaje al pasado cuando Rick Prum, ornitólogo de la Univesidad de Yale (Estados Unidos), acudió a él para ilustrar uno de los descubrimientos más sonados de los últimos tiempos: las plumas de los dinosaurios.

Me basé en un correcaminos americano y luego vinieron todas las sugerencias y cambios

"Trabajé meses y meses junto a los científicos que hicieron el descubrimiento", comenta. "Para ilustrar al Anchiornis huxley me basé en un correcaminos americano, y luego vinieron todas las sugerencias y propuestas de cambios. ¡En total hice 25 versiones hasta que se decidieron por la imagen definitiva!".

Entre la informática y las técnicas tradicionales

A pesar de que los programas informáticos se han vuelto imprescindibles para los ilustradores científicos, ninguno deja de lado las técnicas tradicionales. "Yo primero hago un boceto a lápiz y luego lo escaneo. El color y la textura las hago en ordenador", señala Antón.

Mark Hallett  trabajando en  su estudioMark Hallett  trabajando en  su estudio

El joven Sanisidro apunta que "su técnica favorita es el gráfito porque le permite imprimir un estilo personal al trazo". DiGiorgio se decanta por las acuarelas para dotar de un colorido luminoso a las aves.

Estas ilustraciones son ventanas a un mundo fantástico

Estos artistas se sumergen en un mundo mágico cada vez que cogen el pincel o el carboncillo. "Cuando dibujas sale el niño que tienes dentro", explica Mauricio Antón. "Estas ilustraciones son ventanas a un mundo fantástico. Representan un paraíso perdido. Son un ideal de la conservación donde la interferencia humana es nula", explica con emoción.

Su colega Mark Hallett desde el otro lado del Atlántico añade con aire soñador que su "mayor deseo es despertar en los demás la sensación de querer saber más sobre el mundo natural que nos rodea, sobre las fascinantes criaturas que existen hoy y existieron en el pasado".