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Un bombardeo de la Luna sólo para americanos

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Recreación de la misión LCROSS: impacto en la Luna en busca de agua

La NASA ha vendido la misión de la LCROSS como un espectacular doble impacto en la Luna que se podrá observar desde la Tierra. Pero lo cierto es que este choque, que se producirá a siete veces la velocidad del sonido con el objetivo de encontrar agua en el satélite, solo tendrá una visión óptima desde el oeste de América del Norte y con telescopios.

Así que, desde la Península, solo nos quedará el consuelo de poder ver el doble impacto a través de la página que la NASA ha habilitado para seguir online la misión.

La operación LCROSS hará que la sonda y el cohete que lleva adosado impacten sobre el satélite, lo que levantará una nube de polvo y rocas sobre el cráter Cabeus A que se encuentra sobre una región del polo sur y la cara oculta de la Luna.

En esas condiciones, donde nunca llega el Sol, es más fácil que existan restos de agua que no se han podido evaporar por las altas temperaturas y que se vean expuestos a causa del choque para ser analizados.

El evento podrá ser observado óptimamente con telescopios de aficionado en las zonas ubicadas al oeste de América del Norte, donde la noche ofrecerá una buena vista de la Luna en el momento del impacto. Sin embargo, en España serán las 13:30 del mediodía, lo que imposibilita que se pueda apreciar el penacho de polvo y hace difícil que se capte algo desde nuestros observatorios astronómicos. 

"Matar moscas a cañonazos"

César González, monitor de Astronomía del Planetario de Madrid, ha explicado a RTVE.es que desde nuestro país no se podrá ver nada de los impactos sobre la Luna "ni a simple vista ni con telescopios". No sólo es que sea de día, el astrónomo añade que además "en ese momento la Luna no estará visible, por lo que será imposible verlo desde la Península".

Josep Maria Bosch, profesor del Campo de Aprendizaje Montsec del Centro de Observación del Universo de Àger (Lleida), afirma que la NASA ha preparado esta misión para los americanos". "No se va a ver nada" desde aquí, añade, "la Luna estará a siete grados de altura, muy baja en el horizonte". Además, explica que hay que tener en cuenta otros factores que pueden influir en la observación, como por ejemplo la bruma.

Y es que en nuestro país la Luna no estará visible hasta las 23:30 de la noche, según ha explicado a RTVE.es el astrónomo del observatorio de la Universidad Complutense Armando Gil.   A esa hora los aficionados podrán intentar captar con sus telescopios algún resto del penacho de polvo lunar, aunque "lo más probable es que ya no se vea nada", concluye.

En cuanto a cómo se verá el fenómeno con telescopios de aficionado desde el otro lado del océano, Boch explica que tal vez se podrá observar "un penachito difuso" y que quizá el Hubble, que estará enfocando en ese momento a la Luna, obtenga alguna imagen "curiosa".

Para González la misión de la NASA es como "matar moscas a cañonazos". El astrónomo compara la LCROSS con el supuesto de que un "extraterrestre viniera a la Tierra a buscar agua y aterrizara en el desierto del Gobi. La conclusión sería que en nuestro planeta no hay agua".

El experto añade que se va a estudiar un "lugar muy concreto" y que para que la investigación tuviera una mayor validez "habría que hacer prospecciones en muchos sitios del satélite".

Por su parte, el profesor Bosch prevé que el impacto de la sonda "no será un acontecimiento muy espectacular en comparación con la expectación que están creando".

El guión de la misión

Los impactos comenzarán a las 4:30 de la madrugada hora del Pacífico y se producirán en dos fases. En la primera, el cohete Centauro, que viaja con la LCROSS, chocará contra el satélite y provocará una nube de polvo de hasta 10 kilómetros de altura.

Le seguirá a poca distancia la nave principal de la misión LCROSS, que fotografiará el impacto y luego atravesará la nube de polvo. Los espectrómetros de la nave analizarán las partículas desprendidas por el choque en busca de moléculas de agua.

Cuatro minutos después del alunizaje del Centauro, el satélite LCROSS se estrellará en un punto cercano al primer choque, generando otra nube de polvo aunque en esta ocasión más pequeña.

La misión tiene como fin preparar el terreno para con el tiempo volver a enviar astronautas a la Luna y establecer bases permanentes. Un objetivo que está siendo evaluado por la NASA y la Casa Blanca.