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Una patinadora británica da a luz a un bebé 48 horas después de morir

  • Jayne Soliman, de 41 años, sufrió un derrame cerebral el pasado miércoles
  • Los médicos no pudieron hacer nada por ella pero la conectaron a un respirador
  • Querían ganar tiempo para desarrollar con esteroides los pulmones de su bebé
  • La pequeña Aya Jayne nació con sólo 25 semanas y pesó menos de un kilo

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Dar vida después de morir. Eso es lo que ha hecho una patinadora británica de 41 años, que falleció a causa de una hemorragia cerebral el pasado miércoles, y que 48 horas después de que declararan su muerte cerebral dio a luz a un bebé de tan sólo 25 semanas y que pesó menos de un kilo.

Esta inverosimil historia ha sido revelada por el diario británico Daily Mail , que también explica que el recién nacido tuvo que someterse a un tratamiento de esteroides para ayudarle a desarrollar sus pulmones, que aún no estaban suficientemente maduros.

Jayne Soliman se encontraba en su domicilio cuando comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza que la hicieron desvanecerse. Enseguida fue trasladada al hospital John Radcliffe, de Oxford, donde sólo pudieron confirmar su fallecimiento, a causa de un derrame cerebral propiciado por un agresivo tumor alojado en su cerebro y que la mujer desconocía totalmente.

Fue entonces cuando los doctores consultaron a su esposo, Mahmoud Soliman, la posibilidad de mantenerla conectada a una máquina respiratoria a la deportista, de modo que contaran con un poco más de tiempo para acelerar el desarrollo del feto con medicación.

Con su aprobación, Aya Jayne -éste el nombre de la pequeña- contó con unas horas más de tiempo para desarrollarse y hacer posible su supervivencia. Y es que Aya Jayne era muy deseada por su madre, que tras su primera ecografía se echó a llorar al escuchar los latidos de su pequeño corazón. El bebé necesitará ahora de muchos cuidados para ganar más peso y terminar de desarrollarse.

Al funeral de la patinadora sobre hielo, que en 1989 llegó a ser número 7 del mundo, acudieron cerca de 300 personas, en la pequeña localidad de Reading.