Maialen Chourraut bajó como un tiro en la final de K1 slalom e hizo realidad su sueño de convertirse en campeona olímpica.
Si hubo una medalla celebrada como nunca fue el oro de Ruth Beitia. La veterana atleta cántabra lo logró con un salto de 1,97 que la convirtió en campeona olímpica, un hito que la confirmó como la mejor atleta española de todos los tiempos.
Con una remontada espectacular, el español Marcus Cooper sorprendió a todos sus rivales y se impuso en el K1 1000. Cooper subió a lo más alto del podio olímpico con apenas 22 años. Un diamante en bruto.