Francia revalida frente a Suecia su título de campeona olímpica de balonmano en Londres

• Francia derrota a Suecia por 21-22 y revalida el título conseguido en Pekín 2008
• La victoria de Francia ha llegado cuando solo faltaban dos minutos para el final

Ficha técnica:

21 - Suecia: Sjostrand; Ekberg (6, 2p), Kim Andersson (3), Karlsson (-), Jernemyr (-), Kallman (2) y Larholm (5) -equipo inicial- Mattias Andersson (ps), Gustafsson (-), Jakobsson (-), Petersen (2), Ekdahl du Rietz (2), Zakrisson (-) y Nilsson (1)

22 - Francia: Omeyer; Abalo (4), Barachet (4), Karabatic (1), Narcisse (4), Guigou (5, 3p) y Sorhaindo (1) -equipo inicial- Karaboue (ps), Fernández (2), Dinart (-), Guillaume Gille (-), Bertrand Gille (-), Honrubia (-) y Accambray (1)

Marcador cada cinco minutos: 1-2, 3-2, 5-5, 7-7, 8-10 y 8-10 (Descanso) 11-14, 12-15, 14-16, 15-18, 18-21 y 21-22 (Final)

Árbitros: Krstic y Ljubic (SLO). Excluyeron por dos minutos a Karlsson, Jernemyr, Ekdahl du Rietz y Kallman por Suecia; y a Sorhaindo y Karabatic por Francia.

Incidencias: Final del torneo masculino de balonmano de los Juegos Olímpicos de Londres disputado en el "Basketball Arena" ante unos 12.000 espectadores.

La selección francesa de balonmano ha revalidado el título de campeona olímpico que conquistó hace cuatro años en Pekín, tras imponerse por 21-22 a Suecia en la final de los Juegos Olímpicos de Londres. Suecia, pese al magnifico partido de Jonas Larholm y Johan Sjostrand, ha vuelto a quedarse a las puertas del triunfo final.

Por su parte, Croacia, que ya contaba con dos oros, tras su triunfo en Atlanta 1996 y Atenas 2004, ha logrado en estos Juegos Olímpicos su primera medalla de bronce, la misma que perdió ante España hace cuatro años en Pekín, tras derrotar por 26-33 a Hungría.

Con esta es la cuarta ocasión que los nórdicos deben conformarse con la plata en una final olímpica, todo lo contrario que Francia, que en las dos finales que ha disputado, siempre le ha sonreído la victoria.

Francia: título olímpico, mundial y continental

El guardameta francés Thierry Omeyer ha puesto sobre la mesa la calidad del equipo francés, el único en la historia capaz de encadenar el título olímpico, mundial y continental.

Los franceses no desaprovecharon una superioridad de cuatro minutos para abrir, de la mano de unos acertados Jerome Fernández y Xavier Barachet, una brecha de hasta tres tantos (7-10), que dado el desarrollo del duelo se antojaba como un auténtico botín.

Sin la posibilidad de contar con la colaboración del lesionado Dalibor Doder, que fue cambiado antes del inicio del encuentro por un inédito Mattias Zakrinsson, el excentral del Barcelona asumió toda la responsabilidad ofensiva en el conjunto sueco, una decisión que permitió a Suecia reducir su desventaja a un único tanto (15-16) apenas superado el ecuador del segundo tiempo.

Una exclusión, en este caso del lateral Kim Ekdahl du Rietz, volvió a dar alas al equipo francés, que no desaprovechó la ventaja numérica para entrar en los últimos diez minutos de partido de nuevo con tres goles de diferencia (15-18) en el tanteador.

Diez minutos definitivos

Una renta que parecía definitiva ante la habitual solvencia en este tipo de situaciones del equipo francés, pero ni Sjostrand, ni su compañero, el también guardameta Mattias Andersson, estaban dispuestos a rendirse tan fácilmente.

Como evidenciaron con dos magnificas paradas a los lanzamientos de los franceses Luc Abalo y Michael Guigou, que estrelló un penalti sobre el cuerpo de Andersson, dando la posibilidad a Suecia de volver a meterse en una final, que pocos minutos antes parecía perdida.

La derrota planeó por la mente de los franceses con la exclusión de Nikola Karabatic a menos de dos minutos para el final y la transformación del consiguiente penalti por parte de Niklas Ekberg, que dejó el marcador en un ajustado 20-21 a poco más de un minuto para la conclusión.

Situación extrema que Abalo salvó para Francia, batiendo con un preciso lanzamiento al meta sueco, que puso el marcador en 20-22 y que ya haría inútil el último gol (21-22) de Ekdahl du Rietz.