"Descubrí  Diario Pop, un programa de Radio 3, poco después de llegar a Madrid. Me gustaba escucharlo sobre todo en el coche. Con Jesús Ordovás muchos oímos, por primera vez, canciones que luego nos han ido acompañando a lo largo de los años. Han pasado muchas cosas desde que empezamos a oír aquello de la 'movida madrileña', pero es un recuerdo imborrable"

"Todos sentíamos que lo íbamos a pasar estupendamente. El cura pelirrojo, Vivaldi; el viejo Peluca, Bach; el Sordo genial, Beethoven; anécdotas de la vida cotidiana de los músicos. Antes que genios eran seres humanos. Fernando y Araceli nos explicaban lo que sentían, cómo vivían y nosotros comprendíamos sus emociones y cómo se reflejaba en la música. Ambos predicaban con el ejemplo. En su trato cercano y en su simpatía"

"Mi madre ponía la radio en cuanto se levantaba. Recuerdo perfectamente aquel 'runrún' de noticias a primera hora, antes de irnos al cole. Siempre RNE. Y se me quedó la costumbre. Me enganché pronto a aquella cabecera que me recordaba cada mañana que estábamos en España a las seis, a las siete y a las ocho. Era como un mundo mágico que llegaba por el aire para contarme historias, que no siempre entendía o me interesaban"

"Te permitía acercarte a personajes a los que nunca habías puesto voz y de los que no conocías más vida que la que contaban los libros de texto" 

"Este programa llegaba a mis oídos como una sorpresa. Era un refugio que los oyentes imaginábamos iluminado apenas por el haz de luz del flexo al que aludía de vez en cuando Carlos Faraco, el único locutor del mundo capaz de quitarse los calcetines... en antena"

"Es el paradigma del programa que todo el mundo es incapaz de hacer, pero que a todo el mundo le gustaría hacer. Tengo 36 años. La Bisagra se emitió en Radio Nacional hasta el 91, por lo que en los mejores años del programa yo no entendía nada de lo que decían. Pero era diferente. Era el único programa que hacía que mi madre y yo estuviéramos atentos"

"Antonio San José tenía una forma de hacer radio que no era común. Era un periodista de raza que dominaba los resortes de ese formato muy bien. Yo lo conocí en Radio Juventud. Me miraba en él para aprender. Corría entonces el año 1979. Me gustaba su buen hacer, tenía la palabra justa y precisa"

"Durante muchos años he sido un fan de este programa, que tenía el sello personalísimo de Ramón Trecet. La música me ha gustado siempre, pero llegó un momento en que lo que oía en la radio me parecía repetitivo, aburrido. Entonces descubrí  Diálogos 3 y me abrió la mente a nivel musical. Ritmos étnicos, el minimalistmo, new age... Fue un antes y un después"