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Stanislav Senyk es un joven fotógrafo ucraniano de 25 años que se ha propuesto describir la realidad a la que se enfrentan los estudiantes ucranianos durante la guerra. Para ello, se ha trasladado a la ciudad de Chernígov, una de las zonas más afectadas por los bombardeos.

Allí, Senyk ha fotografiado a varias promociones de alumnos que se han graduado este año. "Fue surrealista porque no estaban impresionados por esos edificios en ruinas. Era como si ya lo hubieran experimentado y se hubieran vuelto más fuertes", explica el fotógrafo. Con este reportaje, Senyk pretende recaudar fondos a través de exposiciones o subastas y destinarlos a las Fuerzas Armadas de Ucrania. De momento, ha reunido las imágenes en un álbum de graduación. Un proyecto que, además, busca preservar la memoria de una generación de jóvenes marcada por la guerra.

Podría parecer que Stanislav hace fotos de los destrozos, pero su verdadero objetivo son los estudiantes ucranianos que no han podido acabar el curso por culpa de la guerra, aunque hayan decidido tener su peculiar álbum de graduación.

"Ha sido emocionalmente muy difícil, reconoce Olga, pero necesitábamos mostrar nuestra realidad, nuestro dolor.", dice Olga, una de las graduadas.

Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España, ha pedido "voluntad política" para llevar ante la Justicia y la Corte Penal Internacional a los responsables de los crímenes de guerra que AI ha denunciado en Ucrania.
En su informe "Cualquiera puede morir en cualquier momento", la organización acusa a las tropas rusas de bombardear indiscriminadamente barrios residenciales de Járkov con bombas de racimo y cohetes que por su naturaleza tienen escasa precisión para alcanzar objetivos determinados. "Es gente que ha muerto en sus casas", ha destacado Beltrán.

Foto: Un proyectil de bombas de racimo en los alrededores de Járkov, en Ucrania. REUTERS/Ivan Alvarado

¿Quién es el patriarca ruso Kiril? ¿Cuál es su relación con Putin y por qué apoya la guerra? Nos lo explica el sacerdote ortodoxo Andréy Kórdochkin.

Olga estaba de vacaciones en Georgia cuando estalló la guerra, y allí sigue. No ha podido volver a su país. En Tiblisi recibió la noticia de la muerte de uno de sus amigos por los bombardeos.

La guerra ha cambiado muchas cosas en Ucrania. Algunas calles tienen otro nombre y hay canciones prohibidas. Es la foto de María Eulate, enviada especial.

Siguen los duros combates calle a calle para controlar el Donbás, concretamente en las ciudades de Lysychansk y Severodonetsk. En esta última, preocupa la situación en la planta química de Azot, donde se refugian entre 300 y 400 soldados y 800 civiles, según Kiev. Rusia ha atacado la planta en las últimas horas, provocando un gran incendio. Foto: Humo de la planta química de Azot, Severodonetsk. REUTERS/Oleksandr Ratushniak. 

La versión rusa de McDonald's ha abierto sus puertas este domingo en Moscú, después de que la compañía estadounidense abandonara el país por la guerra de Ucrania. Se encuentra en el mismo lugar que la primera tienda de la cadena que se abrió en la capital rusa en los 90 y que simbolizó el final de la guerra fría y el desembarco del capitalismo en la entonces Unión soviética. Foto: EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV.

La historia de Mariúpol se repite en Severodonetsk. La ciudad, convertida en un montón de ruinas, está cerca de caer en manos rusas, pero unos 300 combatientes ucranianos y varios cientos de civiles se han atrincherado en la zona industrial y resisten como pueden, aunque se están quedando sin reserva de municiones. Los combates son feroces. Según la inteligencia británica, ambos bandos sufren importantes pérdidas humanas. Kiev reconoce oficialmente la muerte de 10.000 de sus soldados desde el comienzo de la invasión.

Foto: Una carretera en Severodonetsk (AP Photo/Oleksandr Ratushniak)

El batallón de Azov, según dónde preguntes, es héroe o villano. Miembros de este grupo fueron la resistencia ucraniana en la acería de Azovstal, capturados por Rusia, que se refiere a ellos como criminales de guerra. Nos lo cuenta Alejandra Martínez, redactora del área internacional de RNE.

Volodimir busca trabajo en Alemania echando mucho de menos Ucrania. Tiene pensado viajar en cuanto pueda para llevar ayuda a su país.

La foto la hace María Eulate en Borodyanka, donde los ucranianos que han perdido sus casas se alojan en contenedores que ha enviado Polonia.