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La situación de la población en Ucrania es cada vez peor, sobre todo en zonas como Mariúpol donde se habla se auténticas catástrofes. Jaime Nadal es responsanle del Fondo de Población de Las Naciones Unidas (UNFPA) en Ucrania y nos cuenta en Las Mañanas de RNE como su labor se ha visto enfocada exclusivamente al envío de ayuda humanitaria a las fronteras del país. Se estima que ya hayan cruzado la frontera cerca de 2,3 millones de personas, entre las que se encuentran principalmente mujeres y niños. Por ello, uno de los objetivos de trabajo de la UNFPA se centra en la protección a las víctimas de violencia sexual y de género, que en situaciones de conflicto aumentan de forma significativa.

Además, cuentan con un foco principal dedicado a la salud reproductiva: “Estamos repartiendo kits de asistencia en casos de emergencia, que permiten la realización de partos limpios y cesáreas”, explica Nadal, sobre una situación que, estiman, afecta en el país a más de 265.000 mujeres,  que están dando a luz en estaciones de metro, búnqueres y bajos de edificios.

Nadal destaca que la labor de las Naciones Unidas todavía no ha terminado en Ucrania y que no cuentan con un plan de evacuación. Señala que tienen intención de incrementar la ayuda humanitaria y que tienen “un compromiso firme” con los ucranianos y ucranianas, para tratar de aliviar “las consecuencias tan terribles que la guerra está teniendo para ellos”.

Hoy en Por tres razones hablamos de la ola de solidaridad que ha surgido a raíz de la guerra en Ucrania. Las organizaciones y asociaciones de acogida de todo el mundo se están coordinando desde hace más de dos semanas para proporcionar, a las personas ucranianas que huyen del conflicto, bienes de primera necesidad y acogida en diferentes territorios.

Contactamos con la ONG Expoacción, emplazada en Asturias, que organiza desde hace años el programa Vacaciones en Paz para menores provenientes de Ucrania. Según nos cuenta Jorge Enrique González, su presidente, ahora están saturados con las llamadas, ya que 2.400 familias se han ofrecido para acoger familias ucranianas. Asimismo, Liuba, monitora ucraniana que ayuda en la frontera con Polonia, y Maite Pérez, madre de acogida de una niña ucraniana, nos cuentan cómo se están organizando para ayudar.

Desde Cataluña, la ONG Osona amb els nens lleva desde 1997 acogiendo a niños ucranianos y bielorrusos que tuvieron que desplazarse y buscar alternativas después de dejar sus casas tras la explosión de la central nuclear de Chernóbil. Como nos cuenta el vocal de la organización, Federic Lluret, son los propios niños que han venido a pasar veranos en España durante años, los que ahora se han puesto en contacto con la ONG para poder ayudar a sus familias y conocidos que se encuentran en situación de refugiados. Lloret afirma que la prioridad es ofrecer alternativas habitacionales a las personas que llegan a España huyendo de la guerra, sin tener que separar las unidades familiares. En Osona ya son 30 las personas que han podido acceder a una casa y esperan la llegada de otras 30 personas en los próximos días, mientras se coordinan con organizaciones como Cruz Roja y ministerios para poder acelerar la tramitación de su condición de refugiados.

Héctor Pérez, panadero, nos cuenta la historia de cómo él y su compañero Paulo Ribeiro, provenientes de Castroverde, en Lugo, acudieron con sus coches a recoger ucranianos y traerles a España. Pérez cuenta cómo se han organizado a través de un grupo de mensajería instantánea donde otras 30 personas se han ofrecido para hacer lo mismo, y ahora son 20 los vehículos que han partido en dirección a Ucrania para ayudarles a llegar a España. Mané Miranda, otro de los voluntarios, nos cuenta cómo ha sido el viaje hasta Polonia, hacia donde se dirigen con cuatro coches cargados de bienes necesarios y volverán con personas que han salido de Ucrania. David de la Riva, en la misma situación, nos cuenta cómo ha sido el viaje, y que le ha encantado poder ayudar, pero que no repetiría por la dureza del viaje.

También hablamos con Manolo Jiménez, comandante del avión de la aerolínea valenciana Air Nostrum, que ha fletado uno de los dos aviones para traer refugiados, en coordinación con la Generalitat y la ONG Juntos por la Vida.

400 refugiados de la guerra de Ucrania han pasado ya por Extremadura en su camino hacia Portugal. Les ha prestado apoyo Cruz Roja, que apela a la solidaridad, pero advierte. La ayuda eficaz es por canales bancarios o electrónicos, nunca puerta a puerta.

La frontera con Polonia se mantiene en temperaturas bajo cero, con tres grados en negativo y una sensación térmica de menos 10. Hasta allí siguen llegando familias tratando de buscar algo de calor entre las hogueras y las carpas instaladas. Victoria, quien ha llegado con su madre y su hermano, nos cuenta cómo el 23 de febrero estaba yendo a la universidad y el 24 se vio convertida en una refugiada. Tras 15 horas de viaje en tren, de pie, pudieron llegar desde Kiev hasta Lviv, pero tuvieron que dejar atrás a sus abuelos debido a las limitaciones de movilidad que sufren. Ahora, van camino de una nueva vida, como otros muchos ucranianos.

Enviados especiales Isabel Jiménez y Fernando Torrico.

Desde su llegada a España, Cruz Roja les asesora para que soliciten la protección temporal y atiende su necesidad urgente de acogida. También les acompaña en pasos tan necesarios para su adaptación como el aprendizaje del idioma. Desde la oficina de atención al solicitante de asilo, Noemí Martínez habla con José Zamora, coordinador del programa de personas refugiadas de Cruz Roja. 

Ucrania asegura que Rusia ha bombardeado un hospital materno infantil en Mariúpol. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lo denuncia a través de sus redes sociales y aprovecha para pedir a la comunidad internacional el cierre del espacio aéreo, lo que supondría un enfrentamiento directo con Rusia. Según la las primeras declaraciones del gobierno regional en televisión, ningún niño ha resultado herido y tampoco habría muertos. Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores había alertado ya que cerca de 3.000 recién nacidos carecen de medicamentos y alimentos en la ciudad.

Ocurrió anoche. Esta ha sido una madrugada de bombardeos que siguen asediando la ciudad de Mariúpol. Se sigue intentando que se abran los corredores humanitarios para que miles de personas puedan salir. Están sin comida, agua y con unas temperaturas bajo cero.

Informa Alejandra Martínez

Victoria es una joven de 18 años de Kiev. Hace dos semanas tuvo que escapar con su madre y su hermano. "Mi madre me despertó y me dijo: Ha empezado la guerra, tenemos que irnos". A Victoria aún le cuesta creer que lo que ha pasado sea cierto. Ha tenido que dejar atrás a sus abuelos, enfermos: "No pudimos esperarlos". En unos días viajarán a Ciudad Real. Allí los esperan la familia que, en 2017, acogió a Victoria durante un verano. Informa la enviada especial de RNE a la frontera, Isabel Jiménez, con la asistencia técnica de David Velasco. 

Jesús Cruz, coordinador de emergencia en Ucrania de Médicos del Mundo, se encuentra en la ciudad de Chernovtsi en la frontera de Ucrania con Rumanía. Dese allí nos cuenta que la “situación es dramática” por la escasez de material médico para poder realizar operaciones en hospitales. Médicos del Mundo se ha desplazado hasta esta ciudad para crear un corredor humanitario para el envío de material médico que, según Cruz, el problema no está en introducir este material en Ucrania sino en hacerlo llegar a los hospitales que se encuentra sitiados. Cruz aprovecha para insistir en que las necesidades en Ucrania son de todo tipo, no hay que olvidar a las personas con enfermedades crónicas que han interrumpido sus tratamientos médicos o a las embarazadas que están dando a luz en refugios porque la ruta a los hospitales están cortadas.

España tiene listas 12.000 plazas para acoger a refugiados ucranianos. Y con el paso de los días surgen nuevas iniciativas solidarias de particulares y de ayuntamientos. Hace 20 años Toñi le ofreció su casa a Anastasia para que huyera del desastre de Chernóbil y hoy, de nuevo, para que huya de la guerra. Por fin se han reencontrado... un viaje interminable que ha hecho con su madre y con Igor, su hijo de 5 años. Una Iglesia ortodoxa de Huelva organizó el viaje con donaciones para fletar este autobús. En coches particulares como en Getxo, Vizcaya. Cuatro furgonetas han conseguido poner a salvo a estas familias. En familias de acogida, voluntarios, pero también con recursos públicos, como estas familias acogidas por el gobierno vasco que han llegado a Oñati, Guipuzkoa. Dentro del sistema España ha acogido ya a más de mil ucranianos, pero se esperan cifras mucho mayores y hay que estar preparados, decía hoy el secretario de Estado. Jesús Javier Perea - Secretario de Estado de Migraciones "No se trata únicamente de traer personas, se trata de darles una vida en España en un tiempo récord". De momento se han aumentado las plazas de acogida disponibles hasta 12.000 Y hay 5.000 camas hospitalarias.

FOTO: EFE/ Borja Sánchez Trillo

En el paso de Medyka no ha dejado de nevar y por todas partes hay fogatas, estufas y brasas para que todos los refugiados ucranianos puedan calentarse. Un estudiante jordano nos cuenta que la intervención de su embajada ha sido decisiva para que él y otros compañeros pudiesen de salir del país en autobús. En este paso fronterizo también hay luz y música, David ha arrastrado un piano entre un montón de bolsas de ropa y ha empezado a tocar: “Quiero dar música para que la gente pueda sentir que la guerra queda atrás, que están en Europa y que están seguros”.

Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico, enviados especiales de RNE en la frontera polaca

En el decimocuarto día de guerra en Ucrania, el Ejército ruso continúa su avance hacia Kiev, donde se espera un ataque "en los próximos días". Desde el inicio de la guerra ya son más de dos millones los refugiados que han abandonado el país.

Ucrania pudo evacuar este martes a civiles atrapados en Irpin y Sumi y Rusia se ha comprometido a mantener abiertos seis corredores humanitarios este miércoles. Sin embargo, en Mariúpol la evacuación ha sido imposible por ahora.