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El embajador estadounidense en España, Alan Solomont, ha afirmado que confía en que las filtraciones de documentos secretos por la web de Wikileaks "no dañará las excelentes relaciones entre España y Estados Unidos", ya que "no reflejan la opinión de los líderes de mi nación o la política nacional". En una declaración este martes, el representante diplomático ha subrayado que España y EE.UU. tienen una muy importante agenda de cooperación y comparten intereses y valores comunes. "España es un aliado clave y un socio estratégico de Estados Unidos", ha afirmado Solomont. Sobre los documentos filtrados por Wikileaks y publicados por varios diarios de distintos países, el embajador ha afirmado que son cables diplomáticos que incluyen "informes incompletos y subjetivos".

  • Niegan la filtración de Wikileaks sobre presiones de EE.UU. para frenar causas
  • Entre esas causas está la muerte de Couso, los vuelos de la CIA o Guantánamo
  • La Fiscalía General del Estado niega "injerencias externas" en la justicia
  • Los fiscales de la Audiencia niega "instrucciones" y defiende su "independencia"
  • Los jueces Pedraz y Velasco: "somos maduros como para dejarnos presionar"
  • El ministro de Justicia defiende las actuaciones "claras" de los fiscales

Hay cientos de informes sobre la cárcel de Guantánamo y sobre todo, de las negociaciones de Estados Unidos con varios países para que acogieran a los presos. Wikileaks ha facilitado también documentos sobre como los diplomáticos estadounidenses ofrecieron diferentes cantidades de dinero a varios países para que acogieran presos de Guantánamo y Obama pudiera cumplir con su promesa de cerrar la prisión.

Los ministros de Exteriores de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur se reunirán el próximo 6 de diciembre para analizar la crisis del mar Amarillo. Estudiarán la propuesta de China de convocar una cumbre a la que se invitaría a Corea del Norte, que ha desplegado sus misiles en respuesta a las maniobras conjuntas de su vecino del sur y los nortemaricanos. Corea del Sur ha advertido a Corea del Norte de que "pagará" futuras provocaciones. En un discurso televisado, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, ha condenado con crudeza el ataque norcoreano que el día 23 mató a cuatro personas en la isla de Yeonpyeong y, por primera vez, se ha disculpado por la reacción del Gobierno, tachada de blanda y tardía. "Ha llegado el momento de que demostremos nuestra determinación con acciones en lugar de con demasiadas palabras", ha dicho Lee, que ha recordado que Seúl cuenta con el apoyo de la mayor parte de la comunidad internacional.

Eran confidenciales o secretos. Pero ahora estos papeles dejan al desnudo el lado oscuro de la diplomacia estadounidense con mensajes nada diplomáticos sobre muchos líderes mundiales.

Vládimir Putin aparece retratado como el "macho alfa" que mueve los hilos de Rusia. Del líder libio Muamar el Gaddafi dicen que le gustan las enfermeras rubias y voluptuosas. De Berlusconi, que participa en fiestas salvajes. A Ahmadineyad lo llaman 'Hitler'; y a Sarkozy, el "emperador desnudo".

Reprochan a Angela Merkel su incapacidad para asumir riesgos y su falta de creatividad; y al príncipe Andrés de Inglaterra, sus críticas a los investigadores anticorrupción y algunos ingresos de dudoso origen. Y llegan a pedir información sobre la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Fernández.

The Guardian, Le Monde, The New York Times, El País y Der Spiegel no sólo publican esas descalificaciones. También documentos que cuestionan la política exterior de la Casa Blanca, que ordenó espiar al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y vigilar de cerca la "agenda islamista" del primer ministro turco.

Y sobre el programa nuclear iraní, revelan recelos entre países árabes. El rey saudí pide a Washington que "corte la cabeza de la serpiente" y Abu Dhabi dice que prefiere una guerra ahora a un Irán nuclear mañana.

El fiscal general de Estados Unidos ha abierto una investigación criminal por la filtración masiva de documentos. Una filtración que viene de Wikileaks, la web que se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para la Administración Obama.

En los documentos de Wikileaks, Rodríguez Zapatero aparece descrito como un político cortoplacista que supedita los intereses comunes al cálculo electoral. Cuando llega al poder, la Embajada define sus ideas como propias de una izquierda trasnochada y romántica. Llega a decir que es un problema para la política exterior de Estados Unidos y califica la relación con España de errática y en zigzag.

Desde el Gobierno dicen que no van a comentar el contenido de esos documentos y que es la administracion estadounidense la que tiene que analizar lo ocurrido.

Los filtraciones sobre nuestro país se remontan a 2004. En ellas se revelan presiones de la embajada estadounidense a empresarios, ministros y jueces. Por ejemplo, para conseguir la extradición a Estados Unidos de un traficante de armas.

Según estos papeles ningún político español despierta entusiasmo en Washington: sólo la figura del Rey se ve con simpatía.