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Hacer un cálculo es difícil porque a las grandes donaciones se suman muchas pequeñas. En julio Trump llevaba 347 millones de dólares recaudados y Biden 328, aunque el demócrata batió un récord en agosto de 350 millones en un solo mes. La recta final de la campaña es la más cara y en la que más fondos se recaudan, pero aún no hay datos.

No. De hecho, ha habido cinco ocasiones en las que el presidente obtuvo menos votos que su rival. La última fue 2016, cuando Donald Trump se convirtió en presidente a pesar de lograr 3 millones de votos menos que Hillary Clinton. En el año 2000, George W. Bush fue elegido presidente a pesar de obtener menos votos que Al Gore. En EE.UU. los ciudadanos no votan directamente al presidente, sino que eligen a los 538 compromisarios del Colegio Electoral que elegirá, en diciembre, al nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Pueden votar todos los ciudadanos estadounidenses, residan o no en EE.UU., que tengan más de 18 años y que se hayan registrado para votar. No pueden votar, sin embargo, habitantes de territorios como Puerto Rico o Guam. Tampoco algunas personas convictas o con determinadas discapacidades intelectuales.

Sucede así desde 1845. Noviembre coincidía con el final de la cosecha y eso facilitaba que la gente pudiera ir a votar. Se eligió celebrar las elecciones en día laborable porque los sábados eran días sagrados para los judíos los domingos para los cristianos. Al optar por el primer martes después del primer lunes de noviembre se evitaba, además, que las elecciones coincidieran con la festividad del 1 de noviembre.

Más de 200 millones pueden hacerlo, pero lo habitual es que la participación no supere el 60%. En las últimas elecciones votaron 136 millones de estadounidenses. El hecho de que se vote en día laborable no favorece la afluencia a las urnas. No obstante, en casi todos los estados se puede votar por adelantado, algo que los estadounidenses han hecho este año, en números récord, por culpa de la pandemia.

Los colegios de la costa este cerrarán a la una de la madrugada hora peninsular española y los de la costa oeste lo harán a las seis. Los resultados definitivos los conoceremos entrada la madrugada aquí en España. Puede que incluso por la mañana. En 2012, Barack Obama proclamó su victoria en Twitter a las 5.12h. En 2016, el escrutinio estuvo más apretado. Hillary Clinton concedió su derrota frente a Trump a las 8.30h de la mañana.

Los fundadores de los Estados Unidos crearon una capital políticamente neutral. Sin embargo, en Washington D.C. viven 700.000 habitantes, que pagan sus impuestos, pueden elegir al presidente pero no tienen derecho a elegir congresistas. Se han lanzado varias iniciativas para convertir el distrito de Columbia en el estado número 51, pero los republicanos se resisten al ser un territorio de tradición demócrata.

En estas elecciones también está en juego el Congreso estadounidense. Se renueva toda la Cámara de Representantes, actualmente dominada por los demócratas, y un tercio del Senado, que ahora mismo está controlado por los republicanos. El resultado será clave para que el presidente electo pueda aplicar su programa.

Generalmente, si Wall Street va bien, el partido que está en la Casa Blanca se mantiene. Si va mal, hay cambio. De las 27 veces que el Dow Jones ha opinado, por así decirlo, ha acertado en 25. El mayor fallo que se recuerda es cuando apuntaba a una clara victoria de Al Gore y finalmente George Bush hijo ganó las elecciones.

Si ninguno de los dos candidatos alcanza los 270 delegados necesarios, la presidencia la decide la Cámara de Representantes. Sus miembros tienen que aglutinarse por estados y cada 1 de los 50 estados tiene un voto. Gana el que logra 26 apoyos. La última vez que se usó esta elección contingente fue en 1824 cuando John Quincy Adams llegó a la Casa Blanca.

Porque así ha sido desde 1964. Ohio es uno de los famosos estados bisagra que no es de tradición ni demócrata ni republicana, sino que varía. Los expertos coinciden en que es una perfecta reproducción del país, pero en pequeño, por su diversidad social y cultural. Los resultados de Ohio nunca se han desviado más de un 3% del resultado nacional.

Aunque hay partidos pequeños, la normativa favorece el bipartidismo. Primero por el sistema electoral indirecto. El candidato más votado en un estado se queda toda la representación en el colegio electoral. En segundo lugar, porque no se contempla una segunda vuelta como en otros países en la que un tercer partido podría tener influencia. El partido verde o el libertario siempre se representa pero tienen un peso insignificante.

Se presentan 1.226 candidatos en estas elecciones, pero teniendo en cuenta cómo son las reglas electorales estadounidenses y lo complejo del sistema de captación de fondos, las posibildiades de que cualquiera de ellos entre en una disputa real con los grandes es casi nula. En más de 230 años, solo el primero,  George Washington, fue elegido como candidato independiente.

En un afán de representar al pueblo, la Cámara cuenta con 435 miembros repartidos entre los estados de manera proporcional según su población y se renueva al completo. Actualmente está dominada por los demócratas y es la encargada de elaborar las leyes, aunque necesita la aprobación del Senado para que siga delante.

Hasta 1933 tomaban posesión el 4 de marzo, pero tras el crac del 29, se aprobó la vigésima enmienda de la Constitución que fija el 20 de enero como día oficial para las tomas de posesión. Los delegados del colegio electoral elegidos el 3 de noviembre votan al presidente a primero de diciembre

El Senado tiene 100 escaños, dos por estado, independientemente de su tamaño o población. Actualmente está dominado por los republicanos y en estas elecciones renueva a un tercio de los senadores. Es una cámara fundamental para aprobar nombramientos como los jueces del Tribunal Supremo o miembros del Gobierno. Además puede encausar funcionarios y respaldar los tratados que firme el presidente.