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La cifra de niños que no van a la escuela en Afganistán ha aumentado por primera vez desde el año 2002, cuando la caída del régimen de los talibanes un año antes permitió iniciar un proceso de vuelta de los niños a clase, especialmente las niñas, a las que se les había negado en gran medida hasta entonces ese derecho. Según Unicef, el conflicto en curso y el empeoramiento de la situación de seguridad en todo el país, junto con la pobreza profundamente arraigada y la discriminación contra las niñas, son los motivos de que esto ocurra. Así lo detalla el organismo en el estudio publicado este domingo Iniciativa mundial sobre niños fuera de la escuela: Afganistán, en el que se subraya que casi la mitad de los niños de entre 7 y 17 años de Afganistán (3,7 millones) están fuera del sistema educativo. De éstos, las niñas representan el 60% de la población no escolarizada, lo que las sitúa en una desventaja particular y agrava la discriminación por género. En las provincias más afectadas como Kandahar, Helmand, Wardak, Paktika, Zabul y Uruzgan, hasta el 85% de las niñas no van a la escuela.

Una madre de diez hijos fue ingresada hoy en una prisión local después de que la Fiscalía del Condado de Sonoma, al norte de California (EEUU), la acusará formalmente de nueve cargos por golpear y torturar a los menores. Ina Rogers, de 31 años, compareció hoy en la corte y se le fijó una fianza de 495.000 dólares, además de presentársele los nueve cargos debido a los maltratos que propinó a sus hijos, con edades comprendidas entre los 4 meses y 12 años de edad.

El caso salió a la luz pública cuando las autoridades respondieron a una llamada por la desaparición del hijo mayor y que dio pie el lunes a la detención por negligencia de la mujer, que fue liberada tras pagar una fianza de 10.000 dólares, así como de su esposo y padre de los hijos, Jonathan Allen, de 29 años.

De acuerdo a la Fiscalía, los agentes encontraron en la vivienda familiar ubicada en Fairfield, al noreste de San Francisco, a los pequeños con heridas y cicatrices producidas por armas punzantes, además de quemaduras y hematomas a causa de disparos con pistolas de perdigones.
La Fiscalía asegura que los niños, hallados en la sala de la casa regada de "inmundicia" y heces, fueron sometidos a la tortura de ahogamiento simulado, entre otros castigos.

Sharon Henry, vicefiscal del Condado, dijo incluso que los menores fueron torturados "con fines sádicos". El hombre, al que se le impuso una fianza de 5,2 millones de dólares, se declaró el martes no culpable de al menos siete cargos graves de tortura en contra de niños y nueve cargos de abuso infantil y poner en riesgo la vida de los menores.

La acusaciones a la pareja tiene lugar cinco meses después de que las autoridades del sur de California arrestaran a los esposos David y Louise Turpin, acusados de maltratar y mantener secuestrados a sus 13 hijos en su hogar. Ina Rogers y Jonathan Allen comparecerán de nuevo en la corte el próximo 24 de mayo.

El australiano James Harrison, conocido como el "hombre del brazo de oro", ha donado sangre por última vez. Harrison tiene un anticuerpo en la sangre que se usa para producir el medicamento Anti-D, que se administra a las madres cuya sangre corre el riesgo de atacar a sus bebés, en lo que se conoce como enfermedad hemolítica del recién nacido o EHRN. Desde 1954, Harrison ha donado su sangre 1.173 veces. El Servicio de Donación de Sangre de la Cruz Roja Australiana calcula que ha ayudado a salvar la vida de más de 2,4 millones de bebés. Con 81 años, ya ha superado la edad límite para ser donante, por lo que se ha visto obligado a "jubilarse".