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Los candidatos a la Casa Blanca, el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton, han protagonizado este domingo dos jornadas maratonianas. A dos días de las elecciones presidenciales, los dos aspirantes, con agendas apretadísimas, han recorrido numerosos estados clave para intentar arrebatar votos electorales a su rival en los últimos instantes. Clinton ha viajado a Pensilvania, Ohio y Manchester mientras que el magnate ha centrado sus esfuerzos en el Medio Oeste.

La jornada de este domingo, además, ha estado marcada por la decisión del FBI, que ha resuelto que Clinton no debe ser procesada por el caso de los correos electrónicos. A pesar de la resolución, su contricante, Donald Trump, ha asegurado desde Michigan que la exsecretaria de Estado es culpable: "Ella lo sabe y el FBI también".

Noam Chomsky, uno de los grandes referentes intelectuales de Estados Unidos, está en Barcelona. Dice estar muy pesimista sobre el auge del populismo y califica de "dramática" la ausencia durante toda la campaña electoral estadounidense de un debate sobre los grandes retos de la primera potencia mundial.

Las encuestas dicen que los resultados en EE.UU. van a estar muy ajustados y algunos destacan que en algunos estados siguen votando con anticuadas máquinas de papeletas perforadas, que cuentan con más de 50 años. Son los mismo aparatos que hace 16 años provocaron un terremoto electoral en Florida, y que llevaron a la presidencia a George Bush hijo.

Trescientos millones de armas siembran Estados Unidos de miles de muertos anuales por disparos, pero los partidarios de su uso las defienden a toda costa. Votantes de Trump pasean fusil de asalto al hombro para demostrar su convicción de que un estado más armado es un estado más seguro. Con el apoyo del a Asociación Nacional del Rifle, el candidato republicano juega fuerte esta baza y promete el nombramiento de jueces que protejan este derecho, la segunda enmienda.

Obama en Carolina del Norte, Bill Clinton en Colorado y su mujer, la candidata demócrata, lo da todo en Pennsilvania e intentará arrancar puntos en el dudoso estado swing, Ohio. Los hijos de Donald Trump se reparten entre Nuevo México, Michigan, Arizona, con su población de origen mexicano, mientras el patriarca se centra en New Hampshire, donde intentará romper el empate que predicen las encuestas.

Estados Unidos arde en campaña mientras los equipos de los candidatos agotan las últimas horas de combate electoral. Escándalos sexuales, investigaciones del FBI, trapos sucios y descalificaciones, pero también muchas promesas. Latinos y mujeres votarán con peso, y la masa de trabajadores blancos arruinados por la economía global también. Los dos candidatos más odiados en muchos años se enfrentan por el trono del mundo el 8 de noviembre.

  • El artista Antoni Muntadas recopila la narrativa publicitaria de las elecciones presidenciales en EE.UU.
  • Su documental, Political Advertisement IX 1952-2016, puede verse en el Museo Reina Sofía
  • “Donald Trump no me interesa ni como fenómeno sociológico”, dice en una entrevista para RTVE.es

A cinco días de las elecciones presidenciales, los candidatos demócrate y republicano apuran sus últimos días de campaña aupados en sus fieles, voto femenino y minorías hacia Hillary, trabajadores blancos de clase baja hacia Trump, y esquivando sus escándalos. La resucitada investigación de los corrreos electrónicos de Hillary Clinton ha sido una piedra inesperada en el camino de la demócrata hacia la casa Blanca. Trump, por su parte, arrastra el estigma de acosador sexual, que no atenúa con los contraataques y las excusas inocente juego masculino.

Las encuestas no otorgan una victoria clara a ninguno y la pugna de escándalo y fidelidad deja en la incertidumbre un resultado que en cualquier caso será histórico, por la condición femenina de una Hillary presidenta, o por el shock de un tiburón de los negocios, amigo de Putin, convertido en el amo del arsenal nuclear más poderoso del planeta.