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El plazo para la negociación entre palestinos e israelíes expira este martes con la parte israelí dividida y los palestinos más firmes en su estrategia de proseguir con la normalización internacional. Ninguna de las dos partes han abonado en las últimas semanas el terreno para la paz. 

Por la parte israelí, Benjamin Netanyahu decidió no liberar a la cuarta tanda de presos hace un mes en contra de los compromisos adquiridos y ha seguido construyendo y licitando nuevos asentamientos. 

En respuesta, el presidente palestino Mahmud Abás firmó la carta de adhesión a quince organismos y tratados internacionales, pese a que se había comprometido a parar la vía internacional mientras durara el diálogo. Y el acuerdo de reconciliación nacional palestina llevó a Israel a suspender las negociaciones y, además, ha comenzado a aplicar sanciones económicas a la ANP. 

Falta saber si Estados Unidos, el gran promotor del proceso, moverá ficha. 

El Gobierno de Israel, encabezado por Benjamin Netanyahu ha decidido romper las negociaciones de paz con los palestinos por el acuerdo alcanzado con Hamás por Mahmud Abas. También ha decidido imponer sanciones económicas contra la Autoridad Nacional Palestina. 

Cada día cientos de palestinos de Ramala cruzan a Jerusalén para ir a trabajar. Pero antes de entrar a territorio israelí tienen que pasar unos controles exhaustivos. Un grupo de mujeres activistas vigilan los pasos fronterizos para que no se violen sus derechos.

MIGUEL MOLLEDA (Corresponsal de RNE en Jerusalén).- En las últimas 24 horas el Ejército israelí ha matado a tiros a dos civiles palestinos, incluyendo a un juez jordano-palestino en un puesto fronterizo. Amnistía Internacional ha acusado a Israel de usar la violencia con excesiva facilidad y de la muerte de decenas de palestinos en los últimos tres años, en lo que podrían ser crímenes de guerra.

Se cumplen 20 años desde que el extremista judío Baruch Goldstein matara a 29 palestinos e hiriese a 250 en el Templo de los Patriarcas de Hebrón (Cisjordania) antes de suicidarse. Situada a 40 kilómetros al sur de Jerusalén, Hebrón es un enclave santo para la tres principales religiones monoteístas, ya que en ella se yergue la citada "Tumba de los Patriarcas", última morada de Abraham, según la tradición. Ahora también es un símbolo del enquistado conflicto.