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Se esperaban medidas y las ha habido: el Banco Central Europeo baja los tipos de interés hasta el 0,15%, su mínimo histórico. Además, el supervisor europeo cobrará a los bancos por el dinero que depositan en la entidad e inyectará 400.000 millones de euros de liquidez para que los bancos den crédito a las empresas.

 

La próxima semana está previsto que el Banco Central Europeo decida si baja los tipos de interés y aprueba nuevas medidas para atajar la deflación en la Eurozona. Para algunos expertos, la baja inflación es un síntoma de que la economía no arranca. Para otros, no es tan preocupante. 

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha afirmado que la entidad se siente "cómoda" para "actuar la próxima vez" contra la baja inflación, es decir en su reunión de junio, una vez haya analizado las nuevas previsiones macroeconómicas a principios de ese mes. "No estamos satisfechos con el camino previsto para la inflación, y por lo tanto hay un consenso en no resignarnos ante esto y no aceptarlo como un hecho ineludible, lo que llevaría a un consenso sobre cómo actuar, pero después de ver las proyecciones que se publicarán a principios de junio", ha dicho Draghi. 

La Comisión Europea y el Banco Central Europeo cuestionan que España pueda cumplir los objetivos de déficit en 2015 y 2016. Para conseguir ese objetivo, dicen en su informe, además de que crezca la economía harán falta considerables esfuerzos adicionales. Aunque reconocen que el sector bancario da muestras de mayor dinamismo tras el rescate de la banca al tiempo que la economía consolida su recuperación.

Los mercados esperan que el presidente del Banco Central Europeo tome alguna medida que impulse la economía de la zona euro. A esta posibilidad se suma la mejora de las previsiones de la eurozona lo que ha llevado a que la prima de riesgo cierre en 148 puntos básicos por primera vez desde el verano de 2010. El bono a 10 años marca nuevo mínimo histórico en el 2,94%. La rentabilidad de la deuda se ha desinflado un 60% desde mediados de 2012 cuando Draghi dijo que haría todo lo necesario para salvar el euro.

Los bancos españoles tendrán que demostrar que están preparados para una nueva recesión y la subida del paro. Es la situación virtual a la que les expondrá el Banco Central Europeo en los test de estrés, antes de asumir su supervisión, en noviembre. En ese virtual escenario adverso, el PIB se contraería un 0,3% este año, un 1% en 2015 y apenas crecería un 0,1% en 2016 al mismo tiempo que el desempleo superaría este año y el próximo el 26% y alcanzaría el 27,1% en 2016.