Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

La avalancha de refugiados ucranianos ha provocado una ola de solidaridad internacional y algunas personas temen que este foco de atención termine por perjudicar al resto de refugiados procedentes de otros países. Hablamos en Las Mañanas de RNE con Judith García, responsable deServicios Jurídicos de ACCEM, quien considera que “ha quedado demostrado que, si se quiere, se puede” dar una respuesta más rápida a las crisis migratorias.

Explica que son muchos los motivos por los que una persona abandona un país, como son los desplazamientos forzosos por conflictos, los incumplimientos de derechos humanos o incluso problemas medioambientales. Pero que en la mayoría de los casos les resulta muy complicado acreditar su condición de refugiado debido a que son muchos los condicionantes que les solicitan y no siempre están en las condiciones psicológicas o sociales adecuadas para reunir toda la documentación. Sin embargo, confía en que la atención a los ucranianos pueda cambiar el sistema: “Es una chispa que puede hacer a los gobiernos plantearse otra reflexión acerca de cómo tratar a los refugiados”, añade.

La Comisión Nacional de Sanidad de China ha anunciado este lunes la muerte por COVID de tres personas en la metrópolis oriental de Shanghái,  con lo que la cifra total de fallecidos desde que comenzó la pandemia asciende a 4.641.  China había contabilizado sus dos últimas muertes por COVID el pasado marzo en la provincia nororiental de Jilin.

Según el diario local Global Times, los tres muertos en Shanghái, ciudad que lleva confinada desde hace más de un mes a raíz de un abrupto aumento de casos, eran personas de entre 89 y 91 años de edad con "problemas de salud subyacentes".

El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 28.987, 71 de ellos en estado grave. Según las cuentas de la institución, desde el inicio de la pandemia, se han infectado 185.035 personas en el país y han fallecido 4.641.

Foto: LIU JIN / AFP.

Wadi Khaled es una región al norte de Líbano en la frontera con Siria. Unas 1.600 personas no fueron reconocidas como ciudadanos libaneses y siguen siendo apátridas. Viven de la agricultura y del comercio entre el Líbano y Siria. La grave crisis social y económica que vive el país se ha cebado con ellos.

FOTO: Familias sirias cruzan la frontera sirio-libanesa para abandonar los disturbios de Siria, en Wadi Khaled (Líbano). EFE/Str

No solo los ucranianos están huyendo de su país. Desde que comenzó la guerra, más de 300 mil rusos han abanadonado Rusia, de los cuales 35 mil han encontrado un nuevo hogar en Georgia, la pequeña ex República soviética que rompió relaciones con Moscú por la guerra de 2008. Vladimir huyó por la guerra, ya que podían obligarle a alistarse en el ejército, y porque cree que con 20 años no veía posible desarrollarse en Rusia.

Muchos de los rusos que llegan a Georgia reciben la ayuda de otros compatriotas, como Anton, que salió hace tres años perseguido por su labor política. Sin embargo, los georgianos simpatizan con Ucrania y desprecian a los rusos, que son vistos como agresores y considerados "tóxicos". Hay quien piensa que tener tantos rusos en el país es un riesgo, ya que Putin podría usarlo como pretexto para invadir Georgia de nuevo, y que deben permanecer en su propio país y enfrentarse a Putin. A pesar de todo, Vladimir, como tantos otros, no piensa volver a Rusia de momento: "Mientras Putin esté en el poder, no regresaré".

Informa Ángeles Bazán

En China, la política de tolerancia cero contra la Covid se está encontrando con la resistencia de los vecinos de Shanghai. Llevan casi tres semanas de confinamiento estricto. La población se rebela porque sacan a gente de casa por la fuerza, separan familias, y empiezan a faltar productos. Desde enero no cuentan fallecidos oficiales.

FOTO: Trabajadores sanitarios protegidos con trajes de aislamiento caminan por una calle desierta de Shanghái, China. REUTERS/Aly Song

En China, pese al estricto confinamiento, Shanghái registra 20.000 nuevos casos de coronavirus, la mayoría asintomáticos. Los ciudadanos protestan por el desabastecimiento y la falta de suministros. Este sábado también comienza un confinamiento en la zona económica de Henan. Cierres que afectan ya a muchas multinacionales.

FOTO: Un sanitario realiza una prueba de COVID a un hombre en un distrito confinado de Shanghái, en China. EFE/EPA/ALEX PLAVEVSK.

Los grandes empresarios chinos protestan por por la política anticovid que afecta a la ciudad más rica de todo el país, entre ellos está el dueño de Huawei. En esta ciudad están asentadas todas multinacionales internacionales que ahora ven peligrar el stock de ordenadores, viodeoconsolas, teléfonos móviles, servidores y coches eléctricos. Si las restricciones continuan, la producción de todos estos bienes podría suspenderse a partir del próximo mes de mayo.  Esto afectaría a empresas chinas, pero también a americanas y europeas. A la crisis de producción se une otra crisis comercial, el cierre de Shangai está provocando una congestión en el puerto más grande del mundo.

Informa Usua Irastorza

Nos desplazamos hasta Járkov, donde nuestro enviado especial Fran Sevilla ha sido testigo de un ataque ruso que se ha cobrado la vida de siete personas. También vamos a Leópolis, allí los estudiantes universitarios se organizan para recoger y clasificar todo lo necesario que después se envía al frente. Hablamos de los incidentes registrados en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén entre manifestantes palestinos y policía israelí, del creciente debate sobre la migración en Estados Unidos y de la la matanza de Putumayo en Colombia, que muchos lo califican ya como un nuevo caso de falsos positivos. Además conversamos con el coronel Bruno Alonso, sobre la geopolítica de la Antártida.
 

En la madrugada de este viernes se han producido unas movilizaciones violentas en la Explanada de las Mezquitas. Según ha comunicado la policía israelí, docenas de personas comenzaron a marchar por la zona con banderas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y lanzando piedras y fuegos de artificio.

Los palestinos, por otro lado, denuncian la irrupción de policías israelíes en Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes. En total han sido seis horas de enfrentamientos que han convertido la explanada en un campo de batalla que ha dejado más de 150 heridos.

Este último enfrentamiento, que se salda por ahora con casi un centenar de palestinos detenidos, llega después de tres semanas violentas en Israel y Cisjordania con atentados y redadas que dejan más de 20 palestinos y 14 israelíes muertos.

Foto: REUTERS/Ammar Awad

Más de 150 palestinos y tres policías israelíes han resultado heridos en el enfrentamiento que ha tenido lugar en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Las fuerzas de seguridad han explicado que el conflicto ha tenido lugar esta madrugada, después del rezo. Señalan que los palestinos les habrían lanzado piedras y petardos, a lo que respondieron con granadas y pelotas de goma.

Los disturbios han llegado hasta el interior de la mezquita de Al-Aqsa,  el tercer espacio más sagrado para los musulmanes, en un día en el que coinciden el Ramadán, el comienzo de la Pascua judía y el Viernes Santo cristiano.

Corresponsal en Jerusalén, María Gámez

Al menos 90 personas han resultado heridas en enfrentamientos entre palestinos y policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén. La Policía israelí ha hecho un amplio despliegue ante la asistencia de decenas de miles de palestinos que hoy van a rezar allí por el segundo viernes de Ramadán. La jornada coincide con un nuevo repunte de tensión en la región tras un nuevo ataque anoche en Tel Aviv.

FOTO: Imagen de los enfrentamientos este viernes entre palestinos y la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. AHMAD GHARABLI / AFP

El Ejército israelí ha matado a 20 palestinos en los últimos días. Cisjordania ha vivido una huelga general de protesta por lo que consideran una masacre. La tensión sigue aumentando en Oriente Próximo. Soldados israelíes se despliegan por las calles de Jenín, en el norte de Cisjordania, uno de los puntos calientes de esta escalada de la violencia.

FOTO:  MENAHEM KAHANA / AFP