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En EE.UU. se multiplican las encuestas sobre el sentido de la guerra en Afganistán, de la que este viernes se cumplen diez años. Según la cadena de televisión CBS, el 62% de los estadounidenses quiere que las tropas salgan de Afganistán cuanto antes. El 50% no cree que la guerra haya sido un éxito. El 39%, sí. Y según un estudio difundido por el Pew Research Center, el 96% de los militares de EE.UU. que participaron en Irak y Afganistán se siente orgulloso de haberlo hecho, pero uno de cada tres veteranos cree que estas guerras no han merecido la pena.

El 7 de octubre de hace diez años, Estados Unidos comenzaba el bombardeo de Afganistán para acabar con Osama Bin Laden y el régimen de los talibanes, que daba refugio al líder de Al Qaeda.

Los afganos vieron el cielo abierto. Por primera vez en su historia, recibieron a los soldados extranjeros sin armas, entregados y con esperanza. Hoy, sin embargo, los libertadores de entonces son vistos por muchos como ocupantes.

La desesperanza y la violencia se han adueñado del país, un país de sueños rotos, de esperanzas perdidas, de desengaños, de hombres y mujeres atrapados por el maldito destino y el juego de intereses foráneos y de luchas por el poder en la región.

Afganistán se encuentra en una encrucijada que podría conducirlo a la guerra civil, al regreso de los talibanes, a más violencia o quizás, lo menos probable, pero lo más deseable, a la paz y la estabilidad.

El 7 de octubre de 2001, a menos de un mes de los atentados del 11-S, Estados Unidos y Reino Unido bombardearon Afganistán. El objetivo de la operación 'Libertad duradera' era encontrar a Osama Bin Laden, y acabar también con el régimen talibán que le daba refugio. Esta semana recordamos cómo nos contó Informe Semanal aquellas horas en las que comenzaba una guerra larga y difícil contra el terrorismo islamista, a la que después se sumarían fuerzas militares de otros países y de la OTAN.

De esta forma se permiten teledirigir los ataques, evitando bajas sobre el terreno. El último objetivo de esta polémica arma: un estadounidense, líder de Al Qaeda en Yemen y responsable de propaganda en la red. Ante este suceso se plantean problemas morales y legales porque estamos hablando de una violación del espacio aéreo de países sin el permiso para llegar a hacerlo. En diez años, Estados Unidos ha pasado de tener 50 aparatos como este a 7mil y ya ha solicitado al Congreso 5 mil millones de dólares para comprar más el año que viene. La muerte del clérigo radical ya ha levantado las primeras críticas al gobierno de Obama. Awlaki tenía doble nacionalidad y este crimen, dicen los expertos, podría haber violado las leyes del país. Según el Washington Post, el Departamento de Justicia habría autorizado la operación amparándose en que era una acción de guerra.