Ana Rivero, la taquÃgrafa del Congreso que vivió el 23-F: "Me dijeron que habÃa etarras en las tribunas" | La Revuelta
- Ana Rivero fue, durante 50 años, taquígrafa del Congreso y lo cuenta en su libro Luz y taquígrafa
- La autocrítica de Alberto San Juan en las preguntas clásicas: “Soy más machista que racista”
Pocas veces un invitado puede afirmar haber sido testigo directo de tantos momentos históricos de nuestro país gracias a su profesión. Pero Ana Rivero, taquígrafa del Congreso de los Diputados durante 50 años, vio a lo largo de su carrera el final de la dictadura, el cambio de régimen, el intento de golpe de Estado, dos coronaciones e, incluso, ha tenido que ejercer con guantes y distancia social durante la pandemia del coronavirus. Ahora, a sus 70 años, visita La Revuelta para presentar Luz y taquígrafa, un libro que “no es político, ni jurídico, sino que cuenta la evolución de la sociedad española desde el punto de vista de una mujer”, ha explicado en su entrevista con David Broncano.
¿Etarras en el 23-F?
La carrera de Ana Rivero como taquígrafa oficial arrancó hacia el ocaso de la dictadura, el 11 de mayo de 1975, apenas unos meses antes de la muerte de Franco. Por aquel entonces fue testigo de momentos que hoy suenan lejanos, como ver al presidente de la Comisión de Defensa aplazando una discusión para irse a ver el fútbol: “luego lo hablamos tomando unas copas”, recordaba Ana Rivero en palabras de aquel político. Una época en la que “el 98% eran hombres”, estaba prohibido que las taquígrafas vistieran pantalones vaqueros e, incluso, llegó a ser reñida por llevar un ligero escote.
La taquígrafa, que ha explicado su técnica y código para llegar a escribir hasta 190 palabras por minuto, ha hecho alusión a otras anécdotas de su trayectoria. Como la protesta de un grupo de mujeres contra el intento de Alberto Ruiz Gallardón de recortar el derecho al aborto, en la que se montó “un follón de mil demonios”, o aquel ministro que intentó hacerle cambiar sus palabras en el diario de sesiones, de quien no ha querido revelar su identidad pero ha asegurado que “terminó en la cárcel por cuestiones económicas”.
Pero, sin duda, uno de los momentos más impactantes de su carrera debió ser aquel 23 de febrero de 1982 en el que un grupo de altos mandos militares, con el teniente coronel Antonio Tejero al mando, asaltaron el Palacio de las Cortes para intentar llevar a cabo, sin éxito, un golpe de Estado. Ana Rivero recordaba en su entrevista con David Broncano cómo aquel día, cuando intentó acceder a su puesto de trabajo, un agente de la Guardia Civil se lo impidió en la puerta asegurándole que, si entraba, no podría salir: “Me dijeron que había etarras en las tribunas”, rememoraba. Tan interesante resultaba el repaso a sus experiencias como personal del Congreso que el otro invitado de la jornada, el actor Alberto San Juan, no ha dudado en prolongar su estancia en el programa para poder disfrutar de la conversación y de las habilidades de la taquígrafa.