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Curiosidades de 'La fiera de mi niña': un leopardo, una pareja magnética y un desastre en taquilla

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Curiosidades de 'La fiera de mi niña'
Cary Grant, Katharine Hepburn y el leopardo Baby en 'La fiera de mi niña'

Hoy se la considera una de las grandes comedias del Hollywood clásico, una disparatada sucesión de equívocos con unos brillantes Cary Grant y Katharine Hepburn a la cabeza que no paran de provocar las carcajadas del público. El periplo de La fiera de mi niña, disponible en RTVE Play hasta el 23 de agosto, sin embargo, empezó de una forma muy distinta. Aunque ya forma parte de la historia del cine, en su estreno no le fue muy bien. El público no respondió bien ante la película, provocando un verdadero desastre en taquilla con grandes consecuencias para los implicados.

La fiera de mi niña, Bringing Up Baby en su título original, parte de una situación insólita. El paleontólogo David Huxley está a punto de completar la reconstrucción de un esqueleto de brontosaurio y, además, está a punto de casarse. Todo se complica cuando conoce a Susan Vance, una rica heredera al cargo de un leopardo llamado Baby. Confunde a David Huxley con un zoólogo y le convence para que cuide a esta peculiar mascota.

Estrellados en taquilla

La película se basaba en un relato de Hagar Wilde, una novelista sin mucha experiencia en el cine. Howard Hawks confió en ella y en Dudley Nichols, con quien ya había trabajado ocho veces antes, para construir el guion de La fiera de mi niña. El resultado fue una comedia clave para la screwball comedy. No recibió malas críticas cuando se estrenó en 1938: Variety alabó el trabajo de todos los actores, los diálogos y la dirección, asegurando que "bajo el hábil ritmo de Howard Hawks, es una farsa hilarante".

'La fiera de mi niña'

'La fiera de mi niña' UNITED ARCHIVES/GETTY IMAGES

Al público no le entusiasmó, ni mucho menos. Le fue tan mal en taquilla que la productora, la RKO, tomó decisiones drásticas. Howard Hawks y Katharine Hepburn se vieron abocados a asumir las consecuencias del fracaso de la película, cuyo rodaje había durado 40 días más de lo previsto, con los costes que aquello supuso. La RKO despidió a Howard Hawks, que tenía contrato para realizar seis películas más. Katharine Hepburn, considerada "veneno para la taquilla", tuvo que pagar su parte del contrato con RKO. Aunque La fiera de mi niña fue denostada por el público en 1938, los críticos la reivindicaron años y años más tarde, en los cincuenta y los sesenta, y en la actualidad está considerada un clásico de la comedia.

Su gran fallo, según Howard Hawks

El director siempre tuvo claro qué había condenado a La fiera de mi niña al fracaso, cuál había sido su error. "Creo que la película tuvo un gran defecto y aprendí mucho de eso. No había gente normal. Todos los que salían eran unos excéntricos y desde entonces he aprendido mi lección y no tengo la intención de volverles locos a todos nunca más", le dijo Howard Hawks en una ocasión a Peter Bogdanovich, como recoge el medio Politico. No volvió a cometer ese error.

Alternativas a Cary Grant

Aparte del propio Cary Grant, que acabaría bordando aquel papel, se barajaron otras opciones para dar vida a David Huxley. Entre ellas estaban Robert Montgomery y Leslie Howard, según recoge el Catálogo AFI, del American Film Institute. Sin embargo, MGM no quiso prestarle a Montgomery a RKO y Leslie Howard rechazó directamente el papel para participar en otro proyecto. Al final el elegido fue Cary Grant, a quien Howard Hawks le indició que se inspirara en el actor de cine mudo Harold Lloyd.

Un leopardo en plató

Susan Vance tiene dos 'mascotas' en la película: un perro, George, y Baby, un leopardo cuyo cuidado le encarga su hermano. El popular fox terrier Asta, con un gran currículum en el cine, interpretó a George. Curiosamente, ya había coincidido con Cary Grant en La pícara puritana, estrenada el año anterior. La fiera, por otra parte, era Nissa, un leopardo de ocho años. Dice el Catálogo AFI que para muchas escenas de Baby rodaron una toma solo con Nissa y otra toma solo con los actores y luego las combinaron.

Katharine Hepburn y Baby en 'La fiera de mi niña'

Katharine Hepburn junto a Nissa Sunset Boulevard/Corbis/Getty Images

Definió un género

La fiera de mi niña es uno de los mayores ejemplos de la screwball comedy. Se considera que el género nació años antes, en 1934, con tres películas: Sucedió una noche, La cena de los acusados y La comedia de la vida. Esta última estaba también dirigida por Howard Hawks, que repetiría en la comedia con La fiera de mi niña. Más tarde presentaría otras seis screwball comedies -Luna nueva, Bola de fuego, Nace una canción, La novia era él, Me siento rejuvenecer y Su juego favorito-, algunas también con Cary Grant.

Cary Grant y Katharine Hepburn en 'La fiera de mi niña'

Cary Grant, Katharine Hepburn y Asta en 'La fiera de mi niña' John Springer Collection/Getty Images

La palabra screwball se refería a personas excéntricas, extravagantes, precisamente como las que protagonizan este tipo de comedias, con un argumento disparatado. Se basan en la fórmula de "chico conoce a chica", pero no siguen la típica historia de amor que se podía ver entonces en el cine, sino que sirven como sátira. Se desarrollan normalmente en el círculo de la alta sociedad, donde el personaje femenino -que suele ser de una clase superior- domina al personaje masculino.

La segunda vez de Cary Grant y Katharine Hepburn

Antes de que Katharine Hepburn y Spencer Tracy formasen la pareja más famosa de Hollywood -delante y detrás de los focos-, la actriz coincidió con Cary Grant hasta en cuatro ocasiones. La primera fue La gran aventura de Silvia, película de George Cukor de 1935. Poco después volvieron a actuar juntos en La fiera de mi niña y de nuevo bajo las órdenes de George Cukor en Vivir para gozar e Historias de Philadelphia. Hepburn se libró de aquella despiadada etiqueta de "veneno para la taquilla" con esta última película juntos, consiguiendo su segunda nominación al Oscar. Una despedida por todo lo alto para esta pareja efímera que nos conquistó en La fiera de mi niña.