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Marcelino Orbés: la trágica historia del payaso español que hizo reír al mundo

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Marcelino Orbés: la trágica vida del payaso más famoso del mundo
Las luces y las sombras de Marcelino Orbés Casanova

Fue el más payaso más famoso a ambos lados del Atlántico, pero su vida estuvo llena de incógnitas. Marcelino Orbés hizo reír al mundo entero, pero nadie ni nada le hizo feliz a él. Hablamos de uno de los artistas más importantes de principios del siglo XX, de un español que arrasó en Londres y en Nueva York, de una figura clave que va más allá del mundo del circo al que admiraron Charles Chaplin y Buster Keaton, un clown que provocó carcajadas en reyes y príncipes. Cuando se cumplen 150 años de su nacimiento, Imprescindibles de RTVE vuelve a rescatar del olvido al gran payaso, al que da vida Pepe Viyuela. Una película documental que intenta arrojar un poco de luz en los episodios más oscuros del hombre y pone en valor su trabajo y su fama internaciones.

El niño humilde recibido por el rey

Nació el 15 de mayo de 1873, en Jaca, Huesca (España). Creció en una familia humilde, sin estudios, y desde muy pequeño se puso a trabajar. Lo hizo en un circo, primero colocando las sillas de los espectadores y luego como acróbata y payaso, dos disciplinas en las que demostró destreza y talento. También valentía. Se cuenta que salvó al rey Alfonso XIII del ataque de un elefante en el Price de Madrid y que, agradecido, el monarca le condecoró en el Palacio Real de Madrid. No fue el único rey que fue a verle actuar, ya que estando en Londres recibió la visita de la familia real británica: Alfonso VII, su esposa Alejandra y los príncipes de Gales.

Marcelino Orbés Casanova RTVE

Su primer logro internacional fue en Francia, en el famoso Lackhart, y luego se instaló en Londres, para trabaja en el Hippodrome. Allí formó parte del elenco de La Cenicienta y con su papel de Buttons conquistó a todo el país. También a un joven payaso que empezaba a dar sus primeros pasos y que siempre sintió admiración por él: Charles Chaplin.

"Nunca han escuchado mi voz"

La clave de su éxito se basaba en la sencillez y en una imagen muy fácil de reconocer. Hizo del gesto su forma de comunicación y contó sus historias sin palabras, en un silencio que chocaba con las risas del público. "Nunca han escuchado mi voz, pero mis pies hablan siete idiomas y mis manos otros 12", decía. Era menudo, tan solo medía 1,60 cm., pero en el escenario se crecía como un gigante.

Mira las únicas imágenes en movimiento que se conservan del payaso jaqués Marcelino

En 1905 se abrió el Hippodrome de Nueva York, el teatro más grande del mundo, y le ofrecieron un contrato que no pudo rechazar: 4 000 dólares mensuales. Estuvo durante nueve temporadas, pero el empuje del cine cambió a la gente, que ahora tenía otra forma de divertirse. El Hippodrome fue demolido y Marcelino invirtió 42 000 dólares en montar un restaurante italiano, pero se arruinó y tuvo que volver al circo de carpa y a actuar en pequeños locales. La llegada del cine terminó de desplazarlo y otros que llegaron después se quedaron con su fama: Charles Chaplin, Harold Lloyd y Buster Keaton. "El mejor payaso que he visto sobre un escenario es Marcelino", dijo Keaton.

Marcelino Orbés Casanova RTVE

De la gloria a la decadencia

Todo le llevó a un espiral de decadencia, depresión y dificultades económicas. El gran Marcelino estaba arruinado y solo. Se había casado dos veces: primero con Louisa Johnson y luego con Ada Holt, la bailarina a la que conoció trabajando en Nueva York. Con ninguna tuvo hijos. Abandonado por el público y por el amor, tomó una decisión. El 5 de noviembre de 1927 fue a una casa de empeños y vendió el broche con forma de herradura que solía llevar en la corbata. La suerte se le había terminado. Con el dinero compró una pistola y se encerró en su habitación del Hotel Mansfield para quitarse la vida.

Marcelino Orbés Casanova RTVE

Antes de apretar el gatillo desplegó por la cama los recortes de prensa y fotografías que guardaba, para evocar los tiempos de gloria. Cuando lo encontraron llevaba un traje viejo, un reloj que no funcionaba y 6 dólares en el bolsillo. Tenía 55 años. Sus restos están enterrados en el cementerio de Kensico, en Nueva York. Entre las flores que enviaron a su entierro había una que destacaba por su tamaño, el de Charles Chaplin. “Él me enseñó todo lo que se puede hacer con un bastón”, dijo el actor años más tarde. Marcelino, el mejor payaso del mundoMarcelino, el mejor payaso del mundo (2020), en RTVE Play