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Los jueces de MasterChef de 7 países premian a Verónica con la segunda chaquetilla

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Verónica gana la segunda chaquetilla

La Verónica dubitativa, nerviosa y desconfiada ha desaparecido sin dejar rastro. “Ninguna de las elaboraciones que has presentado ha fallado”, le ha dicho un Jordi orgulloso de que por fin haya roto esa coraza que ha arrastrado desde que la conocemos. Verónica ha brillado en el último cocinado de exteriores celebrado en el Celler de Can Roca y ha demostrado que va sobrada de talento. La aspirante se ha dejado el alma en un cocinado que, como ella misma ha dicho, jamás se habría perdonado no disfrutar. Y, por ello, ha recibido su merecida recompensa. La salmantina ha ganado la segunda chaquetilla de MasterChef 10, por lo que se batirá en duelo con María Lo para ganar la décima edición del talent.

Verónica ha llegado al Celler de Can Roca con las ideas bien claras: era su última oportunidad de llegar al duelo final. Desde el principio del cocinado, la hemos visto concentrada y cocinando muy ordenada. Ha conseguido canalizar su exigencia y ha cocinado relajada pero muy pendiente de todas las elaboraciones. Con buen ritmo, se ha asegurado de que todo saliera perfecto y así ha sido. Ha disfrutado tanto que cuando ha terminado de cocina no ha podido evitar emocionarse. “Estoy feliz en mayúsculas. Estoy súper satisfecha, súper orgullosa… estoy flipando. Ha sido increíble”, ha confesado. Una felicidad que se ha multiplicado por mil cuando Jordi ha dicho su nombre y le ha entregado la chaquetilla.

Verónica representa la constancia y la perseverancia. Se presentó a MasterChef 9 y no consiguió el delantal blanco para entrar al programa. En vez de rendirse, decidió dejar su trabajo relacionado con el marketing y perseguir su gran sueño: dedicarse a la cocina. No solo ya lo ha conseguido, sino que además de MasterChef se lleva una gran enseñanza a título personal: confiar más en ella y tener la certeza de que es capaz de conseguir lo que se proponga.

Los sabores del mundo sentados a la mesa de MasterChef

Si ya es difícil contentar a los jueces de MasterChef España, imaginaos conquistar a siete jueces de versiones de MasterChef de varios países. Adrián, David y Verónica lo han logrado en un cocinado muy reñido en el que han demostrado que estaban a la altura.

En representación de MasterChef Israel nos ha visitado Michal Ansky. La chef, que ha participado en la versión israelí del programa durante 12 años, ha confesado que la clave para disfrutar del programa con ilusión es ir con hambre. “Tengo mucha curiosidad por ver qué nuevos sabores voy a descubrir”, ha añadido. Sobre el entrante de David, ha opinado que el sabor era adictivo y que el plato era limpio y elegante. A la raya mimosa, en cambio, le faltaba un poco de sabor, según el juez de MasterChef Suiza Nenad Mlinarevic.

Respecto a los platos de Adrián, si bien para Carolina Sánchez (jueza de MasterChef Ecuador) y para Vitor Sobral (juez de MasterChef Portugal), el postre ha fallado en ciertas texturas, la gamba que ha preparado Adrián ha seducido a Michel Moran, juez de MasterChef Polonia. “Hay un nivel muy alto y se nota que están en la semifinal porque saben cocinar”, ha subrayado.

Para Joseph Hadad (juez de MasterChef Rumanía) y para Moha Fedal (juez de MasterChef Marruecos), los dos platos que ha preparado Verónica estaban de 10. Hadad ha destacado el sabor de los guisantes, mientras que Fedal ha calificado el cordero con cous cous vegetal como “perfecto”.

Comensales de excepción: los jueces de 7 ediciones