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Leyendas

Transilvania y la verdad sobre la leyenda del Conde Drácula

Noticia Saber y Ganar 
  • Vlad Tepes, apodado “el Empalador”, es la figura real en quien se inspira el vampiro
  • La región ha sabido sacar provecho del mito del vampiro y se ha convertido en atracción turística
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Lee repitió el papel de vampiro en varias películas de la productora Hammer
Lee repitió el papel de vampiro en varias películas de la productora Hammer

En el programa diario de hoy de ‘Saber y ganar’ se ha mencionado Transilvania en una de las pruebas de la ‘Batería de sabios’ e, inevitablemente, muchos habrán pensado en el famoso Conde Drácula. Han pasado casi 105 años desde que Bram Stoker que, a su vez, se ha convertido en uno de los seres más temidos de la ficción.

¿Existió realmente el Conde Drácula La respuesta es que sí y no. En realidad, nunca hubo un noble con ese nombre pero el escritor se inspiró en un personaje real, Vlad Tepes, que en el siglo XV sembró el terror entre sus coetáneos por el sadismo de sus castigos hacia el enemigo. Conozcamos en quién se inspiró la leyenda del vampiro más conocido del planeta.

Portada de 'Drácula'

¿Quién fue el príncipe Vlad Tepes?

Viajamos en el tiempo hasta 1428, concretamente a una bella población llamada Sighisoara situada en el centro de Transilvania, una ciudad medieval y fortificada que a día de hoy es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Allí nació Vlad Tepes, hijo del despiadado gobernante Vlad II, también llamado Vlad Dracul.

El dirigente fue obligado por los otomanos a entregar, a modo de rehenes, a dos de sus hijos en el año 1442. Vlad Tepes tenía solo 13 años y junto a su hermano Radu, más pequeño que él, fueron trasladados a Estambul. De esta forma, los otomanos se aseguraban la lealtad de su padre.

En 1956, Vlad invadió Valaquia y se convirtió en el príncipe de la región hasta 1962, siendo considerado como uno de los gobernantes más importantes de la historia de la zona y también un héroe nacional en el país.

Del “Empalador” a Drácula

Vlad fue conocido por su sadismo a la hora de castigar a sus adversarios, siendo el empalamiento su método favorito.  De ahí surgió su sobrenombre, “El Empalador”, algo que ayudó a crearle una imagen de sanguinario no solo en Rumanía, sino en Italia y Alemania, donde sus sobrecogedoras hazañas se transmitieron de boca en boca. Murió combatiendo al ejército otomano en 1477 pero su recuerdo sigue muy latente.

Y es que los libros donde se relata su crueldad siguen siendo de los más vendidos en los territorios de habla alemana y seguro que tuvieron influencia en Bram Stoker a la hora de perfilar a uno de los seres más terroríficos de la ficción universal: el Conde Drácula.

Drácula, la leyenda que se une a Transilvania

En 1897 se publicó la novela sobre el famoso vampiro y con ella la creación de un universa misterioso y escalofriante en Transilvania y alrededores de Rumanía. En la zona sur, a 30 km de Brasov, encontramos el famoso castillo que en la ficción habitó Drácula aunque Tepes jamás viviera ahí. De hecho, la huella del bebedor de sangre es tan fuerte que se ha convertido en el mayor reclamo turístico de la zona y los alrededores se han ambientado en la novela. Souvenirs relacionados con el Conde Drácula son tan solo un ejemplo de lo que el personaje ha calado en el lugar.