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¿Cómo se fraguó la liberación de 'Papuchi' y por que marcó el inicio del fin de ETA político-militar?

  • 40 años después del secuestro del secuestro de Iglesias Puga, conocemos por primera vez los detalles de su liberación
  • El padre de Julio Iglesias estuvo 20 días encerrado en un zulo de apenas nueve metros en Trasmoz, Zaragoza
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Se cumplen 40 años del secuestro del doctor Iglesias Puga 'Papuchi'

El 29 de diciembre de 1981 y los 20 días siguientes, Julio Iglesias y su familia vivieron uno sus peores momentos: el doctor Iglesias Puga, padre del cantante y conocido como 'Papuchi', había sido secuestrado, después se sabría que por la banda terrorista ETA.

Cuando se cumplen 40 años de aquel acontecimiento que conmocionó a España, en Mejor Contigo hablamos con Joaquín De Domingo Martorell, ex Comisario Jefe de la Brigada Central de Información y director del Mando Único de la Lucha Antiterrorista, para conocer por primera vez y en exclusiva cómo se fraguó el operativo para liberar a 'Papuchi'. Una operación cuya relevancia fue mucho más allá, en palabras del propio comisario:

El doctor Julio Iglesias Puga habla tras el final de su secuestro (1982)

"La disolución de ETA político-militar se produjo a raíz de la liberación del doctor: se les intervinieron más de 500 armas de fuego, toda la infraestructura en España, todos los pisos francos y los zulos, no les quedó otra que rendirse", asegura De Domingo Martorell.

Un Renault 12 cambió el carácter de la investigación

En un principio, según explica el ex comisario, la investigación se inició sobre delincuencia común. Pero después de diez días "se detuvo en el País Vasco a una persona que tenía un vehículo, un Renault 12, preparado para hacer secuestros". Fue a partir de esta detención cuando se determinó que ese coche "había sido utilizado para trasladar a una persona" y aquel detenido confesó "que había participado en el secuestro, que había puesto el coche y que iba de copiloto. Le habían vendado los ojos para que no supiera dónde llevaban al doctor", detalla De Domingo Martorell.

El detenido aportó una pista a partir de la cual la Policía empezó a tirar del hilo: "Había entrado en una casa baja, al ir al baño había visto una pared encalada con flores en un balcón, estilo andaluz". Dado que se pensaba que el lugar al que había sido trasladado el doctor Iglesias Puga se encontraba en la provincia de Navarra, los inspectores rastrearon cerca de 270 poblaciones, pero no hallaron rastro alguno de una vivienda con las características descritas.

"Pasaron nueve días y, cumplido el plazo que marcaba la ley para devolver al detenido a la Audiencia Nacional", éste recibió una llamada telefónica. "Le decían que otra persona le iba a entregar una carta del Doctor Iglesias y su corbata para que las llevase a Madrid, al periódico ABC". En el último momento, aquella llamada había abierto una nueva ventana a la operación.

La dirección de un carnet falso decantó la operación

La Policía detuvo entonces a esa otra persona, "que era un terrorista que había salido de la casa donde estaba el doctor. Los demás no salieron de la casa. Si en ocho o diez horas no volvía a la casa iban a saber que lo habíamos detenido e iban a hacer desaparecer al doctor o cambiarle de lugar", recuerda el ex comisario. Unas circunstancias que imponían premura a la investigación.

"Entre sus documentos llevaba un carnet de conducir falso con dirección "Plaza de España 1, Trasmoz, Zaragoza". Nos la jugamos con esa dirección, no teníamos otra posibilidad", reconoce el que fuera Mando Único de la Lucha Antiterrorista. Fue entonces cuando lograron que el terrorista les dibujase un plano de las habitaciones y la ubicación de sus compañeros "para evitar un baño de sangre".

Al entrar nos dijo: "¡Joder, lo que habéis tardado"

De Domingo Martorell reunió en Tarazona a los GEO y desde allí planificaron la acción. "Quisimos hacerlo a la 1 de la mañana, pero era San Antón y estaban los mozos festejando, así que esperamos hasta las 3, cuando no había gente alrededor".

A partir de ahí, los GEO volaron la puerta con explosivos, "subimos por la escalera donde nos habian marcado que estaba el doctor y antes había un terrorista con una metralleta custodiándole. Los GEO detuvieron al terrorista y nosotros entramos a por el doctor. Como había oído ruido, inmediatamente se sentó en la cama y ahí nos estaba esperando. Al entrar, nos dijo: "Joder, lo que habéis tardado".