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Premios Oscar 2022

'El Buen Patrón' sigue su avance hacia los Oscar tras ser preseleccionada a mejor película internacional

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Javier Bardem protagoniza 'El buen patrón', la favorita para los Goya 2022
Javier Bardem protagoniza 'El buen patrón', la favorita para los Goya 2022

La película de Fernando León de Aranoa sigue avanzando en la carrera a los Oscar. El buen patrón (2021) ha pasado este martes el corte de la Academia y ha sido elegida entre las 92 películas que se presentaron a la categoría de Mejor Película Internacional.

Los nominados definitivos se conocerán con el resto de nominaciones y los ganadores se anunciarán durante la 94 edición de los premios Oscar, el 27 de marzo de 2022. Además de la cinta protagonizada por Javier Bardem, el compositor español Alberto Iglesias, también ha sido preseleccionado a mejor banda sonora original de Madres paralelas.

Una película de récord

León de Aranoa sigue celebrando buenas noticias con El buen patrón, después de que el pasado mes de noviembre su película fuese la película más nomianda, no solo de la 36 edición de los Premios Goya 2022, sino en toda la historia de estos galardones. Aspira a un total de 20 cabezones.

Hasta ahora, Días contados (1994), de Imanol Uribe era el filme que acumulaba más nominaciones. Pero El buen patrón acaba de robarle el puesto. Tras lograr el reconocimiento de representar a España en la próxima gala de los Oscar, la cinta de Aranoa se coloca como la gran favorita de los Goya, logrando hacerse un hueco hasta en la categoria de de Mejores Efectos Especiales.

La cinta de León de Aranoa optará al Goya en las principales categorías (película, dirección y guion original), además de contar con Bardem como candidato a mejor actor protagonista, pese a no conseguir entrar en actriz protagonista, sí ha logrado tres nominaciones de cuatro en la categoría de actor de reparto.

Superando todas las quinielas

La noticia confirma algo que todo aquel que vea la película sentirá en seguida, y es que estamos ante uno de los grandes títulos del año. La sátira sobre el mundo empresarial que despliega en pantalla Aranoa es la demostración de un guion redondo que se alimenta de una de las interpretaciones más lúcidas de Javier Bardem y que atrapa con su dirección rápida y directa, en la que a Aranoa no se deja ningún cabo suelto.

Javier Bardem, la mejor carta de presentación

La presencia de Javier Bardem, uno de los actores más valorados a nivel internacional de nuestro país, supone un apoyo indiscutible para la película. Otro punto a favor, ya que él servirá de carta de presentación en Hollywood de cara a los Oscar, donde ya es de sobra conocido.

En El buen patrón, el actor construye un personaje tan detestable como atrayente. Javier Blanco, dueño de la empresa Básculas Blanco, un manipulador de manual dispuesto a “trucar la balanza” a su favor cuando sea necesario, en lo personal y en lo profesional. Un papel que parece creado como contrapunto del Santa al que interpretaba en Los lunes al sol.

Mordaz, inteligente y cruel

Como en aquella película, en El buen patrón, León de Aranoa vuelve a hablarnos sobre las relaciones laborales, la precariedad y los abusos de poder. Pero ahora ha cambiado algo. Entonces, Los lunes al sol se erigió como la gran película sobre la crisis económica, ahora su nueva película deja al descubierto las consecuencias de aquello. Trabajadores sin capacidad para enfrentarse a quienes ejercen un poder total sobre sus vidas. Alimento perfecto de paterfamilias que traspasan la línea de lo laboral para controla a unos trabajadores que, a diferencia de en Los lunes al sol, parecen no tener fuerza para asociarse y luchar juntos.

El foco social

Una comedia de fondo serio que se burla -y que denuncia- la precariedad laboral, la ambición, el poder y la doble moral (la de todos). Una historia morzar, inteligente y cruel, que pone de manifiesto el deshumanizado mundo individualista y sus consecuencias.

Pero la película no pretende ser un alegato político, sino catártico. Para ello, Aranoa se vale del humor. Una herramienta que al director le permite hablar de cosas muy jodidas sin que nos revolvamos demasiado en el asiento. Es como el protagonista, nos produce rechazo, sin embargo, empatizamos con él, porque sabemos que en el fondo todos somos un poco Javier Blanco.