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Los mejores momentos del capítulo 7: Leonardo da Vinci compite con Miguel Ángel

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Leonardo - Mejores momentos del capítulo 7

En el sexto capítulo, Leonardo da Vinci consigue liberarse de César Borgia, para el que trabajó como ingeniero militar en Imola. El genio del Renacimiento al que da vida Aidan Turner, vuelve a Florencia para afrontar nuevos retos: terminar su cuadro más famoso, "La Gioconda", y pintar un nuevo fresco en el que competirá con un nuevo artista en la ciudad: Miguel Ángel, que ya triunfa con su estatua de David.

Por otro lado, Caterina, interpretada por Matilde De Angelis, se muda a vivir con Leonardo, lo que provoca los celos Giacomo, el papel de Carlos Cuevas. Más conocido como Salaí, el fiel amigo de Leonardo. ¿Quieres saber qué más ha pasado? ¡No te pierdas los mejores momentos del capítulo 6 de Leonardo!

Leonardo conoce a su gran rival: Miguel Ángel

Todos están entusiasmados con la nueva estatua de la ciudad de Florencia. Se trata, nada más y nada menos, que del David en mármol que esculpió Miguel Ángel. El artista florentino es la nueva sensación tras el regreso de Leonardo da Vinci, que no comulga mucho con la definición de arte que tiene el incipiente artista.

Leonardo y Miguel Ángel coinciden en la plaza, y el segundo aprovecha para burlarse del creador de "La última cena". "¿Cuánto hace que no te aplauden con tanto entusiasmo?", le dice tras unos aplausos de su séquito. Da Vinci esperaba más del joven artista que no duda en defenderse: "¿Cuántas obras has abandonado? Intenta acabar algo, para variar, verás como mejora tu reputación". Así ha sido el primer encuentro de los dos genios del Renacimiento en la serie.

Leonardo - Da Vinci conoce a Miguel Ángel en Florencia

Salaí, el fiel amigo de Leonardo

Salaí es el amigo más fiel de Leonardo, y así se lo ha querido demostrar una vez más. Siempre ha estado a su lado y no ha dudado en defenderle ante las risas del séquito de Miguel Ángel. Estos le propinan una paliza y el joven Giacomo llega magullado a casa. Es entonces cuando le reprocha a Da Vinci que nunca hace nada por él: "Siempre a tus pies como un perro esperando que lo apaleen. Todo el mundo ve exactamente lo que eres y ninguno tarda en abandonarte. En cambio, yo, me quedo. Quizá debí marcharme hace tiempo".

Tras contarle lo que ha pasado con los aprendices de Miguel Ángel, Salaí le dice otras duras palabras a su maestro: "Tú miras, pero no dices nada. Soy el único que te es leal de verdad", y le confiesa lo que hizo para recuperar los pigmentos en Milán. "No sabes lo que he hecho por ti, no sabes lo que he sacrificado. Llegué a vender mi cuerpo en Milán para que consiguieras crear tu obra maestra. Crees que eres el gran profesor, el gran mentor, pero no eres nada. Estarías perdido sin mí a tu lado", le espeta.

Leonardo - Salaí, el fiel amigo de Leonardo

Miguel Ángel quería ser como Leonardo

Tras la muerte de su padre, Leonardo va al salón en el que trabaja junto a Miguel Ángel. El reputado artista confiesa que aceptó el encargo de pintar el fresco del muro para demostrar a Florencia que era mejor artista que él.

Ambos tienen una charla en la que Miguel Ángel cuenta a Leonardo que cuando era pequeño le vio paseando en caballo y que todos sabían el nombre del genio del taller de Verroccio. Y como Da Vinci hizo anteriormente, este también le dice por qué aceptó pintar el otro muro: quería ser como él.

"Lo que más deseaba en el mundo era ser como tú. Crecí en esta ciudad idolatrándote. Por supuesto, sabía que nunca sería, que nunca podría competir contigo. Debía crear mi propio estilo de trabajo, soñar mis propios sueños. Fue muy doloroso para mí conocerte, oír que al que tanto admiraba odiaba mi trabajo. Por eso empecé esto: por despecho", le termina diciendo a Leonardo.

Tras esta conversación, Leonardo decide abandonar el fresco, sin pensar que la gente diga que ha huido del gran reto: "Que digan lo que quieran".

Leonardo - Miguel Ángel quería ser como Da Vinci

Sanseverino reaparece en Florencia

El rey de Francia aún gobierna en Milán, y los más allegados al duque quieren que Ludovico vuelva al ducado. Para ello necesitan que Florencia apoye su causa. Sanseverino se presenta en la ciudad florentina para pedir a Leonardo que convenza a Soderini y que solicite a los franceses la restitución del Sforza.

En un primer encuentro, Da Vinci deja con la palabra en la boca al enviado del duque de Milán, pero más tarde, le dice que no le apoyará: "Recuerdo lo que ocurrió en Milán. Recuerdo el rostro de aquel pobre niño. Lo recuerdo muerto en mis brazos. Ludovico no recibirá de mí más que mi odio y mi condena".

Caterina se muda a casa de Leonardo

Tras su esperado reencuentro al regreso de Leonardo desde Imola, Caterina se ha mudado a la casa del artista. Esto no le gusta nada a Salaí, pues la joven ha ocupado la que era su habitación. En cambio, está convencido de que Leonardo nunca le dejará de lado.

El joven no se fía de Caterina. Por casualidad, cuando el amigo de Leonardo está en la plaza, ve a la joven entrando en el palacio de los Benci. Es cuando se da cuenta que esconde un secreto. Giacomo le reprocha que mienta a Da Vinci, pero ella le ruega que no le diga nada ¿Qué será lo que esconde?

¿Tuvo Leonardo un hijo?

En el capítulo 6, Leonardo confesaba a Stefano Giraldi ser el autor de la muerte de Caterina. Pero Giraldi no le cree y por eso se niega a dar por concluida la investigación. Buscando en la casa del artista encuentra lo que la mujer escondía de las manos de Salaí. Esto le lleva hasta el padre Luca Paccioli, que tiene oculto a un niño que dice ser hijo del genio del Renacimiento.

¿Por qué habrá dicho que es un vástago de Leonardo? ¡No te pierdas el próximo jueves el último episodio de Leonardo!