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'Al final del túnel', un thriller trepidante

La película en la que Clara Lago se convirtió en una argentina de acción

Por
La actriz Clara Lago
La actriz Clara Lago, protagonista de 'Al final del túnel'

¿Quién ha dicho que un hombre en silla de ruedas no puede atracar un banco? Leonardo Sbaraglia destierra cualquier duda en Al final del túnel (2016), de Rodrigo Grande, un trepidante thriller que protagoniza junto a Clara Lago que dejará al espectador agarrado a la butaca. La película de la semana en el catálogo de RTVE Play: ¡Manos arriba! cuenta la historia de un hombre en silla de ruedas que decide inmiscuirse en el robo a un banco que se prepara desde la casa vecina. La irrupción en su casa y en su vida de una sensual bailarina de striptease acompañada de su hija complicarán el asunto.

Sbaraglia soporta el peso de la película con un personaje torturado. “Es un hombre que está en silla de ruedas, pero tiene una discapacidad emocional, de no saber qué hacer con su vida. Ha perdido a su familia y se ha aislado del mundo”, dice el actor argentino en una entrevista a RTVE Digital. La llegada de Berta, una striper más dicharachera, le brindará una nueva oportunidad en la vida. “Berta y su hija suponen esa entrada de luz que al principio no quiere ver, pero que poco a poco va calando”, dice Clara Lago.

Como en el buen cine negro, muchos son los temas que aparecen en Al final del túnel: codicia, culpa, corrupción. “También la soledad, la paranoia, y, de alguna manera, las segundas oportunidades y el camino que uno tiene que hacer para poder vivir”, añade Sbaraglia.

Los retos de Sbaraglia y Lago

Aparte de los giros que descubren nuevas aristas de sus personajes, los dos intérpretes se enfrentaron a dos retos muy obvios en su interpretación: Sbaraglia, al desafío físico de no moverse de cintura para abajo; Lago, a hablar con acento argentino.

Por su parte, la protagonista de la saga Ocho apellidos…, se dejó llevar por su intuición y, tras recibir alguna clase, optó por hablar con acento también fuera de la cámara durante las semanas de rodaje. “Primero porque soy muy lorito imitando y tenía miedo de decir la frase tal y cómo me indicaban, y, segundo, porque me daba pudor hablar solo en argentino entre el acción y el corten”.

El éxito de su estrategia lo certifica una anécdota: la propia madre de Leonardo Sbaraglia se enteró que Lago no era argentina cuando el rodaje terminó y la actriz regreso a su acento natural. Con mimbres de cine negro clásico, Al final del túnel es un mecanismo de relojería de gran suspense. De hecho, Rodrigo Grande, que incorpora a actores fetiche de sus otras dos películas como Federico Luppi y Pablo Echarri (que también produce la película), cita a clásicos como Hitchcock, Polanski o Spielberg como referencias de su obra.

No recomendado para menores de 12 años Versión española - Al final del túnel (coloquio) - ver ahora
Transcripción completa

Parece que sí que hay luz al final del túnel

para Joaquín, Berta y su hija

y que el azar termina por ponerse de su parte.

Tras esta última vuelta de tuerca

damos de nuevo la bienvenida a Leonardo Sbaraglia y a Clara Lago

para hablar con ellos del rodaje de esta trepidante historia

y de sus magníficas carreras.

Clara, buenas noches de nuevo. Buenas noches.

Leo, buenas noches. Buenas noches.

Casi respiro viéndote aquí tranquilo y sereno

y moviendo las piernas

porque le he visto levantarse y sentarse y tal.

Hasta podemos bailar. Podemos bailar de todo.

Buf, respiro.

Respiro, sobre todo, por salir también

de una película un poco claustrofóbica

que os somete a un esfuerzo físico, psicológico y emocional

muy grande, ¿no?

Antes que nada me gustaría empezar por el final.

Por fin vemos que hay luz al final del túnel

para este trío de personajes a los que acabas queriendo.

¿Era posible otro final para el espectador?

Me parece que la decisión de Rodrigo

fue, justamente, darle una oportunidad a este hombre.

-Sí, ¿no? Arrojar un poco de luz.

Es verdad que es una película muy oscura.

Ah, a eso me refiero.

A todos los niveles.

Y es bonito que acabe con un rayito de luz.

A eso me refiero, ¿no?

Quizás no era posible otro final para el espectador, ¿no?

Había que respirar un poco.

Y hubiese sido muy dura la película.

Muy oscura y muy difícil en ese sentido.

Yo creo que toda la peli trata de eso, ¿no?

De tener esa posibilidad de empezar otra vez, ¿no?

Aun con medio cuerpo, con lo que sea.

Con lo que tengas.

Con medio cuerpo, con medio corazón, ¿no?

Yo creo que lo del medio cuerpo es una metáfora.

-Total.

-Pero, bueno, aunque sea con medio corazón.

Pero eso es mucho.

-Sí, yo creo que es importante para el viaje del protagonista, ¿no?

Empieza como muy cerrado a todo, a la vida,

y si, al final,

no le hubiera dado esa oportunidad desde el guion,

que también Rodrigo ha escrito la película,

de tener esa segunda oportunidad a todos los niveles,

sería "imagínate que decide que sí y ya se muere al final".

-No, no.

No queremos otro final.

Queremos luz al final del túnel

y que acabéis juntos, sin ninguna duda.

Clara, vamos a detenernos en tu trabajo.

En cómo compones el personaje

y en cómo matizas ese acento argentino

que es muy perfecto.

Y estabas rodeada de actores argentinos,

lo cual multiplica la dificultad.

¿Vos pusiste un aviso

de que alquilabas habitación con terraza?

En el tema del acento

hice en Madrid como cinco sesiones con una foniatra

que, por desgracia, ha fallecido.

Era maravillosa.

Ella me ayudó a sentar las bases del acento,

las diferencias entre el castellano y el argentino,

pero, luego, realmente fue un proceso

de las dos semanas previas al rodaje

en que yo me fui para allá y estuve en los ensayos,

en las pruebas y tal y escuchando.

Yo decidí hacer el ejercicio

de empezar a hablar argentino desde que pisé Buenos Aires

y con todo el equipo, con Leo y con Rodrigo,

hablaba todo el tiempo con acento argentino

para ir habituándome y ya está.

Eso fue.

Luego tuve también, por suerte, a Eli.

Maravillosa y bendita Eli que era la "script" de la película.

-Cómo la queremos a Eli. -Oh, por favor.

Y fue ella la que...

Era ella la que se encargaba de mantener un poco a raya el acento

cuando a mí de repente se me iba.

Hay un matiz

donde puedes tener ya pillado el acento.

-Se te iba muy poquito, muy poquito se te iba.

-Es un tema de la manera de hablar de cada uno.

Tú tienes tu... Sí.

Independientemente del idioma o del acento,

tienes tu propia manera de hablar.

Tú enfatizas las palabras.

Yo acabo de decir ahora "enfatizas". Claro.

Eso es mío. Mío de Clara, ¿no?

Entonces, por ahí es donde se me iba, yo creo.

A la hora de interpretar enfatizando en según qué sitios

es donde de repente se me iba sin que yo me diera cuenta.

Y ahí es donde Eli me reconducía y me decía: "Se te fue el cantito".

Yo digo: "¿El cantito? Vosotros sois los que cantáis".

-Pero, realmente, por ejemplo, mi madre,

que no te conocía como actriz española,

dice: "Pero ¿es actriz argentina?

No la conocía. Qué buena actriz".

O sea, no...

-Ese es el mejor piropo que te pueden echar.

-No se dio cuenta de que eras española.

Pensaba que eras una actriz argentina

que le había tocado la posibilidad de estar en la peli.

La verdad es que...

Yo nunca tuve esa facilidad.

Para mí,

que yo también he vivido el tema de los acentos,

es muy difícil.

Tu trabajo es en argentino y en castellano

y también nos puedes hablar de la dificultad de...

Pero muy... Yo lo...

Para mí siempre ha sido muy difícil.

Y me di cuenta, sobre todo, porque viví ocho años en España,

y durante esos ocho años, por supuesto, mejorando,

algunos roles mejor que en otros...

Pero cuando vuelves otra vez a trabajar en tu propio...

Idioma. Claro.

Ahí te das cuenta

cómo es volver a respirar el oxígeno que te hace bien

y que te gusta, ¿no?

Es una especie de liberación total.

Como dices en tu monólogo,

Madrid se había convertido en una plaza difícil para mí.

Volviendo al tema de la peli de Pedro,

fue de las primeras cosas que me dijo.

"No te preocupes por el acento porque se puede justificar.

El personaje vivió 30 años en Argentina,

así que habla como quieras".

-Yo soy muy fan de que la gente tenga su acento.

Esto de neutralizarlo todo hay un punto que...

A no ser que sea una exigencia del personaje

que tiene que ser de un lugar en concreto.

-En ese sentido, cada vez me pongo más...

Bueno, no duro,

pero intento llevar al límite

la posibilidad de hablar como uno habla.

Aunque el personaje hable diferente,

porque los personajes siempre hablan diferente.

Claro. Total.

-El tema es no estar pendiente de si se nota o no se nota.

Es que no fluyes igual.

Es verdad que no fluyes igual.

Estás pensando en eso y no fluye. Estás más encorsetado.

También puede ser una manera de anclarte al personaje.

-Es una manera de separarte de ti. -Claro.

También.

También está muy bien. Sí.

Es como tu propia...

Además, a mí me pasa que cuando hablo en inglés

o cuando hablo con acento argentino,

me cambia la voz.

O sea, es como que... Sí.

Porque la voz se coloca en otro lugar.

-Se coloca en otro lugar.

-Las vocales españolas

no tienen nada que ver con las vocales argentinas.

Las vocales argentinas son abiertas.

(IMITA VOCAL ARGENTINA)

-Es más arriba, es más agudo.

-El español es como A.

(IMITA VOCAL ESPAÑOLA)

-Creo que en español tengo una voz más grave

y en argentino y en inglés se me sube más.

Es muy interesante, ¿eh?

Sí, pero ya te separa de ti y eso, por un lado, mola mucho.

Y hay veces que he encontrado mucha más libertad

en ese acento o idioma ajeno a mí.

Pero cuando, de repente,

encuentras una dificultad de "esta palabra no me sale",

ahí es el peor corsé del mundo.

Se multiplica por diez. Sí.

La dificultad se multiplica por diez.

Sí, sí.

Quiero que me hables de otros aspectos del personaje.

Por ejemplo, ella baila

y tienes que hacer unas secuencias en las que bailas estupendamente.

Quiero que compartas con el espectador

cómo se rueda eso.

Si se rueda con música,

que normalmente no se rueda con música

y tienes que hacerlo a pelo,

cómo fueron los ensayos y cómo te preparas eso.

Eso es...

Ahí yo casi mato a Rodrigo,

porque, claro, la escena del baile este y tal...

A mí me encanta bailar en realidad.

Siempre me ha fascinado bailar.

Era como superoportunidad para hacer un baile y tal

y, entonces, les propuse una profesora

que yo tuve de baile.

Es maravillosa. Se llamaba Margareta.

Y fue la coreógrafa y dije:

"Que me haga una coreografía de puta madre y tal

y nos curramos una coreo y esto y lo otro".

Pero supercurrado, ¿no?

Y, de repente, llegamos al día del rodaje

y Rodrigo era como "pero, bueno, improvisa".

Y era como "pero, Rodrigo, sí tenemos una coreografía".

Y, claro, en el fondo, tenía en su cabeza qué iba a hacer.

Era como un videoclip e iba a ir montando y cortando,

pero, en realidad, fue como vale.

"Te hace ilusión hacer una coreo, pues haz la coreo".

Pero es genial lo que haces.

Pero de lo que sale,

prácticamente todo, fue de lo que me puse a improvisar.

Que yo me puse supernerviosa el día del rodaje.

Era la última semana.

De repente, con todo el equipo, yo...

La coreo estaba bien, pero yo no me acordaba bien del todo

y había partes complicadas

y todo el equipo delante y Leo y yo supernerviosa.

-Todo eso lo rodamos en Tenerife. -Sí.

Y, además, exterior.

Se puso a llover, el suelo empapado...

Era todo como a la contra.

Pero, al final, quedó muy chulo.

Para ti, Leo, el reto interpretativo

era complejo desde cualquier punto de vista.

Era un reto muy físico.

Creo que nunca has hecho un personaje

en que tuvieras que prepararte de esa manera físicamente

con la complejidad de la silla de ruedas,

de arrastrarte por el suelo y todo eso.

¿Cómo fue la preparación

y dónde encontraste las mayores dificultades?

Bueno, en principio,

yo venía de hacer una película de un boxeador.

Un mes antes había terminado el rodaje

de "Sangre en la boca".

Entonces, eso a mí me ayudó.

La coyuntura me ayudó a que estuviera muy fuerte

y, de alguna manera, sí me servía para el personaje

porque estaba muy grande.

Y luego era cuestión de encontrar ropa muy holgada en las piernas

para que las piernas parezcan como un trapo, ¿no?

Y cómo las mueves. Claro.

Pero lo bueno...

Lo que me ayudó mucho fue que estaba muy fuerte

y se me veía muy grande.

Que es lo que pasa con esta gente

que está usando todo el tiempo los brazos

como si fueran piernas

y, realmente, viven de eso

y tienen que estar fuertes.

Yo trabajé con Paco Siquot,

que es un chico que tuvo un accidente

hace muchísimos años

y quedó con esa situación en sus piernas

y me ayudó mucho observarlo.

Y él, de alguna manera, me fue dando clases, ¿no?

Sobre todo porque, además, lo que a mí más me interesaba

era que la silla fuera parte de mi cuerpo,

porque es como si fuera un centauro de alguna manera.

Claro, la silla tiene que ser...

La sensación que a mí me daba viendo a Paco

o a otras personas con la misma discapacidad

es que parece que es algo orgánico la silla y su cuerpo.

Entonces, a mí me interesaba como actor

tratar de transmitir eso, ¿no?

Como que hubiese algo en el imaginario

que era como todo lo mismo, ¿no?

Y eso creo que lo fuimos logrando, por supuesto, de a poco.

Y, después, el tema de caer, por ejemplo.

Eso era muy...

Practicamos mucho el tema de cómo caer de la silla,

de cómo volver a subir sin usar las piernas

y el tema de la disociación, porque lo importante era eso, ¿no?

Como que las piernas realmente están como...

Como muertas. Completamente...

En eso había como que anular una parte de tu cuerpo

y eso te va naturalmente llevando

a la composición del personaje.

Como que lo vas encontrando desde un lugar muy físico, ¿no?

Pero fue muy bonita la experiencia.

Todo esto de estar trabajando con la dificultad, ¿no?

El personaje es como que todo el tiempo tiene...

Es como si fuera un héroe de acción

con la paradoja de que está en una silla de ruedas.

Pero, en realidad, es un héroe de acción.

Es una película de acción en silla de ruedas.

La contradicción es la dificultad máxima.

Claro.

Entonces, era muy interesante esto.

Que la silla, en ese sentido, nunca fuese un obstáculo.

Y, sobre todo, creo que Rodrigo tenía muy claro

un ritmo muy fuerte a la hora de hablar.

Él quería mucho vértigo inclusive.

Yo sentía que hablábamos rapidísimo. Tú inclusive.

Bueno, volviendo al tema del español y el argentino.

El español, en general, habla mucho más rápido

que el argentino.

Bueno, en esta película tú tenías que hablar en argentino,

pero muy rápido además,

que, seguramente, debe ser más fácil como ejercicio

que lo que nos puede parecer a nosotros.

Nosotros, en general, somos más sinuosos para hablar.

Pero él, aun siendo en argentino, buscaba mucha precisión

y rapidez en los diálogos.

Tenían, para mí, muchísimo vértigo.

Y creo que eso lo fuimos encontrando...

Yo me acuerdo

que de los primeros días de rodaje él sí me insistió

en que no quería un personaje que tuviera...

Que se mostrase expresivamente...

Que tuviese algo sórdido en la expresión.

Como uno podría pensar cualquier cosa de una persona

que tiene discapacidad en las piernas, ¿no?

Aparte, se dice así. No se dice parapléjico.

Se dice una persona con discapacidad en tal lugar, ¿no?

Eso también es algo que me aclararon mucho

todas las personas que me ayudaron justamente con esa discapacidad.

Para aclararlo, ¿no?

Pero a lo que iba es que Rodrigo no quería mostrar

una persona que se mostrase débil

o se mostrase con esa discapacidad.

-Por eso da la sensación de ser un Bruce Willis.

-Un tipo muy entero al margen de su dolor

y al margen de todo.

Pero él tampoco quería hacer énfasis en eso.

Fue de las primeras cosas que pasaron.

Que yo el primer día de rodaje

quizás fui con esa propuesta un poco más dolida como actor

y no.

Enseguida fuimos encontrando otra cosa.

-Hombre, siempre es más interesante.

Que no se muestre, sino que se insinúe,

que se vea ese dolor debajo de esa carcasa de protección

que creo que tienen los dos personajes a su manera

y que es salvarse mutuamente.

Son dos personajes que se encuentran en un momento

en el que sus caretas se desmotan,

o lo que tenían construido cada uno se desmonta,

y en ese encontrarse desde un lugar más vulnerable

se salvan mutuamente, ¿no?

-Esa niña con esta mujer

le vuelven a recordar ese paraíso perdido, ¿no?

Entonces, al personaje, cuando vuelve a sentir algo,

se le desencadena todo ese dolor.

Hay un momento que es bisagra en la película,

que están ahí en el jardín mirando los fuegos artificiales

y está la niña al lado

y en el que a partir de ese momento decide no fumar más

como una manera de empezar a cuidar algo.

A cuidarse.

El ser humano necesita motivaciones para moverse,

para latir, para palpitar, para avanzar...

Si no hay motivaciones, realmente no se construye, ¿no?

Hablemos del aspecto formal. De la parte técnica.

Se trató de un rodaje muy especial.

Casi todo en estudios

y con unas construcciones perfectamente diseñadas para esto.

El túnel de 30 metros.

Háblame de la película a nivel técnico, por favor.

Sí.

En ese sentido, todo fue un gran diseño de Rodrigo,

del director,

porque tenía planificada la película plano a plano él solito.

No es que habló con una persona que hace los "stories",

sino que él solito se iba dibujando cada plano

y creo que, de alguna manera,

se le había ocurrido esta ingeniería del ascensor.

Era muy difícil encontrarlo eventualmente

en un decorado o en una casa real.

Entonces, se construyó en un plató

todo un decorado de varios niveles que tenía este elevador

donde el personaje tenía que subirse con la silla

y bajar.

Todo en un plató.

Lo hicimos todo en un plató ahí por la boca

y fue muy interesante también y muy cómodo.

Yo creo que para los actores, no sé qué opinarás tú,

pero creo que para los actores siempre es muy cómodo

trabajar en plató,

porque sabes que vas todos los días al mismo lugar,

tienes tu sitio, te encuentras...

Creo que el tema de la concentración también es muy preciso.

Y, bueno, por otro lado,

la parte de los efectos y el túnel se filmó en Tenerife

y esto fue toda otra aventura,

porque se construyó este túnel, se construyeron varios túneles,

porque el túnel, que era un túnel enorme que se hizo.

Prácticamente, una serpiente de 30 metros

por la cual teníamos que ir todo el tiempo.

A nivel físico eso fue otro reto.

Yo creo que es mucho más duro que estar en la silla de ruedas,

que fue el hecho de esto.

Yo, el primer día... De caminar con los codos.

Al segundo día de trabajar en Tenerife

que era arrastrarme todo el día

no podía más.

O sea, me lastimé los brazos.

Fue durísimo porque estábamos haciendo tomas

y yo, en cada toma,

tenía que caminar 30, 40 o 50 metros con los brazos.

Cada toma.

Después, se tenía que meter en el agua,

que también era otra situación de estar dentro del agua.

Y esto sí es un trabajo justamente impresionante.

El trabajo de efectos, el trabajo de diseño,

el trabajo de la gente que hizo la escenografía

y el trabajo de arte es realmente impresionante.

Es impresionante lo que se ha hecho.

En la medida que vamos retrocediendo podéis ir avanzando

y vamos cerrando las puertas.

Si hablamos de referentes cinematográficos,

sin duda hay un paralelismo muy elocuente

con "La ventana indiscreta" de Hitchcock.

Y quería saber, si lo tuvisteis en la cabeza,

hasta qué punto el director os habló de ello.

Sí, hablamos.

Hablamos un poco de Hitchcock,

como en sí es muy fan de ese director.

Pero, bueno, en definitiva, también a mí me sirvió

ver muchas películas.

A mí, como actor, en lo actoral, me sirvió mucho ver películas

que tenían que ver con la discapacidad.

Volví a ver el trabajo de Javier en "Carne trémula", por ejemplo.

Paco, el chico que trabajaba conmigo,

decía que siempre le había quedado el texto que dice Javier

en un momento en "Carne trémula"

que es que uno, en realidad,

lo que está haciendo es mirar el piso

para no pisar la mierda

porque en realidad todo te va a las manos

y, de alguna manera,

eso es algo que está muy presente todo el tiempo.

Son personajes

que están todo el tiempo arrastrándose.

Tengo que mirar la mierda para no mancharme.

Los charcos, las potas,

los bordillos para no romperme la cabeza.

Si Hitchcock recomendaba no rodar con perros ni con niños,

Rodrigo se saltó las normas del maestro

y rodó con las dos cosas.

¿Cómo fue la experiencia?

Uy.

Además, el perro era un perrito

que lo traía justamente Walter Donado,

que también trabaja en la película como actor.

Es el mismo actor de "Relatos salvajes".

Sí.

El mismo que trabaja conmigo

en el capítulo nuestro de "Relatos salvajes".

Él, además, originalmente,

él es el tipo que te lleva los animales al rodaje.

De ahí lo conoce Sorín.

Dónde él hace su primera película.

Y, luego, bueno, él sigue trabajando de eso.

Trabaja como actor, ¿no?

Por suerte, ahora cada vez más.

Casi sin serlo, ¿no?

Pero, bueno, ha ido desarrollando una carrera.

Pero, bueno, él era el encargado

no solamente de actuar y hacer ese personaje,

sino de llevar el perrito.

Y cuando no estaba rodando como actor,

él estaba ahí cuidando al perrito.

Son perros especiales amaestrados para poder hacer cine.

Sí.

Y, además...

Sí, sí, claro.

Fue un perro muy especial

porque Rodrigo, en lo personal, tiene una relación.

Tenía una relación muy importante con su propio perro

que murió al poco tiempo de...

No me acuerdo exactamente,

pero al poco tiempo de terminar el rodaje

murió su perrito.

Y, claro, vos veías también el vínculo que tenía

porque ese perrito

era lo último que le quedaba de vida afectiva

a este personaje, ¿no?

La relación con su perro.

Y, luego, bueno, la niña,

que prácticamente no habla en toda la película

y por eso también tenía la dificultad expresiva

de mostrarlo todo con esa...

Casi sin hablar en toda la película.

-Creo que es una de las secuencias que más pánico me daba a mí.

-Cuando lo descubres, ¿no?

-Cuando Berta se entera

de que el personaje de Pablo Echarri...

No se llega nunca a especificar exactamente

hasta dónde han llegado los abusos.

Es como un...

"Me dice

que así juegan papá y mamá".

No sé exactamente cómo decía el diálogo.

Pero, bueno, el drama es ese, ¿no?

El enterarte de que tu pareja

ha estado abusando de lo que...

Ya no solo de lo que más quieres en el mundo,

sino de eso...

O sea, tu misión en la vida es proteger a ese ser, ¿no?

Que va más allá de amar o no.

Sino que es una cuestión de que es mi responsabilidad

el que a este ser vivo no le pase nada.

Y que en tus narices le haya pasado esto

y no lo hayas visto

tiene que ser la cosa más terrorífica del mundo.

De impotencia, de frustración.

Y de culpa, ¿no? De rabia, de culpa...

De cómo no...

Pero yo creo que pasa eso además.

O sea, no sé si siempre pasa,

pero no me parecería raro que sucediera el no querer ver.

Cuando algo es tan fuerte,

la capacidad que tenemos de engañarnos

es alucinante

y de generar discursos lógicos que tapen

y que justifiquen que no pasa nada para no ver.

Es muy bonito cómo construyes el personaje.

Es un personaje con velocidad interna, ¿no?

Ella va por...

¿Sabes?

Es como ágil.

Ágil por...

Es ágil, práctica.

Es muy bonita esa fusión. Es superviviente.

Creo que Berta es una superviviente.

Tiene esa cosa interna como de cómo hay que...

A ver qué tengo que hacer para llegar a conseguir lo que sea

para sobrevivir.

Sí. Tiene eso.

Dejá de apuntarme con eso. ¿Qué pensás hacer?

¿Enterrar cuatro cadáveres en el fondo?

De Federico Luppi, ¿no?

Bueno, efectivamente. Federico Luppi.

Podemos decir lo que tú quieras de Federico Luppi.

Un grande.

Un grande. Por Dios.

Es un placer verle siempre y recordarle.

Un gran actor, un gran compañero de trabajo,

una gran persona...

Un tipo que yo creo

que es de esa generación de actores en la Argentina

que son esos actores de ochentaipico que ya van quedando muy pocos.

Nos queda Pepe Soriano, nos queda Héctor Alterio,

Alfredo Alcón, Federico Luppi, ¿no?

Son tipos de una gran...

Que no solamente han tenido un gran compromiso en lo artístico,

sino también un gran compromiso en lo personal

en relación a un gran compromiso político

con su país, con la lucha...

Y es una generación, y Federico en particular,

que ha dejado un legado en ese sentido muy grande.

Da una cosita cuando le empuja y cae al suelo

que me hubiera levantado para traspasar la pantalla

y recoger a Federico Luppi del suelo.

Porque, además, estaba ya muy delicado físicamente.

Entonces, era muy complicado.

Pero los actores hasta el final.

Hasta el final.

Es un compromiso con tu profesión. Hasta el final.

Con ochentaipico o noventaipico años arriba en el escenario

y delante de una cámara.

-Sí, ¿no?

-Eso es increíble.

Ojalá llegásemos así.

Tan bien.

Y tan bien, exacto.

Pues se está terminando el tiempo.

Podríamos haber estado hablando muchísimo más rato.

Ya te digo.

Pero, bueno, yo creo que querías hablar

de una cosita que te importa mucho.

Es tu fundación, Clara. Sí, sí.

La verdad es que la fundación Ochotumbao,

que ya llevamos un par de añitos y es...

Bueno, todos los proyectos...

Me encanta mi trabajo y hacen ilusión,

pero este proyecto...

No tiene nada que ver.

Es otra cosa que te alimenta de otra manera, ¿no?

No hay nada

que iguale ese espacio, ¿no?

La verdad es que estoy supercontenta y superorgullosa

de sacar este proyecto adelante.

¿En qué consiste?

Somos una fundación

cuyo objetivo es dar visibilidad y recaudar fondos

para otras asociaciones u ONG que trabajen con personas,

con colectivos de personas desfavorecidas,

con la protección del medioambiente o de los animales.

Entonces, bueno, básicamente todo.

No hemos querido ponerle puertas al campo.

Sí, porque...

Esto fue lo más complicado en realidad.

Te obligan normalmente a tener un único objetivo

y nosotros...

Como todo esto surgió de esta idea

que ya veníamos practicando en las galas benéficas estas

que hacemos en Málaga,

el ¿Quieres ayudar conmigo? todos los diciembres,

pues queríamos mantener ese espíritu

de poder seguir ayudando a distintos colectivos

y no tener que enfocarnos solamente en uno,

porque tenemos...

Ya no es solo que tengamos muchas inquietudes,

sino que hay muchos aspectos del mundo

que necesitan ayuda.

Entonces, bueno, ahí vamos. Haciendo proyectitos.

Hemos sacado un libro maravilloso, que se llama "Habla de nosotros",

hacemos retos deportivos como el que hice hace poco para...

El primero que hacíamos más para medioambiente.

Vamos haciendo un poco...

"Improviciados" es nuestra seña de identidad.

Pues enhorabuena. Muchas gracias.

Muchísimas gracias a los dos. Un placer como siempre.

Por haber estado aquí compartiendo esa estupenda película

con esas interpretaciones fantásticas.

Gracias a los dos. Muchas gracias.

Gracias a ti.

Gracias a vosotros también.

Ya sabéis que nos volvemos a encontrar

la semana que viene aquí

para seguir compartiendo el mejor cine español reciente.

Y si estáis por Madrid,

no dejéis de pasaros por el cine Doré,

sede de Filmoteca Española,

para disfrutar del ciclo "Versión española 20x20"

con 20 títulos fundamentales

de estos 20 últimos años del cine español.

Nos vemos.

Un beso muy grande. Chao.

Versión española - Al final del túnel (coloquio) - ver ahora