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'El loco de la colina'

Rocío Jurado en la última entrevista que concedió en vida: "Si me voy no será porque no haya habido pelea"

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Tesoros de la tele - Jesús Quintero entrevista a Rocío Jurado por última vez en 'El loco de la colina'

Muchos ponen su vida frente a las cámaras, pero pocos tienen la oportunidad de despedirse con la gracia de la gran Rocío Jurado. La más grande de España escribió su testamento, sin saberlo, en el íntimo plató en el que Jesús Quintero realizaba sus entrevistas históricas en Televisión Española. 'El loco de la colina' era su amigo, su admirador, y tal vez el único periodista a la altura del trabajo: retratar a Rocío Jurado o, mejor, dejar que ella misma se autorretratase. Hablar con ella del amor, de la familia, de fama, de la vida y de la muerte. Y del arte, porque si algo tenía ella era arte: para cantar y para expresarse con la fuerza y la honestidad de una personalidad irrepetible.

Rocío Jurado murió el 1 de junio de 2006. El 10 de enero, tras recuperarse de una operación de su cáncer de páncreas, concedía su última entrevista. En un año que ha vuelto a poner a su familia en el punto de mira, en el que Rocío Carrasco vuelve a recordar públicamente los consejos y la sabiduría de su madre y en el que todo el mundo piensa, todavía, en la Chipionera, recuperamos algunas de las preguntas y algunas de sus respuestas.

"A mí me queda... siempre queda mucho por hacer"

P: ¿A qué temes más: a los dolores del cuerpo o a los dolores del alma?

R: Hombre, a los del alma. Los dolores del alma yo creo que dejan más huella que los del cuerpo. Los del cuerpo se olvidan... algunos. Los del alma, no.

P: ¿El mundo se viene abajo cuando a uno le comunican lo que tiene?

Totalmente. Se acaba la vida, se acaban las perspectivas, se acaba el proyecto de futuro, se rompe, no hay futuro, no existe... Tú piensas: "Hasta aquí hemos llegado". Es un momento muy fuerte, porque entonces es cuando te asalta la duda de si has hecho lo correcto. Yo siempre he tenido la preocupación de pensar si he hecho lo correcto. A veces he creído que sí, otras veces creo que he metido la pata. Pero en ese momento es cuando de verdad te miras hacia dentro y dices: "Bueno, he estado aquí hasta ahora. ¿Habrá valido la pena? ¿Habré hecho las cosas como se esperaba? ¿Por qué me pusieron aquí en el mundo? ¿Para hacer lo que he hecho o para hacer alguna otra cosa?" Me ha quedado... siempre quedan muchas cosas por hacer. Eso también lo pienso. Es un momento tremendo cuando ves que no hay 'solución de continuidad', como dicen en las películas.

"La vida es así: alegría y llanto"

P: Rocío, ¿te emocionas ahora por cosas por las que no te emocionabas antes?

R: Sí, claro que sí. Por ejemplo, yo antes me emocionaba mucho cuando veía a una mujer embarazada, siempre me ha gustado mucho la maternidad. Pero es que ahora ya no me hace falata ni verlo. Pensar que ya yo no voy a poder... y pensar que nunca más ante una cosa que te llega tanto es muy fuerte, muy fuerte. Pero la vida es así: es alegría y llanto.

P: ¿No has perdido la alegría de vivir?

R: No, no, al contrario. Tengo unas ganas de luchar...

P: ¿Sientes que vas a ganar la batalla?

R: Y si no la gano... cuando me vaya no será porque no haya pelea. ¡Hombre, claro! Vamos a estar ahí con el mazo. (...) Mira una cosa que voy a decirte y que creo que es válida o puede ser válida: esa enfermedad juega con el miedo de una persona. "No me quiero enterar", eso dicen muchas personas: "No quiero saberlo". El "no quiero verlo" no puede ser; al contrario, hay que enfrentarse y rebuscar y decir: "Ahí estás tú, ahí te voy a dar". Hay que enfrentarse a ello y, si tú estás preparada y si te enfrentas, lo puedes coger a tiempo, que es lo importante de esta enfermedad.

P: ¿A ti te importa la opinión de los demás?

R: Siempre me ha importado. Eso que dicen de "A mí me da igual lo que digan", eso es mentira. Yo no creo que sea verdad ni para los que lo dicen mucho. Yo no lo he dicho nunca, pero, para los que lo dicen, yo tampoco lo creo.

P: ¿También cuando cantas? ¿No te da igual lo que puedan opinar?

R: No. Quiero gustar. Quiero que lo que yo estoy exponiendo guste.

P: Tú quieres convencer a cada uno.

R: A cada uno. Si fuera posible, persona por persona. Como vea una carita así... un poquito disgustada, una persona a la que vea que no le he llegado... ahí es donde empieza mi lucha, ahí empieza otro concierto. Hasta que no lo vea entragado, no paro.

"Todo lo que he ganado lo daría con tal de volver a ser anónima"

P: Tu vida privada nunca fue privada.

R: Bueno, algunas cosas siguen siendo privadas, gracias a Dios, y Dios quiera que lo sigan siendo, porque toda la vida en un escaparate es imposible. No se podría sobrellevar eso. Ningún ser humano podría sobrellevarlo. Yo creo que es una de las cosas peores que le puede ocurrir a un ser humano tener su vida en un escaparate las veinticuatro horas del día.

P: ¿Tú pagarías por el anonimato una cantidad todos los meses?

R: Pues pagaría tanto como he ganado por conseguir no ser una persona anónima. O sea, he luchado por no tener anonimato, pero todo lo que he ganado lo daría con tal de volver a ser anónima, por lo menos, como persona. Aunque, como siempre, hay que pagar un precio en la vida, por mi vida de estrella, mi vida artística en general, y he tenido que pagar muchísimo. Y sé que se tiene que pagar... pero no tanto. No es justo. Porque tú das mucho ya, y tú pones mucho ya, arriba en el escenario, tú te abres por dentro, y lloras, y cuando estás hablando de amor, te enamoras de verdad en ese momento y estás dándole a la gente esa verdad tuya, porque es una verdad que tú sientes. Si luego hay un ratito en el que tú quieres vivir eso en la intimidad, deberías tener derecho a ello. Yo sería incapaz de meterme en la vida de nadie, quien sea.

P: ¡Qué cantidad de armarios!, ¿verdad? Pero sólo salen las folclóricas y los homosexuales... Podían salir también anarquistas

R: ¿Te refieres a los de la ropa artística? Yo de esos tengo un montón. De todo hay en la viña del señor. Además, te voy a decir una cosa: mira, de toda la vida de Dios ha pasado de todo. ¿Por qué hay que abrir el armario de par en par por la fuerza? Quien quiera tenerlo cerradito que lo tenga. A mí me da igual. Yo no me meto a escudriñarle a nadie en sus armarios, como tampoco quiero que nadie entre en los míos: yo tengo derecho a tener un armario cerrado. Y una cajita fuerte si quiero.

"Ser rencorosa nunca ha sido una de mis cualidades"

P: No sé si fue Agustín de Foxá quien dijo que el amor es una carga tan pesada que hay que llevarla entre tres

R: Mínimo.

P: ¿Qué te rebela?

R: La hipocresía. Y la crueldad. Son cosas que no puedo resistir. Me hieren. Muchas cosas me rebelan... las mentiras innecesarias... si admito una mentira es porque sea piadosa, pero es de las cosas que me ponen más nerviosa y me ataca ver que una persona está mintiendo.

P: ¿Se aprende a perdonar?

R: Sí.

P: ¿No hay rencor en tu corazón?

R: Se aprende a perdonar, muchísimo. Bueno, en estos momentos, por lo que he pasado, no te acuerdas de nada malo. Te cuesta trabajo recordar el rencor. De todos modos, ser rencorosa no ha sido una de mis cualidades.

P: Porque estás acorazada, porque ya es dificil herirte

R: Bueno, no te puedo contestar a eso, porque entonces la gente se iba a dar cuenta de lo vulnerable que soy. Y no me conviene.

P: ¿Por culpa de la fama se puede terminar encerrada en casa?

R: Sí, se puede llegar a no poder salir de casa, sentirte presa, además de verdad. No tiene otra lectura: simplemente no puedes salir de tu casa, ni siquiera al centro comercial que está al lado. De pronto, miras para atrás y ves que llevas una ristra de siete u ocho coches. ¡Y tú sólo vas a comprarle una batita a la niña! ¿Y sabes que significa eso? Significa que te tienes que volver y mandar a otra persona para que compre la batita. ¡Con lo que a mí me gustaría comprarle la batita a mi hija!

P: Lo que a ti te gusta es ser normal

R: ¡Claro! Porque eso es poder vivir como un ser humano. ¡Lo que a mí me gustaría poder pasearme por una playa, sentarme en Villa Caña, en Chipiona, con esos árboles...! ¡Y estar sentada allí, en un banco, y entran esos doblones, que parece que está el suelo lleno de monedas, y viene esa brisa del mar, y comerme un paquete de pipas allí...! ¡Eso no lo puedo hacer!

P: Cada día hay más gente que me cuenta que le ha decepcionado la fama

R: ¿Sí? Pues aquí hay una más. Aunque también es maravillosa... hay quien se mata por ello. Tiene dos lecturas: ¿vale la pena? Muchas veces me lo he preguntado y ¿sabes lo que te digo? Mira, a estas alturas, yo creo que gracias a esa fama también he podido hacer muchas cosas importantes, así que vale la pena. A veces la fama es como cuando estás muy enamorada y te enfadas con la persona que amas y le dices: "¡No te quiero ver nunca más...!". Y luego estás deseando verla.

Pioneras en el feminismo

"El amor es algo real, no es una ilusión nada más. El amor es todo"

P: Nunca he entendido bien por qué cantabas "Muera el amor"

R: Por eso que te he dicho antes... ¿a ti no te ha pasado? A veces uno dice: Se acabó. Se acabó el amor... porque me hace sufrir muchísimo.

P: Yo escuché a uno decir que cuando llevas veinte años con tu mujer, parece que te acuestas con una hermana: que falta la emoción...Y una vez le pregunté sobre eso a alguien y me dijo: "Es verdad: si a ella le cortaran una mano, es como si me la cortaran a mí", Eso es bonito.

R: Es bonito, pero decir que es como si te acostaras con una hermana tampoco tiene gracia. Porque a ver, tú, cuando te enamoras, te enamoras de una persona maravillosa para ti, aunque no valga un duro para otras personas. Para ti sí vale y esa persona sigue existiendo. Yo creo que de ahí nace el amor. El amor es algo real, el amor no es una ilusión nada más, una que tú creas... Eso no estoy dispuesta a consentirlo: el amor tiene una base, que es el hecho de que exista esa persona con la que tú te has encontrado y con la que te has comunicado. Esa persona existe y sigue existiendo, nunca va a ser como un primo tuyo o como un hermano con el que te metes en la cama.

P: Pues a mí Romeo y Julieta me parecían dos salidos

R: A ti te parece eso pòrque eres un sinvergüenzón. Pero no. No, el amor se tiene que ver como es, el amor es todo.

"No quiero volver atrás. Y no, desde luego, por el brillo de la juventud"

P: Si volvieras a nacer ¿te gustaría vivir la misma vida?

R: Sí. Hombre, a lo mejor cambiaría algunos momentos muy ingenuos que he tenido.

P: ¿Harías las cosas de otra manera?

R: A lo mejor, pero no las haría de un modo muy diferente. Ya te he dicho que todo me ha servido.

P: ¿No hay un error que te pese?

R: No, tengo errores, pero, aunque me pesen, están ahí y no se pueden cambiar. Y si tuviera que vivirlo de nuevo, posiblemente actuaría de la misma manera.

P: Última pregunta, querida Rocío, ¿tú cambiarías los 300 premios mundiales que tienes, los éxitos en los grandes teatros del mundo, los poemas escritos por Alberti o por Gala? ¿Lo cambiarías todo por el brillo de la juventud?

R: No. Yo no quiero volver atrás. Lo vivido, vivido, y lo pasado, pasado, y que Dios me dé muchos días para tirar para adelante. Y si volviera a nacer posiblemente caería en las mismas. Porque lo que no puedo hacer es renunciar a ser como soy. Y creo que aunque me volvieran a fundir, como funden los metales, siempre sería yo con mi manera de ser, y ante una misma cosa reaccionaría de una misma manera. No quiero volver atrás. Y no, desde luego, por el brillo de la juventud. Si volviera para atrás, sería solamente por ver otra vez la carita a mi padre y a mi madre y a la gente que se me ha ido. No por ser más joven. Tengo yo una niña que se llama Gloria y un niño que se llama José Fernando y una nieta que se llama Rocío y un nieto que se llama David, y veo la juventud y la frescura de una mujer joven en mi hija y en mis sobrinos, y todo eso lo vuelvo a vivir con ellos. Vivo la frescura de la juventud de muchas maneras. De mi vida... bueno, lo que ha pasado está bien: las penas y las alegrías.

"Te quiero, Rocío". Así terminaba Jesús Quintero su entrevista.

Puedes ver el homenaje completo a El loco de la colina en Tesoros de la tele. Más noticias en Corazón y tendencias.