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Aquí la Tierra

Día de la preservación de la capa de ozono. ¿El ozono es siempre bueno?

  • El 16 de septiembre se celebra el Día de la Preservación de la Capa de Ozono
  • El ozono en la estratosfera nos ayudar a protegernos de parte de la radiación solar
  • El ozono es un potente contaminante cuando está en la superficie
  • Isabel Moreno, de Aquí la Tierra, nos cuenta curiosidades

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Día de la preservación de la capa de ozono
¿El ozono es siempre bueno? Isabel Moreno te saca de dudas, en Aquí la Tierra

El 16 de septiembre se celebra el Día de la Preservación de la Capa de Ozono, un día que nos sirve para recordar que, con los esfuerzos necesarios, podemos solucionar un gran problema ambiental que amenaza nuestra salud. ¡Además en 2020 tiene fecha redonda! Se celebran 35 años del Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, que sirvió como marco para acuerdos y medidas posteriores enfocadas a recuperar este gas en la estratosfera.

¿Qué pasó con la capa de ozono?

El ozono es oxígeno agrupado de tres átomos en tres átomos (cuando lo hace de dos en dos es el oxígeno que respiramos). Más del 90% del ozono que tenemos en la atmósfera lo encontramos en la estratosfera, una capa que se sitúa grosso modo entre los 10 y los 40-50 km de altura. En esta región está la famosa capa de ozono, que filtra una gran cantidad de radiación ultravioleta que nos llega del sol y hace posible la vida tal como la conocemos.

Resulta que, a partir de la década de los 70, se descubrieron determinadas sustancias que destruían el ozono y que había una región sobre la Antártida en la que estaban disminuyendo las concentraciones de este gas.

Esto era muy preocupante, se estaba debilitando nuestro escudo contra parte de la radiación solar. ¡Pero estaba planteada la ecuación perfecta! Sabíamos el problema, el responsable y la solución: eliminar los gases responsables de la destrucción del ozono.

Precisamente fue lo acordado en el Protocolo de Montreal en 1987. ¿Ha tenido éxito este acuerdo? Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, se han eliminado más del 98% de las sustancias que debilitan la capa de ozono y su recuperación progresa adecuadamente, esperando que se pueda recuperar por completo a mediados de este siglo.

¿El ozono es siempre bueno?

Por todo lo que os hemos contado, podríamos pensar que el ozono es un elemento bueno para nuestra salud, ¿verdad? Pero la respuesta es la siguiente: ¡depende de donde esté!

Cuando el ozono se encuentra en la superficie recibe el nombre de ozono troposférico (básicamente porque esta capa atmosférica se llama troposfera), y es un potente contaminante. Esta sustancia puede provocar tos, irritación en los ojos, agravamiento de enfermedades cardiorrespiratorias e, incluso, es atribuible a cierto porcentaje de mortalidad. Un dato: en la actualidad, el ozono está detrás de unas 500 muertes al año en España, según la Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III .

¿Cómo se forma el ozono troposférico?

El ozono troposférico surge de la reacción de otros elementos contaminantes como, por ejemplo, los óxidos de nitrógeno que podemos obtener de forma natural o por nuestras actividades. Entre estas últimas, destaca la quema de combustibles fósiles de los vehículos y esto provoca que las ciudades sean uno de los lugares donde podemos encontrar más ozono troposférico.

Además, la luz solar y las condiciones meteorológicas juegan un papel muy importante en estas reacciones que producen ozono. En concreto, se favorece la formación de este contaminante en los meses de mayor insolación, es decir, durante las estaciones de verano y primavera.

¡Y no sólo eso! Hay otros factores meteorológicos que ayudarán a tener más o menos concentración de este gas. Si las condiciones meteorológicas son muy estables, el ozono va a quedar confinado en lugares concretos y, por el contrario, se dispersará cuando tengamos fenómenos como el viento (aunque, esto puede ayudar a aumentar las concentraciones de ozono en otro punto).

Para terminar: el ozono y el cambio climático.

Tenemos que tener claro que el agujero de la capa de ozono y el cambio climático  (aunque algunas de nuestras acciones tengan reflejo en ambas). Ahora bien, el cambio climático puede favorecer que en algunos lugares tengamos más cantidad de ozono troposférico.

¿Dónde está la clave del asunto? Os habíamos contado antes que la luz solar y la meteorología son importantes para formar ozono en la superficie. Si el cambio climático favorece esas condiciones en algunas zonas, también se fomentará la creación de este contaminante en dichos lugares.

Por tanto, lo más efectivo para evitar el ozono en la superficie, será reducir la emisión de los gases que lo forman, disminuyendo, por ejemplo, la quema de combustibles fósiles asociadas al transporte. ¡Y podemos hacerlo! El ejemplo de la recuperación de la capa de ozono es una prueba de que, con las medidas adecuadas, se pueden solucionar grandes problemas que perjudican nuestra salud.