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'La vida de Brian' sigue siendo divertida y entrañable 40 años después

  • La película fue vista por un millón 300 mil personal
  • Esto es lo que cuenta el directo de Dias de cine clásico sobre el film
  • Puedes volver a ver La vida de Brian en RTVE.es

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Días de cine clásico - La vida de Brian

Qué alegría me da, en estos tiempos en los que las alegrías se podrían poco, ver los datos excelentes de audiencia que nos ha regalado esa joyita del cine independiente británicoLa vida de Brian. Es auténtica handmade film, que hacía honor al nombre de la productora bautizada así por George Harrison, productora y productor de la película tras la negativa de EMI a producirla al considerar que era obscena.

Yo en particular creo que esta película está más allá de cualquier controversia, obscena o sacrílega, pues a fin de cuentas en el film queda claro desde el primer momento, qué Brian es Brian y no Jesús de Nazareth. Por eso, siempre me ha sorprendido el escándalo que en su día ocasionó en países supuestamente no tan religiosos como España, y el exitazo que tuvo en España desde el primer momento de su estreno, aunque fue en versión original con subtítulos.  El glorioso doblaje que conocemos de la película pertenece al derecho para su reestreno 10 años después.

Me gusta pensar que la gente está deseando ver buenas películas y que va a responder de forma contundente a su emisión. En Días de Cine Clásico ya hemos podido comprobar más de una vez y más de dos, cómo hay películas que alcanzan unas enormes cotas de audiencia, en particular para lo que es la televisión generalista y el tipo de películas que se programan. Pasó con El gran Dictador, y ha pasado con algunos otros títulos, alguna vez de forma inesperada cómo sucedió con Los cañones de Navarone.

Pero la emisión ayer noche de La vida de Brian batió todos los récords imaginables. No solo que la media fuese de un 7.5% de share, llegando al 9, si no esas cifras medias de 1.300.000 espectadores, con picos de casi 1.700.000.

Yo creo que la respuesta está, por un lado, en lo muy divertida que es la película, lo muy entrañable que sigue siendo después de 40 años.  Por supuesto, sigue siendo heterodoxa gamberra e irrespetuosa... Pero también clarividente en muchísimas cosas qué forman parte, por desgracia, de ese papanatismo cultural que nos ahoga intelectualmente desde hace ya demasiado tiempo.

La película se ríe de todo y de todos. De lo divino y de lo humano. De lo sagrado y lo profano. De las trifulcas ideológicas entre supuestos afines, y de todos los ismos reivindicativos de forma tan necesaria como naif, que hemos sufrido en los últimos 40 años.

Por otro lado, me gustaría pensar que el hecho de que estamos viviendo una situación excepcional, no debería empujar a que una película como La vida de Brian tuviese ayer la tremenda acogida que tuvo. En el fondo de mi ser, me lleva a pensar que siempre hay un montón de gente dispuesta a escoger una buena película que emita La 2. Pero me temo que mi lado racional puede con mi lado emocional, y creo que en esos momentos, ese millón 700 mil personas que vieron en su momento máximo La vida de Brian, estaban buscando la más noble de las liberaciones, que es la que se consigue a través de la risa.

Mientras seguimos confinados, recordad que siempre habrá gente dispuesta a seguir a cualquier Mesías, incluso aunque para ese Mesías sea una losa demasiado pesada, como el buen Brian, y que entre grupos de extrema afinidad ideológica, seguir habiendo patéticas y divertidísimas luchas intestinas por los siglos de los siglos.

Y nosotros que lo veamos.

En Judea. Año 0.