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La noche temática

La seducción del mensaje

  • A través de nuestro cuerpo podemos comunicar las emociones más profundas
  • La forma en que las personas se mueven puede ser más reveladora incluso, que las cosas que dicen
  • las palabras y los discursos han influido en poblaciones enteras llegando a cambiar el curso de la historia
  • La noche temática nos desvela las claves del lenguaje corporal y la fuerza de las palabras
  • Próximamente, en La noche temática en La 2

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Fidel Castro fue uno de los líderes mundiales del Siglo XX que destacó por sus discursos cautivadores y el poder de su palabra
Fidel Castro fue uno de los líderes mundiales del Siglo XX que destacó por sus discursos cautivadores y el poder de su palabra

A través de nuestro cuerpo podemos comunicar las emociones más profundas. Expresiones que transmiten felicidad, sorpresa, ira o miedo son universalmente reconocidas y tienen mucho que ver con nuestra propia supervivencia como especie. La forma en que las personas se mueven puede ser más reveladora incluso, que las cosas que dicen. Sin embargo, las palabras y los discursos han influido en poblaciones enteras llegando a cambiar el curso de la historia.

La noche temática nos desvela las claves del lenguaje corporal y la fuerza de las palabras

EL LENGUAJE DEL CUERPO

Comenzamos nuestra emisión con un documental de nacionalidad canadiense del año 2018. Dirigido por Geoff D'Eon y producido por CBC TV, tiene una duración de 52 minutos.

Todos empleamos la intuición para entender a otras personas. Observamos como caminan, buscamos el contacto visual y nos fijamos en sus gestos. Cuando esa intuición se ve apoyada por técnicas científicas puede ser aplicada en diferentes campos como la política, la seguridad o los negocios.

Los labios apretados y los ojos entrecerrados indican enfado

Los labios apretados y los ojos entrecerrados indican enfado tve

Solo leyendo una cara, podemos adivinar si alguien está contento o enfadado o asqueado. Las expresiones faciales están programadas en el cerebro, y son comunes a todos los seres humanos del planeta.

De cuarenta años a esta parte, todos los movimientos que pueden ejecutar nuestros músculos faciales han sido meticulosamente estudiados, analizados y codificados. Es un sistema conocido como FACS. Los investigadores han identificado siete expresiones faciales universalmente reconocibles. Son la alegría, la sorpresa, el desprecio, la tristeza, la ira, el asco y finalmente, el miedo.

La incomodidad también puede hacer que movamos los músculos faciales de maneras que son difíciles de percibir, y aún más difíciles de controlar. Es lo que se conoce como “microexpresiones”. Pero El rostro no es la única parte del cuerpo humano que puede desvelar nuestros pensamientos más íntimos: se puede saber mucho de una persona solo por su forma de andar.

En un dbate televisado, a meudo dice más la expresión de nuestro rostro que nuestro mensaje verbal

En un dbate televisado, a meudo dice más la expresión de nuestro rostro que nuestro mensaje verbal tve

EL PODER DE LAS PALABRAS

Continuamos la emisión con un documental de producción canadiense de 52 minutos de duración. Está dirigido por Yves Bernard y Mélanie P. Pelletier y producido por TELIMAGIN PRODUCTIONS en el año 2010.

En todas las sociedades han existido grandes oradores. Para ellos el poder de las palabras es un eficaz medio para seducir al público a toda costa. Adolf Hitler es el personaje del mundo más estudiado por sus discursos. Hitler es un orador particular, fuera de serie. Era un provocador. Quería sacudir al público, pero sobre todo meterlo en cintura en el sentido militar del término.

Dirigirse a las masas es un don que también dominaba el presidente americano Barack Obama, no solo en Estados Unidos, sino a escala mundial. ¿Estamos acaso ante el orador ideal? El Wall Street Journal atribuyó su victoria al poder de su oratoria, a su fuerza de persuasión, al carisma que ejercía sobre las masas.

Si la entonación de los discursos y la forma de decirlos son importantes, no lo es menos su contenido. Fue en Estados Unidos, durante el período de Kennedy, cuando nació la profesión de redactor de discursos. Los políticos importantes ya no tienen tiempo para sentarse a escribir. Mientras que en los años 60 John F. Kennedy tenía todos los meses una docena de comparecencias públicas, en los años 90 los presidentes comparecen una media de treinta veces al mes.

Desde hace siglos, los discursos o lo que podríamos llamar la fuerza de las palabras, marca nuestras sociedades.