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Villacañas: "Al ver un horizonte económico sometido a tensiones, la política regresa desde la geoestrategia"

  • En 24 horas de RNE, el filósofo afirma que "la democracia está a debate como agente mundial"
  • "Europa debe hacerse fuerte porque los grandes poderes no van a tener piedad en el mundo que se avecina", ha asegurado

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24 horas - Villacañas: "La afinidad electiva entre capitalismo y democracia ya no funciona"

Si queremos teclear en el mayor buscador del mundo "la democracia en riesgo" o "la democracia en peligro" encontraremos millones de entradas que tratan de responder a este enunciado. La amenaza sobre el sistema democrático, por tanto, tiene mucho contenido desperdigado en la red. En 24 horas de Radio Nacional, José Luis Villacañas trata de ordenar el significado de esta amenaza de forma sintética: "El capitalismo en estos momentos, tal y como está constituido, ve peligros en la construcción rigurosa de la democracia"

"Mientras que el capitalismo financiero no sea embridado nada estará embridado"

En los tiempos que vivimos ha aparecido por primera vez, según Villacañas, una reflexión que describe que la "afinidad electiva" que se había construido entre capitalismo y democracia "ya no funciona". Esto tiene que ver fundamentalmente porque "hemos abandonado un modelo productivo basado en la producción material y hemos entrado en otro basado en los flujos financieros que, inevitablemente, tendrán dimensiones especulativas en donde no todos pueden ganar", reconoce.

Villacañas hace retrospectiva y destaca que en los flujos materiales industriales "todavía se podía aspirar a que todos puedan ganar, entendiendo esto como pleno empleo o redistribución fiscal, por ejemplo", argumenta. En cambio, "en los flujos financieros no podemos ganar todos". "Esto significa que las diferencias inexorables de riqueza y pobreza van a seguir aumentando mientras el capitalismo financiero sea de esta naturaleza especulativa", explica.

La naturaleza especulativa del capitalismo financiero no solo se ve en las burbujas

"Si la dimensión de la apropiación de los recursos públicos comunes sigue así", asegura el catedrático de la Complutense, "no podemos impedir que en el futuro se compren las aguas o los bosques". "Esto será justamente porque será rentable venderlo. Mientras que el capitalismo financiero no sea embridado nada estará embridado", sostiene.

Para Villacañas, podemos avanzar en otros elementos como la economía verde, pero serán "financieramente monopolizados" y "financieramente utilizados".

Hemos reducido el esquema de la razón a la novedad de un modo pulsional

"Esto forma parte de las dimensiones de la vida que son afines con la construcción de un individualismo completamente miope y de una ciudadanía que se dispone a padecer los flujos financieros y, al mismo tiempo, a votar a sus representantes políticos", achaca Villacañas.

La crisis en la que podemos entrar es "orgánica" y no "superficial"

El filósofo y catedrático de la Universidad Complutense ha explicado que nos encontramos en una "época de transición" en el plano internacional donde todos los actores se sitúan "con una conciencia muy profunda de riesgo".

Lo que caracteriza estos momentos, según Villacañas, es lo que describía Antonio Gramsci como "aquellos años en los que las cosas no han acabado de morir y las nuevas no han termindo de nacer", recuerda.

El retorno de la geoestrategia

Hay un elemento trascendental de todas las crisis, afirma Villacañas, que es la "inevitable necesidad de transformar el sistema productivo". Esto implica cambios muy importantes en el sistema capitalista: "Cuando esto está en crisis por la energía; cuando lo está por los movimientos migratorios; cuando lo está por las estrucuturas fiscales de los Estados, nos damos cuenta de que la crisis en la que podemos entrar es orgánica, no superficial. Es una crisis de fundamento", califica.

Cuando los actores fundamentales "no saben cómo va a evolucionar el sistema productivo", entonces "entra en juego la geopolítica". "Durante 20 años hemos asumido que lo fundamental era tomar decisiones económicas y ahora, al ver un horizonte económico que está sometido a tensiones graves de las que puede emerger un sistema productivo bastante diferente al actual, la política regresa y lo hace desde la geoestrategia", sostiene.

El problema ahora es Putin, pero en el futuro puede ser otro

"Por muy mal que veamos Europa, por muy dramática que sea la guerra de Ucrania, y por muy críticos que sean los momentos que vamos a padecer dentro de poco, inexorablemente no tenemos otra que defendernos y cooperar como europeos", expresa Villacañas. "El problema ahora es Putin, pero en el futuro según sea la evolución de Estados Unidos, el problema puede ser otro. Europa debería hacerse fuerte porque en el mundo que se nos avecina los grandes poderes mundiales no van a tener piedad", considera.

Putin forma parte de aquellos actores que "no tienen interés en expandir la democracia", avisa Villacañas. Estos actores "no tienen límite en su capacidad de expandir problemas que siempre van a producir inseguridad", señala.

Esto es un cambio radical en la época para el filósofo de Úbeda: "En los años 90, el horizonte era la universalización de derechos humanos y de la democracia, mientras que en el presente es la reducción de la calidad democrática de todos los Estados democráticos", precisa. "Y a su vez, hay un aumento autocrático y autoritario en aquellos que no lo eran. Lo que se dilucida ahora es saber cuáles son las fronteras del modelo democrático.  Es algo que estamos viendo simbolizado en la guerra de Ucrania", detalla.

"La democracia se ha pensado como universalismo, si eso se pierde estaremos dando una señal al mundo de que la democracia es un asunto del pasado. Si eso pasa, todos los actores deshinibidos llevarán el viento en las velas", considera.

El futuro político de EE.UU. en un contexto amenazador para la democracia

Según Villacañas, se ha demostrado que la capacidad de incidencia de Rusia en la agenda de los problemas internos de EE.UU. "es muy alta" porque sus contradicciones internas "son muy altas". En este sentido, como todo país que ha diseñado una "hegemonía durante mucho tiempo" tiene problemas de "oligarquización", de una "reducción importante de sus élites", de una división radical de éstas que, por primera vez "emergen como contradicción poblacional que divide a la población estadounidense", indica el filósofo.

El intento de golpe de estado falla porque los golpistas se quedan sin redes sociales

Lo más grave, apunta Villacañas, es que la población de EE.UU. se divide utilizando estructuras que hacen referencia "a las costuras de su propia historia". "Esto puede tener un futuro muy complicado. Lo que vimos el 6 de enero fue, en toda regla, un intento de golpe de estado que ciertamente falla porque los golpistas se quedan sin redes sociales", aprecia.

España también tiene amenazas a la democracia y contradicciones internas

España tiene una historia "trágica y compleja", destaca Villacañas, y manifiesta que tiene que ver con lo que define como "Estado prematuro débil y nación tardía". "Un Estado que surge muy pronto, en 1492, pero con efectos que no consiguen generar una política de prestigio en el interior,  ni generar grandes centros de poder, lo que origina una heterogeneidad de nacionalidades.  Esta contradicción no se ha resuelto", sugiere.

España tiene otro problema importante para Villacañas, mostrado en su libro La Revolución Pasiva de Franco: "Es un pueblo que ha sufrido un trauma radical, como el reflejado en el pueblo republicano, y también es un pueblo que ha crecido en una escasa conciencia política tras cuarenta años de apoliticidad". "Es un pueblo con pocos reflejos políticos que, frente a lo que podría parecer, no hace más fuertes a las élites", observa.