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La nación boliviana Qhara Qhara reivindica el oro y la plata del tesoro del galeón español San José

  • Los indígenas defienden que sus ancestros fueron esclavizados en las minas de Potosí por parte de la Corona española
  • El pecio naufragó en las costas de Colombia despertando una disputa entre varios países por el botín

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Qhara Qhara de Bolivia: recuperar el oro y la plata del galeón San José es un "derecho"

A 4.800 metros sobre el nivel del mar, el cerro de Potosí es un lugar sagrado para los Qhara Qhara. Los indígenas reclaman ahora la plata extraída de aquí y que fue transportada en el galeón español San José.

El pecio naufragó hace más de tres siglos en aguas colombianas junto a un codiciado tesoro de un valor aproximado de 20.000 millones de dólares. El galeón, y todo aquello que guarda en su interior, está generando un conflicto de interés por parte de Colombia, una empresa estadounidense, España y, ahora, se suma esta nación indígena, quienes reclaman parte de los objetos "ancestrales" como suyos. 

"Toda la plata, no solamente del cerro que llamamos de Potosí, salió. Muchas cosas han salido de los pueblos. Cosas que eran objetos sagrados de nuestros ancestros han sido saqueadas, transformadas en monedas, en barras o lingotes que salieron en los galeones", comenta a TVE el líder nación Qhara Qhara, Samuel Flores, "especialmente en el San José".

El galeón fue construido en 1698 por Pedro Aróstegui, por encargo del duque Arístides Eslava y la familia Eslava, en el astillero de Mapil, en Aginaga (Guipúzcoa), pero naufragó en aguas colombianas. Entre sus pertenencias, se estima que se encuentra uno de los tesoros más codiciados perdidos en el mar, incluidas 200 toneladas de monedas de plata, esmeraldas y oro. 

El galeón español San José lleva hundido desde hace más de 300 años

El galeón español San José lleva hundido desde hace más de 300 años Presidencia del Gobierno de Colombia

El Gobierno de Colombia confirmó las sospechas en 2015 al descubrir los restos del naufragio. Un hallazgo que pronto despertó una disputa legal por el galeón y abrió el debate sobre a quién pertenecía el patrimonio, si al país sudamericano, a España o a la empresa estadounidense encargada de la expedición de sondeo. 

Cartas acreditan la procedencia

Durante cientos de años, los rumores sobre la posible mercancía del botín se extendieron por toda la zona. Un buen día llegaron a los oídos de Nicolás Flores, soldado en un batallón del ejército de Bolivia, y este compartió la información con su hermano Samuel, líder de los Qhara Qhara. Este último, intrigado, se puso a investigar los archivos de Lima, Mar de Plata, e incluso la versión digital del de Sevilla. 

Los Qhara Qhara, como pobladores originarios, controlaban el territorio antes de la llegada de los españoles. Después, sus ancestros fueron esclavizados en la mina, que era en una de las principales fuentes de riqueza de la Corona española.

"El cargamento es nuestro recurso, materia prima, que es oro y plata. Nos han dejado a los pueblos indígenas vacíos", reclama a TVE la autoridad Quila Quila, Vicente Flores.

Estos antiguos guerreros de los Incas poseen copias de cartas que acreditan la procedencia del cargamento del barco. Por ejemplo, una de 1708 donde se les informaba del naufragio con parte de sus bienes a bordo.

"Hay cincuenta mil monedas de oro y se perdieron cinco o seis millones de plata que llevaba", explica el líder de la Nación.

Los indígenas Qhara Qhara de Bolivia reclaman parte de cargamento del galeón San José

En la imagen se ve a Samuel Flores, líder de la nación Qhara Qhara, durante un discurso

Desde 2017, los indígenas han estado reclamando la propiedad y el cargamento ante tres presidentes de Colombia y ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Patrimonio arqueológico compartido

Si se recuperan, el origen de las monedas podría demostrarse fácilmente. Según comentan los indígenas, en la primera Casa Nacional de la moneda de Potosí se acuñaron esas monedas de plata. Se hacía de forma manual a golpe de martillazo y llevaban registrada una P que correspondía al virreinato de Perú.

El dinero y otros objetos procedían del pago de impuestos y, según consideran los indígenas, al "saqueo" a los considerados como indios para recaudar fondos y financiar las guerras de la monarquía. Tras el hallazgo en 2015, los indígenas bolivianos proponen rescatar el tesoro, exponerlo en un museo y recibir parte de los beneficios de las visitas.

El indígena Elías Montoya argumenta que nunca han recibido ningún centavo en compensación por los tesoros que se han llevado de aquellos tiempos. "Debemos ser igualmente recompensados con parte de ese cargamento que se ha derramado dentro del lago", opina otra de las autoridades Qhara Qhara, Dionicio Nina.

Aunque Colombia se disputa el hallazgo con una empresa caza tesoros, esto no le ha impedido anunciar una exploración inminente. Desde el Estado, insisten en que no es la búsqueda del tesoro, sino una misión científica y arqueológica pionera, con la que pretenden saber más de la identidad cultural y la historia colonial de Colombia. España y Colombia están de acuerdo en tratar el galeón San José como patrimonio arqueológico compartido, del que no se puede permitir la comercialización de sus bienes. Eso sí, el Gobierno español no quiere que se altere el pecio porque asegura que es la tumba de oficiales de la Marina y debe ser respetada.

La operación científica comenzará entre abril y mayo, y también se ha invitado a España a participar en ella. Aun así, los Qhara Qhara piden ser reconocidos en esta historia sumergida en el mar entre monedas de oro y explotación colonial.

Inventario de naufragios, una herramienta fundamental

Tras el caso Odissey, que dirimió el tesoro de Nuestra Señora de las Mercedes a favor de España, se puso en marcha el Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. Se pidió a la Armada que mapeara los naufragios, siendo una labor solo es posible mediante la consulta de la documentación heredada de la Marina.

Los expertos recalcan que la investigación del Archivo Histórico de la Armada permite reconstruir los siniestros y son fundamentales en el caso de litigio.

El primer inventario de naufragios se hizo en el siglo XIX por el marino Fernández Duro y cuenta con un índice de 400 hundimientos. Sutrabajo se recuperó en el siglo XXI, aunque las ubicaciones son aproximadas. 

Hoy en día, el archivo atesora cerca de 4 siglos de documentos que van desde la logística para recuperar algunos barcos hasta dosieres específicos. Un legado que, en caso de disputa por el descubrimiento de un naufragio, se demuestra vital para poder confirmar la pertenencia. 

Hasta 2013, se han documentado 1.580 naufragios en los que la mitad se perdieron en las costas españolas. No obstante, la marina asegura que ha habido 500 hundimientos más desde aquel entonces.

"La mayoría fueron por cuestiones climatológicas o por la falta de información por parte de los navegantes que llevaban los buques. En principio, se empezó a navegar por una zona totalmente desconocida", explica a TVE el jefe del Área de Patrimonio Arqueológico Subacuático de la Armada, Alfredo González Molina.

Pase el tiempo que pase, la directriz internacional afirma que el pecio, los muertos y la carga de un barco utilizado por un estado para fines no comerciales pertenecen a la bandera por la que partió.