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San Fermín 2023

Cuándo y por qué se cambió la celebración de San Fermín de octubre a julio

  • En 1590 se decidió trasladar la fiesta del patrón de Navarra del 10 de octubre al 7 de julio
  • Bajo el mismo paraguas se han fusionado la celebración religiosa, la feria de ganado y el espectáculo taurino

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San Fermín: por qué se cambio de octubre a julio su celebración
Miles de personas en el Casco Antiguo de Pamplona para celebrar el último día de San Fermín Txikito 2022.

El 7 de julio no siempre ha sido San Fermín, los encierros de Pamplona no siempre han tenido un reglamento casi de competición, y tampoco los toros han terminado lidiados siempre en la plaza. La tradición, tal y como la conocemos, con un cronómetro en la televisión, con cientos de personas dedicadas a la organización y los pastores velando por el buen recorrido de la carrera, son resultado de siglos de evolución que han fusionado bajo el mismo paraguas la celebración religiosa, la feria de ganado y el espectáculo taurino.

Las fiestas de San Fermín -copatrón de Navarra junto con San Francisco Javier- se celebran del 6 al 14 de julio, pero el calendario cristiano fija su martirio el 25 de septiembre en Amiens (Francia), fecha que cada año se conmemora con la celebración del San Fermín Txiquito.

No hay prueba documental de su existencia, según los historiadores, pero según la leyenda fue el hijo de un rico senador romano, nacido en Pamplona en el siglo III y bautizado en la fe cristiana, que se convirtió en el primer obispo de Pamplona. Más tarde, acudió como misionero a lo que entonces eran las Galias (al norte de Francia), donde "su labor debió ser tan destacada", según recoge el Ayuntamiento de Pamplona en su web, que también fue nombrado Obispo de Amiens, pero se ganó la enemistad de las autoridades oficiales contrarias al cristianismo, lo que le llevó primero a la cárcel y más tarde al martirio por decapitación, en Amiens.

La veneración a San Fermín es "relativamente tardía" en Navarra, ya que no existió ningún rito dedicado al santo hasta que, en el siglo XVII, fue nombrado patrono de Navarra y se decidió dedicarle una capilla de la Iglesia de San Lorenzo construida entre 1696 y 1717. Ya a finales del siglo VIII, según recoge la Real Academia de la Historia en su web, se veneraba en Amiens a un obispo de nombre Fermín, del que se ignoraba incluso su condición de mártir o confesor, pero fue el mártir quien alcanzó mayor veneración y se le adjudicaron unas reliquias, una de las cuales llegó a Pamplona en 1186, celebrándose la fiesta de su traslación el 10 de octubre.

En septiembre en Pamplona "suele hacer malísimo tiempo, con mucho frío, con mucha lluvia", por eso, se decidió en 1590 trasladar la fiesta al 7 de julio, cuando "en teoría al menos tienes más garantía de que va a hacer mejor tiempo", recordaba el periodista jubilado en RTVE y popular por haber retransmitido el encierro en directo entre 1988 y 2019, Javier Solano, al ser entrevistado en RNE.

La talla del santo, de fines del siglo XV, se colocó en la capilla de San Lorenzo el 6 de julio de 1717. Desde entonces, sólo el 7 de julio abandona esta capilla para salir en procesión.

Así nacieron los emblemáticos encierros de San Fermín

El origen de los encierros es anterior a la celebración religiosa, según ha recordado Solano, en concreto surgió como parte de los festejos taurinos que organizaban los monarcas navarros en el siglo XIV, alrededor de la segunda quincena de julio. En este aspecto sí que existe documentación escrita de cómo en 1385 el rey de Navarra Carlos II, apodado el Malo, organizaba ya determinados festejos taurinos a finales del mes de julio, cerca de las fiestas de Santiago, en la plaza del Castillo de Pamplona.

La plaza del pueblo, según ha explicado Solano, en este caso en Pamplona la Plaza del Castillo, se cerraba de forma provisional para que hubiera una serie de espectáculos taurinos, que podían ser 12 o 18 toros, "que eran más o menos toreados, muy entre comillas". La gente jugaba con ellos, bien a pie -lo hacía el pueblo llano- o bien a caballo -la nobleza-, y este es el origen de la fiesta taurina que hoy conocemos reglamentada y con una normativa completamente cerrada que no tiene que ver con aquellos espectáculos que eran más o menos populares y que carecían de reglas en todo su ámbito".

Lo que en la actualidad se conoce como encierro surgió entonces por el traslado desde el campo hasta la ciudad de los toros que iban a protagonizar dicho espectáculo taurino. "Ese paso del ganado se hacía a pie por los campos, cuando llegaban a las puertas de Pamplona, a través de una de las puertas de la muralla, entraban de madrugada a la carrera hasta llegar a la plaza, donde iban a ser toreados por la tarde, y este es el germen del encierro, ese paso de los animales a la carrera y de madrugada por las calles de la ciudad".

La "resistencia" de la gente salvó la tradición

En ese recorrido de los astados desde el campo hasta la plaza del Castillo "empezó a entrar gente, primero a molestar", según el autor de El encierro de Pamplona y 25 años de encierros en Pamplona. Poco a poco se fue convirtiendo en una carrera más organizada, con una serie de reglas, lo que ha devenido en el "espectáculo internacional" que hoy conocemos, con más de 700 personas trabajando solo en el encierro en el que "ni corren ni ven".

La misma tradición que existía en decenas de pueblos de España desapareció de muchos lugares a raíz de la extensión del ferrocarril, cuando dejó de hacer falta ese traslado por las calles. "Si en Pamplona pervivió, es por la resistencia de la gente a que desapareciera un acto que consideraban muy propio de las fiestas y que llegó a estar prohibido", según Solano.

"A pesar de la prohibición, la gente seguía corriendo el encierro y llegó un momento en 1876 en que un bando municipal lo ordenó dándole carta de naturaleza legal, es decir, no podemos prohibirlo, pensaron los regidores municipales (y eclesiásticos porque había bulos del propio obispo que excomulgaban a la gente que participara) y lo que hicieron fue reglamentarlo en un bando en el que se ponían unas pinceladas de un acto contra el que no podían luchar", ha explicado el periodista en RNE.

Por qué empiezan el 6 de julio

Cada año, más de 12.000 personas se concentran en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona para dar la bienvenida a los Sanfermines en el chupinazo, una tradición relativamente nueva que se decidió oficializar tras la Guerra Civil con el disparo de un cohete en 1940, lo que se conoce como chupinazo.

"Hace muy pocas décadas esto no existía, sino que cualquier empleado municipal en cualquier sitio de la ciudad y a cualquier hora lanzaba una serie de cohetes dando de forma oficiosa comienzo a las fiestas, esto se instauró de forma oficial en la fachada del ayuntamiento", señala Solano.

San Fermín en realidad son casi nueve días de fiesta, desde el mediodía del 6 de julio, "cuando todos vemos en las imágenes de televisión la plaza del ayuntamiento atestada de gente el rito de colocarse el pañuelo rojo al cuello".

La tradición manda que en la medianoche del 14 de julio "hay que desanudar el pañuelo y mucha gente aprovecha para dejarlo anudado en la verja de la iglesia de San Lorenzo que alberga la capilla y la imagen de san Fermín". Miles de pañuelos quedan en la verja de la iglesia junto con las velas o restos de velas que muchas personas llevan para cantar el 'Pobre de mí'.

Todo, los actos religiosos, los encierros y las corridas de todos, han perdurado, aunque de otra manera, hasta convertirse en lo que conocemos como San Fermín.