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Los perros potencialmente peligrosos, el nuevo punto de fricción en la futura Ley de Bienestar Animal

  • El texto, en tramitación parlamentaria, pedía inicialmente que estos animales fuesen valorados individualmente, y no por raza
  • Sin embargo, debido a una enmienda presentada por varios partidos, mantendrá la peligrosidad potencial a ocho razas

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La normativa española a nivel nacional reconoce ocho razas de perros potencialmente peligrosos.
La normativa española a nivel nacional reconoce ocho razas de perros potencialmente peligrosos.

Después de ser aprobado en el Congreso de los Diputados, el proyecto de ley de Bienestar Animal, que finalmente excluye a los perros de caza, ha continuado con su tramitación en el Senado, donde, entre otros aspectos, se ha centrado en los perros conocidos como "potencialmente peligrosos", que se rigen por la normativa aprobada en 1999. La fecha límite de tramitación de la nueva ley, que ahora volverá al Congreso, se ha fijado para el 9 de marzo.

El proyecto de ley contemplaba inicialmente la derogación de la Ley 50/1999 sobre el Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos, pero incluía la mayoría de sus preceptos, si bien dejaba fuera la determinación de la peligrosidad basada tan solo en la pertenencia a una raza. Sin embargo, el nuevo texto en principio sí que mantendrá el régimen y catálogo de animales peligrosos, debido a una enmienda de EH-Bildu, respaldada por diferentes grupos parlamentarios, en la que se solicitaba dar marcha atrás a la propuesta de derogación de la ley de 1999.

La actual normativa a nivel nacional reconoce ocho razas de perro potencialmente peligrosas: pit bull terrier, staffordshire bull terrier, american staffodshire terrier, rottweiler, dogo argentino, fila brasileiro, tosa inu y akita inu.

Entre sus novedades, el texto que está siendo debatido denomina a los perros potencialmente peligrosos como de "manejo especial", al mismo tiempo que amplía la obligatoriedad del seguro de responsabilidad civil por daños a terceros a todas las razas caninas, y se incluye en su cobertura a los responsables del animal. Además, todos los dueños están obligados a realizar un curso que les acredite como aptos para tener un perro, algo que hasta ahora solo se pedía a los propietarios de perros potencialmente peligrosos.

El proyecto de ley inicial interpretaba que lo que puede ser potencialmente peligroso es el carácter de un perro en concreto y no de una raza en general. Por tanto, establecía que se les tuviese en cuenta de manera individualizada y, si se les reconociese un carácter agresivo, fuesen incluidos en la lista de perros de “manejo especial”. A partir de un peso mínimo y otras características, todos los perros tendrían que superar un test veterinario, para valorar su educación básica y el comportamiento social, lo que determinaría si deberían llevar bozal, correa o alguna otra medida de carácter preventivo.

"La peligrosidad por raza no tiene sentido"

El hecho de que no se derogue la normativa vigente desde hace casi un cuarto de siglo es algo que desaprueban los expertos consultados por RTVE.es, quienes consideran que "la peligrosidad por raza no tiene mucho sentido". “La Ley 50/1999 solo regula por raza, cuando sabemos que estas razas no son las que están más involucradas en ataques. El hecho de que un animal se muestre agresivo es algo multifactorial, donde la genética juega un papel bastante pobre”, expresa Tomàs Camps, presidente del Grupo de Especialidad de Medicina del Comportamiento Animal de AVEPA, la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales.

Según subraya este etólogo, por encima de la genética, los factores que más influyen a la hora de condicionar el carácter canino son “las condiciones de cría”, ya que “el entorno del animal durante las primeras etapas de su desarrollo es fundamental para su comportamiento cuando es adulto, entre ellos la agresividad y cómo gestionan las situaciones de estrés y de conflicto”. Por lo tanto, indica que “controlar la calidad de la cría es mucho más efectivo a la hora de tener perros más estables cuando son adultos”, al mismo tiempo que desaprueba la utilización de “métodos clásicos”, como el castigo o la utilización de collares eléctricos, que “se correlacionan con perros más agresivos”.

Camps añade otro factor que cree que hay que tener muy en cuenta: "la salud mental y física del animal", ya que es algo que "juega un papel muy importante en su carácter". "Que el animal esté bien de salud es fundamental para que su comportamiento sea adecuado, y esto en la nueva ley se contempla bien y mal. Bien porque incluye algunos elementos para asegurar la salud del animal, y mal porque en algún punto se puede favorecer el intrusismo profesional, y gente que no sea veterinaria puede meterse en el circuito de tratamiento a estos animales, y eso es un problema", declara.

Tomàs Camps, etólogo: La agresividad de un animal es multifactorial, y la genética juega un papel bastante pobre.

La actual ley 50/1999 incluye a los animales de especie canina "dentro de una tipología racial, que por su carácter agresivo, tamaño o potencia de mandíbula tengan capacidad de causar la muerte o lesiones". Atendiendo a estos criterios, considera que hay ocho razas de perro potencialmente peligrosas: pit bull terrier, staffordshire bull terrier, american staffodshire terrier, rottweiler, dogo argentino, fila brasileiro, tosa inu y akita inu. Sin embargo, algunas comunidades autónomas han ampliado esta lista añadiendo otras como doberman, bullmastiff, dogo canario, dogo mallorquín, dogo de Burdeos, dogo del Tíbet, mastín napolitano o bóxer.

"Desestigmatizar" a las razas

Uno de los objetivos del proyecto de ley original, con respecto a esos perros considerados como potencialmente peligrosos, es el de huir de estereotipos y "desestigmatizar" la peligrosidad que se presupone a un perro solo por su raza y no según su comportamiento real. En este sentido, los especialistas consultados por RTVE.es piden que la nueva normativa evite un encasillamiento que, a su juicio, no se ajusta a la realidad. "Es cierto que cada raza tiene unas características determinadas, un comportamiento distinto, pero eso no supone que tengan que ser especialmente agresivas o peligrosas, ya que de hecho ninguna raza se ha seleccionado para volverse en contra del hombre, o para ser agresiva con el hombre", puntualiza José Miguel Doval, presidente Real Sociedad Canina de España.

En este sentido, recalca que "quizá el problema parta de que no todas las razas son adecuadas para todos los tipos de personas", por lo que sugiere que "aquellos que deciden tener un perro reciban primero una formación y una información adecuadas que les permita elegir cuál se adapta mejor a sus características, tanto a su personalidad como a su estilo de vida".

José Miguel Doval, presidente RSCE: No todas las razas de perro son adecuadas para todos los tipos de personas.

Para Doval, en algunos aspectos, la ley que se remonta a 1999 consigue paradójicamente lo opuesto de lo que pretende, y por ello pide que la nueva normativa se esfuerce en corregir esta contradicción. "Cuando tenemos una ley que establece unos criterios tan estrictos, da igual que tu perro haya sido criado para ser equilibrado y portarse perfectamente, que si pertenece a esa raza debe someterse a lo que la ley establece, lo que ahonda en el problema en lugar de solucionarlo, porque impide que estos animales puedan tener un desarrollo social más adecuado, al estar controlados de una forma estricta, con correas más cortas y siempre con elementos como los bozales, que tampoco son los más adecuados para favorecer el comportamiento de un perro", asegura.

Sobre el actual trámite parlamentario del proyecto de ley, y la enmienda presentada por varios partidos para que se omita en el texto la derogación de la ley de perros potencialmente peligrosos de 1999, el presidente de la principal asociación canina española confía en que, aunque en principio estos perros sigan siendo considerados automáticamente como de "manejo especial", "si a nivel individual consiguen superar esos test de sociabilidad, por lo menos puedan tener unas condiciones similares a las de los demás perros".