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Cine

Un documental reflexiona sobre el caso Wanninkhof-Carabantes 20 años después

  • Tània Balló lo analiza desde la perspectiva judicial, policial, política, mediática, sociológica y de género
  • “La lesbofobia convirtió a Dolores Vázquez en un monstruo”, asegura la directora

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Una mujer deja flores en memoria de Rocío Wanninkhof 
Una mujer deja flores en memoria de Rocío Wanninkhof 

En 1999 el brutal asesinato de la joven Rocío Wanninkhof conmocionó a la sociedad española hasta el punto de que todos nos apresuramos a encontrar a un culpable: Dolores Vázquez, que había sido pareja de la madre de Rocío (Alicia Hornos). A pesar de no haber pruebas concluyentes en su contra, Dolores fue condenada a quince años de cárcel. Pero cuatro años más tarde, en 2003, se demostró su inocencia cuando el verdadero culpable, el británico Tony Alexander King, asesinó a otra joven, Sonia Carabantes.

Este miércoles 23 de julio, la directora y escritora barcelonesa Tània Balló Collel (Las Sinsombrero. Ocultas e impecables) estrena el documental El caso Wanninkhof-Carabantes en el que analiza el caso desde la perspectiva judicial, policial, política, mediática, sociológica y de género. “Tenía la necesidad de hacer esta película porque fue un caso que me impactó bastante en su momento, sobre todo a partir de la detención de Dolores Vázquez –nos confiesa-. Creo que el paso del tiempo era necesario para afrontar este suceso con el distanciamiento que nos proporciona la perspectiva histórica. Aunque, por desgracia, muchos de los temas de este documental siguen siendo candentes”.

Imagen del documental 'El caso Wanninkhof-Carabantes'

Un error que permitió que el asesino volviera a matar

Veinte años después todos nos seguimos haciendo la misma pregunta: ¿cómo fue posible que Dolores fuese condenada sin pruebas? “Falló el sistema -asegura Tània-. Hasta la misma Dolores confesó en una rueda de prensa, que se ve en la película, que ella entendía que fuera sospechosa. Y es que el falso culpable suele aparecer en muchos procesos judiciales. El problema fue el linchamiento público y mediático a Dolores en el que superamos todas las líneas rojas”.

“Yo creo que la investigación falló –añade Tània-. Además, la Justicia no estuvo a la altura en una primera instancia y creo que hacer ese juicio con un jurado popular fue un gran error porque estaba claro que estaba intoxicado por la enorme mediatización del caso. Aunque luego esa misma Justicia fue la primera en hacer un gesto de redención, cuando diez meses después anuló el juicio y ordenó repetirlo”

Antes de ese segundo juicio se detuvo al auténtico culpable, Tony Alexander King, tras el asesinato de una segunda joven, Sonia Carabantes. “Creo que si se hubiera repetido el juicio, Dolores habría vuelto a ser declarada culpable –afirma Tània-. Por la inercia en la que iba el caso. Es difícil saberlo, pero por suerte siempre nos quedará esa duda. Aunque lo más duro es que fue necesario un segundo asesinato para esclarecer el caso”.

Este 9 de octubre se cumplen 20 años del asesinato de Rocío Wanninkhof...Un caso mediático que tardó cuatro años en resolverse y por el que Dolores Vázquez pasó un año y medio en la cárcel, condenada por error. El verdadero autor, un exconvicto británico, fue detenido en 2003, después de cometer otro crimen.

Los medios de comunicación contribuyeron a ese linchamiento mediático de Dolores, como nos cuenta Tània: “Falló todo el sistema y se fue generando un circo mediático. La prensa siempre se debate entre su obligación de informar y el peligro de manipular. Quizá en este caso esa manipulación no fue premeditada, pero se cruzaron unas líneas rojas que no deberían haberse traspasado”.

Esos medios de comunicación que dedicaron tantas horas al juicio y la condena de Dolores, luego pasaron de puntillas cuando fue absuelta. “Conozco gente que, a día de hoy me pregunta si salió de la cárcel e incluso si ella no fue la asesina -confiesa Tània-. La duda sobre el final de este caso es inmensa y eso nos tiene que hacer plantearnos qué pasó. Está claro que no se le dio el mismo bombo a la exculpación de Dolores porque no interesaba asumir el error”.

“Por desgracia –añade- ese error judicial tuvo esa consecuencia brutal, que fue el asesinato de esa segunda víctima, de Sonia Carabantes, tres años después. Eso nos tiene que hacer reflexionar”.

La lesbofofia convirtió a Dolores en un monstruo

Según Tània, la lesbofobia fue clave para ese linchamiento de Dolores: “En aquel momento ni siquiera usábamos ese vocablo de lesbofobia, pero se masculinizó a Dolores para que su perfil fuera verosímil para el relato del crimen que se estaba construyendo. En ese momento había dos opciones: que fuera un crimen sexual o un crimen pasional. Y se decidió que fuera un crimen pasional, lo que generó la necesidad de crear un relato que explicara ese crimen: Tenía que ser una persona cercana a la víctima, el crimen no era aleatorio sino premeditado y los motivos eran celos, venganza…”

“Como Dolores era una mujer y pareja de la madre, lo que ahora llamaríamos ‘violencia vicaria’ -continúa Tania-, la teoría que se construyó es que mató a la hija de su expareja para tratar de dañarla a ella, o porque la niña era un impedimento para reconstruir la relación. Ese fue el marco narrativo que se construyó para ese supuesto crimen pasional, ya que esos crímenes suelen estar ligados a la peor versión de la masculinidad. Pero era una idea que no se sustentaba con ninguna prueba concluyente".

“Por eso –añade- se decidió masculinizar a Dolores, para que la opinión pública entendiera que, aunque Dolores fuera una mujer, era capaz de actuar como un hombre. Y encima era lesbiana. Y encima era una lesbiana prototipo en ese año 2000, en esa España en la que la homosexualidad todavía estaba considerada como algo negativo. Así que eso se convirtió en un motivo agregado a la razón del crimen. Y a Dolores se la despojó de cualquier elemento de feminidad: Nunca se dijo que ella cuidó durante años de la madre, de la sobrina… ni que sus amigos dicen de ella que es una mujer generosa, buena compañera…"

"Es verdad -continúa Tània- que era una mujer con poder, con autoridad y que dirigía varios hoteles, pero se le anulan todos los rasgos de feminidad y los sustituyen por rasgos de dureza asociados a la masculinidad. Y aquellos que no están se los inventan, como que es alta, corpulenta, que hace footing y artes marciales… para reforzar la idea de la fuerza, como elemento necesario para un crimen de esas características”.

“Me gusta pensar que actualmente la parte de la lesbofobia sería más controlada, que tendría más disidencia y más voces que la combatieran. Quiero pensar que en ese aspecto no se llegaría tan lejos, que habría muros de contención más fuertes. Pero por desgracia los asesinatos machistas, los asesinatos de chicas jóvenes se siguen produciendo”, concluye Tània.

Imagen del documental 'El caso Wanninkhof-Carabantes' cropper

No ha hablado con Dolores ni con Alicia

En el documental Tània habla con casi todos los protagonistas de la historia, desde la exmujer de Tony Alexander King (cuyo testimonio fue fundamental para detener al criminal), hasta la madre de Sonia Carabantes. Pero Dolores Vázquez y Alicia Hornos aparecen en imágenes y declaraciones de archivo. “Intenté contar con ellas –asegura la directora-, pero Alicia estaba delicada de salud y, aunque hable con ella en varias ocasiones, prefirió no aparecer. Y Dolores ha decidido no volver a hablar del tema con nadie, lo que me parece genial. Creo que su silencio es la reafirmación de que su historia es suya y no tiene por qué contarla. Y ese silencio reafirma mi tesis sobre lo lejos que se llegó con esta historia, hasta conseguir que Dolores tuviera que irse de España durante 18 años y tomara la firme decisión de no volver a revivir esa historia”.

“Además -añade Tània-, me he dado cuenta de que somos nosotros los que necesitamos que Dolores hable, porque es una forma de que nos redimamos como sociedad. Si la viéramos hablar creeríamos que es un gesto de superación, pero su silencio nos perturba porque nos hace pensar que, a pesar del paso de los años, ella todavía no lo ha superado. Creo que debemos respetar que no quiera hablar”.

"Este caso –concluye- siempre se ha tratado como una confrontación entre esas dos mujeres, entre Alicia y Dolores, por eso creo que está bien que ambas estén tratadas de la misma forma, en archivo. Es como un equilibrio”.

Imagen de rodaje del documental 'El caso Wanninkhof-Carabantes'

Da el mínimo protagonismo a Tony Alexander King

Tony Alexander King, un británico residente en la zona, fue denunciado por su ex mujer como sospechoso de los crímenes y el 21 de septiembre de 2004 reconoció ante el juez, además de los asesinatos de Rocío y Sonia, haber cometido al menos tres agresiones sexuales en Málaga. Luego se descubriría que, cuando apenas contaba 19 años de edad, fue condenado a 10 años de cárcel por una serie de agresiones sexuales en Londres.

Un psicópata de manual al que Tània no ha querido dar más protagonismo del necesario. “Es una película que rinde homenaje a las mujeres de esta historia, reconociendo su tragedia y su lucha, aunque no estemos necesariamente de acuerdo en los espacios en los que se mueven. No quiero darle voz a King, solo ocupa el espacio necesario para que entendamos la tragedia y cómo este tipo de crímenes no son cosa de un día sino que arrastran”.

Cuando King llegó a España, la Interpol avisó a la policía española de su peligrosidad. “King llegó a España libre, no era un prófugo de la justicia -explica Tània-. Lo que teníamos que preguntarnos es qué pasó en Inglaterra para que le dejaran libre. Porque llegó aquí habiendo cumplido una condena e incluso habiéndole permitido cambiar de nombre. Es verdad que había ese informe de la Interpol y que se le tenía que haber vigilado un poco más. Hoy en día se lo habría controlado más, porque hay protocolos. Pero siempre con esa dinámica de que, cuando cumplen pena también tienen que tener la oportunidad de reinsertarse. Es un equilibrio complicado”.

“Ojalá terminen los asesinatos machistas”

En cuanto a lo que deberíamos aprender de este caso, Tània asegura: “No me he planteado el documental como una regañina sobre lo que hicimos mal ni lo que debemos hacer ahora. Aporto, como cineasta, mi granito de arena a la reflexión social sobre nuestro pasado. Esa historia negra también forma parte de nuestra historia, también nos define como sociedad. Y los cineastas tenemos que generar espacios de reflexión y de debate. Esa ha sido mi única intención”.

“Personalmente –añade- me gustaría que reflexionáramos sobre cuáles son los límites, que recuperásemos la presunción de inocencia, y que procurásemos que, ante cosas así, no se produjesen errores tan graves, porque tienen consecuencias muy trágicas. Y, sobre todo, quería mostrar la tragedia que hay detrás de este tipo de asesinatos y cómo esta lacra de los asesinatos machistas debería terminar de una vez. ¡Ojalá!

El documental El caso Wanninkhof-Carabantes se estrena en Netflix este miércoles, 23 de junio.

Y os recordamos que en RTVE.es encontraréis la miniserie de dos capítulos, Caso Wanninkhof (2008), dirigida por Fernando Cámara y Pedro Costa y protagonizada por Luisa Martín, Juanjo Puigcorbé, Frank Feys, Belén Constenla, Valentina Burgueño, Carla Nieto y Manuel Navarro.

La escritora y directora Tània Balló Collel