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Estados Unidos

El asalto al Capitolio, desde dentro: "Pensé que me iban a matar"

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Así fue el asalto al Capitolio: una violenta protesta convertida en asedio

"No sé qué será, pero algo malo va a pasar". La periodista Jamie Stiehm ya le había confiado a su hermana la mañana del miércoles un temor que parecía infundado sobre la sesión del Congreso para ratificar la victoria de Joe Biden. Sus augurios se cumplieron cuando horas después, cientos de radicales partidarios de Trump irrumpieron por la fuerza en el simbólico edifico del Capitolio y ella, junto con otros periodistas y parlamentarios, tuvo que ser evacuada.

Durante varias horas, que se hicieron muy largas para los que vivieron el asalto desde dentro, varias decenas de simpatizantes del presidente saliente se pasearon por el interior de la sede de la democracia estadounidense. Desde el terror a la incredulidad, muchos han contado cómo lo vivieron.

Así fue el asalto al Capitolio: una violenta protesta convertida en asedio

"Ver a los radicales trepar por los muros del Capitolio sin ningún policía a la vista era surrealista", explica a la CNN Alex Marquardt, veterano reportero de la cadena que se encontraba dentro del edificio y que se quedó completamente sorprendido por la inacción policial.

También Stiehm cuenta, en una entrevista con la BBC, que la policía "no sabía qué hacer". "Estaban descoordinados", subraya, señalando que bloquearon las entradas de la Cámara a la vez que ordenaban la evacuación de los que se encontraban adentro.

"Alguien me hizo señas para que entrara"

Sin mascarilla y ataviado con ropa militar y una gorra con el lema "Make America Great Again", Kevin Loftus fue uno de los simpatizantes de Trump que irrumpió en el edificio, según explicó a EFE. Se encontraba subido a un andamio haciendo fotos a la multitud, cuando vio que una de las puertas del Capitolio estaba abierta y sujeta por otros manifestantes.

"Me hice dos selfies y luego la Policía comenzó a echar gases lacrimógenos contra nosotros"

"Me hicieron señas para que entrara", asegura este exmilitar. Dentro del edificio, se paseó por los pasillos, aunque no entró en el hemiciclo donde se estaba desarrollando la sesión para ratificar la presidencia de Biden. "Me hice dos selfies y luego la Policía comenzó a echar gases lacrimógenos contra nosotros y tuvimos que salir", comenta Loftus, convencido por las teorías de Trump de que las elecciones de noviembre en las que salió derrotado fueron un fraude.

"Escuché disparos y vi a cinco hombres armados"

Mientras que Loftus y otros cientos de partidarios de Trump se paseaban por los pasillos del Capitolio, se hacían selfies o incluso entraban en el despacho de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, los parlamentarios, periodistas y otros trabajadores vivieron con "pánico" este asalto.

"Llamé a mi familia para decirles que estaba ahí y que se trataba de una situación peligrosa", explica Stiehm sobre el momento en el que se declaró el cierre del edificio para evitar la entrada de los asaltantes. Entonces sonó el primer disparo. La reportera dijo que llegó a ver cinco hombres con armas a través de las ventanas rotas de la Cámara. No llegó a haber un tiroteo, pero "se sentía como una posibilidad real". Varios tuvieron que arrastrarse desde los palcos para poder salir.

Según explica Nicholas Fandos, periodista de The New York Times, cuando los radicales entraron en el edificio, los senadores fueron conducidos por el personal de seguridad a un lugar seguro y secreto, pero no ocurrió lo mismo en un primer momento con los reporteros, que tuvieron que buscarse la vida. "¿Y qué hay de nosotros?", gritó un periodista, a lo que un policía le respondió que debían bajar al sótano del edificio. Allí permanecieron cuatro horas, hasta que fue seguro salir.

"Me tiraron al suelo y pensé que me iban a matar"

No tuvieron la misma suerte que Fandos otros presentes en el Capitolio esa noche. Erin Schaff, fotógrafa de The New York Times, narra cómo fue atacada por varios partidarios de Trump cuando estos se enteraron de para qué medio trabajaba.

"Dos o tres hombres me tiraron al suelo e intentaron robar mis cámaras. Empecé a gritar todo lo fuerte que podía. Nadie vino. La gente simplemente miraba. En ese momento, pensé que me podían matar y que nadie podía pararles", detalla Schaff. Le robaron una cámara y rompieron otra.

"Esto va a ser el principio de una guerra civil revolucionaria", le dijo a la fotógrafa uno de los manifestantes.

"Un congresista explicaba cómo usar las máscaras de gas"

Dentro del hemiciclo estaba otra periodista, Emily Cochrane, que no podía creer que tuvieran que hacer una barricada en ese lugar, uno de los más seguros del país, para protegerse de los asaltantes. En un momento de la tarde, la policía del Capitolio les repartió máscaras de gas, ya que estaban intentando dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos.

"Escuchábamos golpes al otro lado de la pared, así que me escondí detrás de un escritorio y me puse la máscara de gas", rememora. Un congresista veterano de guerra, Ruben Gallego, estaba de pie en uno de los escaños explicando a sus compañeros cómo se ponían las mascarillas.

Mientras, los agentes que estaban dentro del hemiciclo crearon una barricada con muebles para impedir la entrada de la muchedumbre que estaba fuera. "Escuché gritos de '¡Abajo!' y me escondí detrás de una silla", cuenta Cochrane, mientras que otro congresista acudió a la puerta que le separaba de los asaltantes para intentar dialogar con ellos.

"Estaba helada en el suelo y escribí unos cuantos mensajes de 'Te quiero'. No sabía qué iba a pasar. Solo quería que lo supieran", señala la reportera.