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Bérgamo: el precio de no confinar a tiempo

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Bérgamo: el precio de no confinar a tiempo

¿Cómo frenar el contagio sin que la economía se hunda? Es el gran debate que suscita la actual pandemia y el reto al que se enfrentan todos los gobiernos. Uno de los mejores lugares para observar las consecuencias de una u otra apuesta es Bérgamo, el epicentro de la pandemia en Europa.

La provincia con mayor nivel de mortalidad de Italia alberga uno de los principales polos industriales del continente: Val Seriana, un valle con una potente industria manufacturera. Su peso económico influyó a la hora de decidir si se declaraba o no zona roja, lo que suponía el confinamiento total, el área que se convirtió en el principal foco de contagio de la COVID-19.

El redactor jefe de L’Eco di Bergamo, Bruno Bonassi, nos lo resume en una frase: "Cerrarlo todo significa que la economía colapsa". Val Seriana es un pequeño territorio, pero mantiene relaciones productivas y comerciales con todo el mundo, China incluida. En una economía globalizada, ese cierre implica la falta de suministro en muchos más lugares del planeta.

El coste de no confinar a tiempo

Sin embargo, que el confinamiento tardara en imponerse tuvo consecuencias letales. Los dos primeros casos de la provincia se detectaron en el hospital de Alzano Lombardo, en Val Seriana, el 23 de febrero. Una semana después, los contagios se habían multiplicado por cien.

Roma envió a militares para imponer el cierre y el municipio de Codogno, en la vecina provincia de Lodi, ya estaba confinado con un menor número de contagios y una población similar. "Cerrar a tiempo, rápidamente, salva vidas", nos explica Mirko Tassinari, secretario de la Federación Italiana de Médicos de Familia en Bérgamo. En menos de un mes, Val Seriana pasó de dos casos de covid a cerca de 10.000.

La justicia investiga por qué no se declaró la zona roja

La Fiscalía de Bérgamo está investigando por qué ni el Gobierno central ni la Región de Lombardía decretaron la zona roja. Algunas voces apuntan a supuestas presiones por parte de la patronal, Confindustria Bérgamo, que el 28 de febrero hacía pública su campaña #Bergamoisrunning, en la que, para calmar a sus clientes en el extranjero, le quitaba hierro a la situación epidémica en la provincia, con mensajes como: “En Italia se ha diagnosticado el mismo número de casos que en muchos otros países” o “Las actuales advertencias sanitarias del Gobierno italiano indican que el riesgo de infección es bajo”. La vicepresidenta de Confindustria Bérgamo, Giovanna Ricuperati, nos reconoce: "Con lo que hoy se sabe, fue un error. Hoy no lo haríamos".

Bérgamo aprende de sus errores

Durante este verano, la zona más azotada por la COVID-19 ha logrado contener la pandemia. Trata de aprender de sus errores. Quienes la han sufrido en primera línea lo tienen claro: “Han preferido dar más oportunidad a la economía que a la salud. Creo que ese fue el error”, nos dice Silvia Benedetti, doctora de familia en Almenno San Bartolomeo, cercano a Bérgamo.

Todos en Bérgamo saben que lo primero es la salud. Pero Stefano Scainelli, director de una empresa de componentes eléctricos de Val Seriana, Scame, sintetiza la visión de los empresarios: “Si no morimos del virus, de la enfermedad, corremos el riesgo de morir de economía.”