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CBGB, el templo del punk neoyorkino que dio su primera oportunidad a los Ramones

  • Fue el epicentro de la escena punk y new wave a mediados de los 70
  • El local cerró en 2006 debido a las deudas y la subida del alquiler

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Dee Dee, Tommy, Joey y Johnny en el CBGB de Nueva York. Danny Fields © JRALLC.
Dee Dee, Tommy, Joey y Johnny en el CBGB de Nueva York. Danny Fields © JRALLC.

Hay locales que están íntimamente ligados a la historia del rock. Es el caso de The Cavern, el club en el que se dieron a conocer The Beatles; el Filmore de San Francisco, que vio dar sus primeros pasos a la psicodelia estadounidense de los 60; o el Marquee de Londres, que acogió los primeros conciertos de grupos como The Rolling StonesThe Animals o The Yardbirds.

Y, por supuesto, está el CBGB, el club neoyorkino que a mediados de los 70 dio la primera oportunidad a artistas como los Ramones, Television o Blondie. Lo cierto es que lo último que tenía en mente el fundador del CBGB, Hilly Kristal, era crear un templo del punk. De hecho, el nombre del local responde a las iniciales Country, blugrass & blues ya que su dueño tenía la intención de dar cabida en su escenario a música de raíces americanas. Pero la falta de éxito y las circunstancias variaron el plan inicial.

A principios de los 70 Nueva York no tenía nada que ver con la ciudad segura y diseñada para el turista que conocemos en la actualidad. En aquellos días, dar un paseo por algunas de sus calles era una actividad peligrosa, especialmente por el barrio de Bowery, en el East Side de Manhattan, enclave del CBGB. Yonkis, mendigos y moteros formaban parte del paisaje habitual en torno del local. Quizá por eso aquellos jóvenes pálidos y de aspecto desaliñado que empezaron a frecuentar el barrio no llamaron la atención de nadie.

Kristal abrió el CBGB a finales de 1973 y, viendo que el negocio se aventuraba ruinoso, decidió acoger en su escenario a jóvenes bandas que poco o nada tenían que ver con el country y el blues.

Los primeros fueron unos desconocidos llamados Television, la banda liderada por Tom Verlaine y Richard Hell que ofreció una serie de tres conciertos en el local. No tuvieron mucho éxito -apenas 25 personas presenciaron su primer show- pero atrajeron una clientela poco habitual que pagaba un dólar en la puerta para acceder al interior.

De la mano de Television llegaron cuatro melenudos de Queens que el 16 de agosto de 1974 hicieron su debut en directo en el minúsculo escenario del CBGB: los Ramones. “Arrancaban las canciones y se paraban a la mitad, discutían entre ellos… eran un desastre”, aseguraba Hilly Kristal en una entrevista.

Un 'instituto del rock'n'roll'

La fórmula empezó a dar sus frutos debido al interés que despertaban aquellas jóvenes bandas y a la falta de locales para debutantes que había en el Nueva York de aquellos años. Además, la filosofía de Kristal era que solo actuaran en su escenario grupos que interpretaran su propia música, lo que supuso un aliciente más para que los jóvenes deseosos de encontrar nuevos sonidos se convirtieran en asiduos del garito de Bowery.

Poco a poco empezaron a desfilar por el CBGB otros nuevos talentos como Blondie –cuando aún eran The Stilettos-, Patty Smith, Talking Heads, Mink DeVille, Johnny Thunders and The Heartbreakers, The Dictators, The Dead Boys o Suicide. De pronto, actuar en el CBGB era sinónimo de ser alguien en la escena punk y new wave que imperaba a finales de los 70.

Prueba de ello es que durante la primera gira de The Police por EE.UU. la banda de Sting hizo parada en el club neoyorkino pese a tratarse ya de un grupo de éxito. Incluso algunas celebridades como Andy Warhol o Lou Reed se dejaron caer por el tugurio de Kristal, atraídos por el brillo de las emergentes estrellas punk.

“El CBGB se convirtió en el auténtico instituto del rock'n'roll, el plantel de bandas que pasó por allí entre 1974 y 1976 fue impresionante”, escribía el músico y crítico Richard Hell en The New York Times con motivo del cierre del club.

En los primeros 80 el CBGB se fue especializando en un género más radical, el hardcore punk, dando cabida a grupos pioneros de ese movimiento, como Agnostic Frost, Cro-Mags o Warzone, en unas matinees dominicales que sirvieron para dar a conocer a muchas de aquellas bandas. Incluso la irrupción de bandas como Living Colour, Sonic Youth o Butthole Surfers volvió a ponerlo de moda.

Pero el local ya nunca recuperó el brillo de antaño. Bien es cierto que, de cuando en cuando, algún grupo consagrado -como Pearl Jam o Guns N'Roses- se permitía el lujo de hacer un concierto en su pequeño escenario, como forma de reconocer la importancia del garito en la historia del rock. Pero los mejores años del CBGB ya había pasado

Destino turístico

Con el tiempo, el club de Hilly Kristal se convirtió en una parada turística más dentro de Nueva York, como el Empire State o el puente de Brooklyn. De hecho, la facturación de Kristal era mucho mayor en materia de merchandising –hasta dos millones de dólares al año- que en entradas y consumiciones.

Sin embargo lo que mató al club fue la revalorización del barrio. El antaño peligroso Lower East Side se convirtió en una zona de moda y el propietario del edificio, una organización que da cobijo a personas sin techo, decidió duplicar la renta que pagaba Kristal quien, además, tenía una gran deuda atrasada en alquileres.

El 15 de octubre de 2006 el CBGB cerró sus puertas tras un concierto homenaje en el que participaron Blondie y Patty Smith pero en el que se echó en falta a un buen número de nombres que forjaron su leyenda entre sus cuatro paredes, muchos de ellos víctimas de los excesos del rock’n’roll.

El propio Hilly Kristal falleció poco después, el 28 de agosto de 2007, a los 75 años. El cierre del CBGB supuso también el fin de una época,  oscura, cutre y peligrosa pero enormemente divertida.