Aumentan a 540 los muertos por el tifón 'Bopha' en Filipinas

• Hay 827 desaparecidos y 5,4 millones de afectados en el país
• El presidente de Filipinas declaró este viernes el estado de calamidad nacional
• Aún haya municipios que no tienen servicio de luz ni de agua

Soldados buscan entre los escombros de la devastada localidad de New Bataan tras el paso del tifón "Bopha" en el Valle de Compostela al sur de Filipinas

Las autoridades de Filipinas han elevado a 540 los muertos tras el paso del tifón "Bopha" por el sur y centro del país, además de haber dejado 827 desaparecidos y 5,4 millones de afectados en 30 provincias del país.

Aunque durante los primeros días se declaró el estado de calamidad en las zonas más afectadas de dónde proceden casi todas las víctimas mortales (Valle de Compostela, Davao Oriental y Surigao del Sur), el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, extendió este viernes esta situación a todo el país para agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas perjudicadas, entre otras cosas.

Aunque el tifón abandonó el país el jueves, 21 municipios aún sufren cortes de luz y seis áreas padecen interrupciones en el servicio de agua. Además, ocho carreteras y once puentes continúan cortadas para el tránsito rodado. El cálculo provisional de los daños causados a la agricultura y las infraestructuras supera los cien millones de dólares.

El peor tifón de este año

Las prioridades de las autoridades son atender a las personas desplazadas (más de 150.000 personas aún moran en el interior de los centros de evacuación), localizar a los desaparecidos y restablecer las comunicaciones y los servicios.

"Bopha" ha resultado ser el peor tifón que ha visitado el país este año y cierra una temporada que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.

El año pasado ocurrió algo parecido con "Washi", que visitó inesperadamente Filipinas la semana anterior a Navidad y mató a unas 1.200 personas. La deforestación, la proliferación de las minas ilegales, la falta de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de los tifones y las inundaciones que afectan durante la época del monzón a Filipinas.