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Desertores sirios denuncian que les ordenaban disparar con tantas balas como quisieran

  • Al menos 27 habrían muerto en los combates alrededor de un control militar
  • Los combates se han intensificado en los últimos días
  • HRW pide a la CPI que actúe contra militares sirios

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"Nadie os pedirá explicaciones, utilizad tantas balas como queráis". Así se expresó el comandante de una brigada del Ejército sirio ante uno de sus soldados, Amjad, que más tarde desertó y se pasó a la oposición.

El testimonio aparece en un informe difundido este jueves por la organización Human Rights Watch (HRW), que ha pedido llevar ante la Corte Penal Internacionalde las Fuerzas Armadas sirias, a los que identifica como responsables de ordenar el uso de fuego real contra los manifestantes opositores al régimen.

"Son crímenes contra la humanidad y deben ser castigados", ha declarado a Efe el director de comunicación para Oriente Medio y el Norte de África de la ONG, Omar al Isawi, que ha calificado la situación en Siria de "demasiado grave e inaceptable".

"Esto no es solo cosa de Human Rights Watch, de Naciones Unidas o del Consejo de Derechos Humanos es una cuestión de una importancia tremenda que afecta a todo el mundo", ha manifestado Al Isawi, que ha subrayado la necesidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU lleve el caso de la represión siria ante la justicia internacional.

Testimonios de desertores

En el informe, la organización pro derechos humanos recoge los testimonios de unos sesenta militares disidentes de las tropas del régimen de Bachar al Asad.

"Soldados desertores nos dieron nombres, rangos y posiciones de quienes dieron las órdenes de disparar y matar", asegura en un comunicado la directora adjunta de Emergencias de la ONG, Anna Neistat, que agregó que el informe salpica a "los cargos más altos del Gobierno sirio".

Sesenta desertores identifican a 74 comandantes del Ejército sirio "responsables de los ataques a manifestantes desarmados", que incluyen palizas, torturas, ejecuciones sumarias y denegación de la atención médica a los heridos.

En otro testimonio, un desertor que se identifica como Hani recuerda cómo durante una campaña de arrestos en el barrio de Moadamiya, en Damasco, un coronel les pidió que golpearan con fuerza a la gente en la cabeza y les recomendó no preocuparse por las consecuencias.

"Mi corazón hervía por dentro, pero no podía demostrarlo porque sabía lo que me pasaría", cuenta Hani, cuya unidad propinó palizas a los opositores al régimen del presidente Al Asad, que desde el pasado mes de marzo piden su caída.

Tres de los desertores describen ejecuciones sumarias de diecinueve personas, entre ellos soldados que se negaron a cumplir las instrucciones de sus superiores y disparar contra los manifestantes.

"En algún momento el coronel se dio cuenta de que Yusuf solo disparaba al aire", relata el soldado Habib, que narra cómo el mejor amigo de Yusuf en la brigada se vio obligado a dar la orden de ejecución a un francotirador que "disparó a Yusuf dos veces en la cabeza". Habib asegura que al día siguiente la televisión siria mostró el cadáver e informó de que había sido ejecutado por terroristas.

La ONG concluye que los líderes militares y civiles sirios tienen conocimiento de las violaciones cometidas por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes, pero que el hecho de que las autoridades las nieguen representa un "fracaso para cualquier acción significativa para detener estos abusos".

La revuelta contra Al Asad comenzó el pasado marzo y desde entonces han muerto más de 5.000 personas por la represión, entre ellas más de 300 menores, según las últimas cifras de la ONU.

27 muertos en Deraa

Sobre el terreno, al menos 27 miembros del Ejército y las fuerzas de seguridad leales al régimen han muerto este jueves en enfrentamientos con desertores en la provincia meridional de Deraa.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha informado en un comunicado de que los combates se desarrollaron en los alrededores de puestos de control militar y de un complejo policial, y no ha especificado si se habían producido bajas en las filas desertoras.

Esta información no ha podido ser contrastada de manera independiente por las restricciones que el gobierno sirio impone a la prensa internacional.