Enlaces accesibilidad

El presidente italiano se niega a firmar la reforma laboral de Berlusconi

  • Napolitano devuelve al parlamento la ley que regula el mercado laboral
  • Considera que son necesarias más garantías en determinados aspectos
  • La ley permite que un árbitro sustituya al juez en conflictos laborales

Por

El presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano, ha decidido no sancionar y enviar de nuevo al Parlamento para una nueva formulación la ley para el mercado laboral italiano que aprobó el Senado el pasado 3 de marzo y que había generado cierta polémica.

Según informa la Presidencia de la República en un comunicado, Napolitano, acogiéndose al artículo 74 de la Constitución italiana, ha pedido a las cámaras parlamentarias una nueva deliberación sobre la ley, en la que, entre otros asuntos, se introducía la discutida figura del árbitro en los conflictos entre trabajadores y empresa.

"El jefe del Estado ha sido llevado a tal decisión por la extrema heterogeneidad de la ley y, en particular, por la complejidad y la problemática de algunas disposiciones -en concreto los artículos 31 y 20- que controlan temas pertenecientes a la tutela del trabajo, de indudable delicadeza en el plano social", reza la nota.

"Por ello, ha considerado oportuno una ulterior profundización por parte de las cámaras, para que los apreciables intentos reformadores que aparecen en la medida puedan realizarse en el marco de precisas garantías y de y un más claro y definitivo equilibrio entre legislación, contratación colectiva y contrato individual", prosigue.

El problema del árbitro

El artículo 31 de la ley, el que generó mayores protestas por parte de oposición y sindicatos, introduce una vía reguladora alternativa al artículo 18 del estatuto de los trabajadores, que regula las cuestiones de despidos injustificados.

Con la norma, se ofrece la posibilidad de que el trabajador acepte en su contrato la figura de un árbitro que intervenga y decida en los conflictos entre empleados y empresas sobre sus contratos y despidos, y que sustituya a la figura del juez.

El temor de los sindicatos y de la oposición italiana es que el trabajador sea llevado a aceptar ese árbitro en la firma de su contrato y, por tanto, pueda perder derechos con respecto a lo que prevé el artículo 18 del estatuto del trabajador.

La ley del trabajo, aprobada en el Senado sin introducir ninguna modificación con respecto al texto de la Cámara de los Diputados, contiene medidas sobre la jubilación en los trabajos que requieren mayor esfuerzo físico, sobre las ayudas sociales al trabajo, así como sobre los contratos en prácticas.