Enlaces accesibilidad

David Planell: "Mis inseguridades se han disuelto en Málaga. Ya me siento director"

  • El director ha ganado la Biznaga de Oro en Málaga con La vergüenza
  • La cinta se estrena este jueves 30 de abril y cuenta con el apoyo de TVE
  • Planell se siente "pletórico de orgullo" además por el premio al guión
  • Natalia Mateo asume su primer papel protagonista en el largometraje
  • Natalia y David participaron en un encuentro digital en RTVE.es

Por
Natalia Mateo y David Planell, protagonista y director de 'La vergüenza', en RTVE.ES.
Natalia Mateo y David Planell, protagonista y director de 'La vergüenza', en RTVE.ES.

"He salido de Málaga muy reforzado. Tenía muchas inseguridades que se han disuelto allí. Ya me siento director". Así se expresa en una entrevista con RTVE.es David Planell (Madrid, 1967), que con su primer largometraje, La vergüenza, se ha hecho con la Biznaga de Oro en el XII Festival de Cine Español de Málaga, además de con la Biznaga de Plata al mejor guión, firmado por él mismo. Todo un éxito para una película con un corto presupuesto de apenas un millón de euros.

La vergüenza, que cuenta con el apoyo de TVE, se estrena este jueves 30 de abril y Planell, con una laureada carrera como cortometrista, confía en que los premios de Málaga le den un espaldarazo en taquilla, "aunque se estrena en un fin de semana horrible de fútbol y puente".

La película se centra en la pareja formada por Pepe (Alberto San Juan) y Lucía (Natalia Mateo), que se enfrentan a la decisión de devolver a Manu (Brandon Lastra Cobos), el niño peruano que adoptaron hace un año, ante las dificultades en la convivencia, pero descubrirán que los únicos problemas no están en la actitud del menor.

"Con público, la película funciona, emociona, hace reír, el espectador está todo el rato interpelado y sales con una sensación de recompensa", afirma el director madrileño, que reconoce que "otra cosa son ya los mecanismos que hacen que la gente vaya al cine o no". Mientras, Natalia Mateo defiende que es una cinta "que hay que ver, porque es muy bonita, y habla de las cosas no dichas en la familia, por lo que todo el mundo se puede sentir identificado".

Historia dura, pero con resortes para aliviarla

La película -que se desarrolla en la mañana en la que Pepe y Lucía deciden devolver al niño- cuestiona los valores de una pareja aparentemente progresista y de izquierdas, pero que también tiene sus "flaquezas y debilidades" y vergüenza, "ese miedo a reconocer en voz alta algo que te pasa por dentro", según Planell, al que siempre le ha interesado mucho el tema de la adopción desde el punto de vista artístico.

Por ello, el director apunta que la cinta tocará "algún resorte de incomodidad" en el espectador, pero también le ofrece "recompensas" y tiene determinados momentos de humor que alivian la tensión, "porque el drama entra mucho mejor cuando hay un poco de ligereza y de descargar la energía con una carcajada".

Para lograr ese equilibrio ha jugado un papel fundamental Alberto San Juan, que para Planell ha sido "crucial", ya que "necesitábamos a un actor que no nos echara de la premisa de la película porque fuera demasiado bruta".

"Alberto aporta unas dosis de encanto y de carisma que a la película le vienen muy bien, precisamente para aliviar eso. El personaje masculino era importantísimo porque sobre su espalda recae mucha responsabilidad. Y no todo el mundo podía aguantar una peli solo", asegura Planell, quien confiesa, además, que Pepe es "un poco" un alter ego suyo, pero llevado al extremo. 

Un equipo familiar

En el equipo de La vergüenza realmente San Juan era el único 'extraño', porque básicamente todo, desde actrices (Ester Ortega y Marta Aledo, además de Mateo) a productora, ha sido el mismo que Planell había usado en sus cortometrajes anteriores.

"Alberto decía que le impresionaba mucho el entrar en el pack de nuestra familia, que nos admiraba mucho. Pero es un camaleón y se ha adaptado a nosotros y a nuestra forma de trabajar, además de ser muy generoso", afirma Natalia Mateo, quien está dispuesta a incluirlo en el grupo. "Entra en la familia por la puerta grande y para cenar en Nochebuena".

En esta película, Natalia Mateo -Siete mesas de billar francés (2007) y El patio de mi cárcel (2008)- ha asumido su primer papel protagonista en largometraje, aunque en el corto ha recibido varios premios, trabajando con Planell. Confiesa que no ha sido hasta ahora, después de acabar la película y ser premiada en Málaga, cuando ha empezado a "notar la diferencia", porque "trabajo igual para un secundario que para un protagonista".

"Ahora me doy cuenta de que se me mira más con lupa y de que hay más expectativas, pero me siento muy segura de la mano de David Planell. Y ahora me estoy haciendo cargo del maravilloso regalo que me han hecho y lo estoy viendo con muchísima gratitud", explica.

Natalia, pareja de David, con el que tiene un hijo, reconoce que ha vivido momentos "muy difíciles" interpretrando a una madre que quiere devolver a un hijo. Máxime cuando el personaje, además, es poco afectivo, "todo lo contrario a lo que yo soy". "Hay algo muy triste en el personaje que yo le he regalado y que pasa por haber pasado por encima de mis sentimientos", asevera. 

Planell y Mateo sólo tienen palabras de elogio para el pequeño protagonista, Brandon Lastra Cobos, hijo de inmigrantes y con la cabeza muy bien amueblada, que quería hacer la película para poder pagarse un campamento de fútbol en verano, su verdadera vocación.

Guionista pletórico

Planell, que ya trabaja en futuros proyectos, defiende especialmente el premio recibido como guionista, del que se siente "pletórico de orgullo".

"Me encanta ser director y me va a aportar cosas buenas y muchas sorpresas, pero yo realmente soy escritor y me siento escritor y no voy a renunciar a eso", afirma Planell, que ya desveló en Málaga su pasión por Shakespeare, David Mamet y Rafael Azcona.

Ahora, el prometedor director madrileño intenta centrarse para poder seguir haciendo lo que, por el momento, más le gusta: escribir guiones. Que las musas le sigan inspirando.