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La crisis financiera marca el rumbo de la campaña electoral en EE.UU

  • McCain queda en evidencia tras cambiar su postura sobre la intervención en AIG
  • Obama critica la "economía fallida durante los últimos ocho años"
  • Según las encuestas, los votantes confían más en los demócratas en tiempos de crisis  

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La crisis en los mercados ha cambiado de la noche a la mañana los temas y el tono de la campaña electoral estadounidense, y ha colocado a la defensiva a John McCain, el candidato que había abogado por menos regulación financiera.

Hace una semana, el debate era sobre si el candidato presidencial demócrata, Barack Obama, se refería a Sarah Palin, la "número dos" de McCain, cuando dijo que "por pintar los labios a un cerdo, no deja de ser un cerdo", una expresión común en inglés equivalente a la española de que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

Esa controversia beneficiaba, según los expertos, a la campaña de McCain, que había acusado a Obama de sexista, pero con la explosión en Wall Street, todo eso es agua pasada y quien está en la silla incómoda es ahora McCain.

Su difícil posición ha quedado de manifiesto al revisar su postura respecto a la intervención pública de American Internacional Group (AIG), la mayor aseguradora del país.

En un comunicado, McCain ha señalado que el gobierno "se ha visto forzado a comprometer 85.000 millones de dólares para evitar la quiebra de AIG" y ha dicho que el objetivo debe ser proteger a los clientes de la empresa y no a sus directivos. Sin embargo este mismo martes McCain fue categórico en su oposición a que la mano del Gobierno sostuviera a AIG.

 "No, creo que el contribuyente estadounidense no debería cargar con el peso de AIG, y estoy contento de que el secretario (del Tesoro Henry) Paulson parece haber tomado la misma postura", afirmó entonces en una entrevista en la cadena "ABC".

Esa opinión se encuadra en la percepción republicana del gobierno como un impedimento frecuente al florecimiento económico y el libre mercado en el camino hacia la prosperidad.

  

Con la calamidad acampada en Wall Street, los promotores de esa visión están ahora mudos en Washington y el gobierno republicano ha puesto dinero público para salvar no sólo a AIG, sino también a los gigantes hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae, y al banco de inversión Bear Stearns.

Obama remonta en la dura campaña electoral

Obama, por su parte, cree haber encontrado un talón de Aquiles en su oponente. La intervención de AIG "es el veredicto final de la filosofía económica fallida de los últimos ocho años", ha dicho en un comunicado. "El senador McCain ha apoyado esta filosofía durante sus 26 años en Washington", ha añadido.

En las encuestas, los votantes tradicionalmente confían más en los demócratas en asuntos económicos, por lo que las lágrimas en Wall Street deberían ayudar a Obama.

Además, las crisis económicas "siempre son un riesgo para el partido en el poder, particularmente un partido que ha ocupado la Casa Blanca durante más de siete años", según Sebastian Mallaby, un analista del Centro de Relaciones Exteriores, un instituto independiente. Esos factores pueden explicar el sesgo que ha tomado la intención de voto en los últimos días.

Tras la Convención Republicana celebrada a principios de septiembre, McCain eliminó la ventaja de Obama e incluso le adelantó gracias principalmente a su elección de la telegénica Palin como su candidata a la vicepresidencia.