Lola y su amigo Hugo hacen experimentos con pintura y sin querer manchan una camiseta de la madre de Lola. Mientras tratan de arreglar la camiseta, Pat está encargado de evitar que Hoodie juegue con las pinturas.

Un ladrón descubre que Lola tiene una hucha y quiere robársela. Son los ahorros que Lola ha ido guardando para colaborar con un refugio de animales y Pat no dejará que nadie se los lleve.

Hoodie observa a las ranas que viven en la charca de al lado. Hacen cosas raras, pero por eso son divertidas compañeras de juegos.

El padre de Lola ha dibujado la última página de su nuevo cómic y no deja que nadie la lea hasta que esté la tinta perfectamente seca. Pero Lola no puede esperar y, al buscarla, un vendaval se lleva todas las hojas del escritorio. Lola intenta dibujar una nueva y Pat, recuperar la verdadera.

Lola está muy ocupada con un trabajo para el colegio, pero prometió a la abuela que esta tarde cuidaría de Pompón. Pat tendrá que encargarse de él. Cuando Pompón lee un cómic de kung-fu, se lanza a buscar retos para poner en práctica todo lo aprendido. Pat hará lo posible por protegerle.

Hoodie va tras su ratoncito mecánico, que ha salido a toda velocidad hacia la casa de los vecinos, directo a la caseta de un gigantesco perro.

Pompón, el hámster de la abuela, está listo para el concurso de agilidad de mascotas, pero Víctor cree que lo ganará su perro Tank. Los pájaros roban el móvil de Víctor, donde tiene guardada la música que usa Tank para el concurso.

Lola ha conseguido que el mejor fotógrafo de perros venga a fotografiar a Pat, pero hoy a Pat le pasa algo muy raro y no puede controlar su cuerpo. Los pájaros están detrás de este desastre.

Lola debe dormir bien esta noche para que la presentación que tiene que hacer en clase le salga fenomenal. Pat se encargará de que nada la despierte. El gato, los pájaros y el perro, le tendrán ocupado toda la noche, pero merece la pena el esfuerzo por el descanso de Lola.

Lola practica sin descanso la voltereta, aunque Víctor se ríe de sus esfuerzos. Lola va a usar un truco: soñar con la voltereta para hacerla perfecta.

Mientras Lola y Víctor preparan juntos un trabajo del colegio en casa de Víctor, Pat protege al curioso Hoodie de los peligros del jardín de Víctor: Tank y los pájaros.

Lola ha ganado una medalla en el concurso de salto a la comba. Víctor está celoso y Lola le anima a entrenar para participar y ganar su propia medalla. Mientras, Pat está muy ocupado persiguiendo a los pájaros, que han robado la dorada y brillante medalla de Lola.

Los dueños de Hoodie han instalado un sistema de reconocimiento que no deja que los animales desconocidos entren a casa por la gatera.

Lola ayuda a sus padres a montar una exposición de cuadros en el museo para recaudar fondos para una asociación. Hoodie y Pat van con ellos. Así, Pat tendrá que cuidar de que Hoodie no haga trastadas, al tiempo que protege los valiosos cuadros de los intentos de robo de un ladrón.

Lola y Pat cuidan de Pompón, el hamster de la abuela, que tiene un capazo muy moderno con muchas posibilidades que descubrirán Hoodie y los pájaros.

Subirse en el robot aspirador puede ser muy divertido para un gatito, pero Hoodie pronto descubre que el aspirador puede convertirse en un peligroso depredador.

Lola y su madre hacen limpieza para donar juguetes que ya no usan. Encuentran a Julieta, una muñeca especial para Lola que los pájaros también quieren. La misión de Pat será rescatar a Julieta de las garras de los pájaros.

Tank, el perro de Víctor, está muy triste porque los pájaros ladronzuelos le han quitado su juguete y solo se lo devolverán si a cambio Tank les da a Hoodie. Solo Pat podrá ayudarle a recuperar el juguete y salvar a Hoodie

Hoodie inventa mil maneras para cazar el patito de goma que está nadando en la bañera. Una bañera llena de agua es un sitio en el que un gato no querría caer, pero peor sería tener que tener que enfrentarse a una gigantesca piscina.

El ruidoso cortacésped, el pájaro cantarín, el perro con hipo,... hoy es difícil que Hoodie pueda echar su necesaria siesta gatuna en el jardín.

Lola se queda sola en casa y tiene planes de divertirse con Pat, pero la abuela viene a hacerles compañía. Lola y Pat pasan la tarde cuidando de la abuela, que no ve bien pero no quiere ponerse las gafas. Cuando las gafas de la abuela caen en manos de los pájaros, todo se complica aún más.

Lola va a comer al parque con su amiga y con Víctor. Cuando por fin puede merendar, Lola descubre que alguien le ha cambiado el sándwich. Cree que ha sido Víctor y decide devolverle la misma broma, cambiando su sándwich por otro súper picante.

Sacar el pez de la pecera está siendo una misión imposible para Hoodie, pero no va a rendirse. De tanto insistir, Hoodie acaba dentro de la pecera y el pez, fuera.

El cobertizo está lleno de cosas para jugar. Hoodie ha visto un brillante adorno navideño que no puede dejar escapar, por difícil que sea alcanzarlo.

El comedero de Hoodie está vacío pero él sabe dónde guardan su comida: en un armario muy alto de la cocina. Tiene que conseguir llegar hasta allí.

Lola va a regalarle a su madre un puzle para el día de la madre. La última pieza del puzle no aparece y Pat sospecha quién puede estar detrás de este misterio: Hoodie y los pájaros ladronzuelos.

Los pájaros ladronzuelos están haciendo de las suyas. Quieren entrar en casa de Lola, pero para eso antes tienen que librarse de Pat, que los vigila.

Pat el perro está haciendo un postre con leche. Hoodie quiere tomar leche pero Pat no está dispuesto a dársela.

Mientras juega con Pat y Hoodie, Lola escucha el hermoso canto de un pájaro. Busca en el libro de ornitología de su padre y descubre que el pájaro es en realidad un loro. Lola quiere hacer una foto del pájaro y convertirla en una estrella en su colegio. Pero los guanos están celosos.

Para gastar una inocentada a Lola, Víctor le hace creer que ha visto a Hoodie en el metro, cuando en realidad Hoodie está encerrado en su habitación. La angustiada Lola sale corriendo a buscar a su gatito, seguida por el bromista.

El enorme árbol del parque va a ser cortado para hacer sitio a un nuevo aparcamiento. Lola está indignada. No pueden hacerlo. Es nuestro árbol especial. Con la ayuda de Víctor, Lola decide protestar contra el plan, mientras que Pat forma una alianza con Tank y los Guanos para salvar el árbol.

Lola está encantada, acaba de ganar el primer premio de un concurso y podrá ver a su estrella favorita, ¡Justin Beaverlake! Sólo hay un inconveniente, la estrella es alérgica a los animales. No hay problema, Lola decide que Víctor cuide de Pat y Hoodie.

Lola recibe una invitación del museo para asistir al estreno de una exposición sobre especies extinguidas con una de sus amigas. Cuando llegan, el director del museo les da a los niños dos réplicas de huevos de dinosaurio que tienen que depositar dentro del nido del pterodáctilo.

Lola inscribe a Pat en un programa de entrenamiento de perros bomberos. Pero Víctor está convencido de que Tank está hecho para el trabajo. Se celebra un concurso improvisado compuesto por una serie de ejercicios prácticos, al final del cual Lola y Pat ganan su diploma de luchador.

Al final de su relación con su enemigo jurado Pat, los Guanos deciden acabar con él. Con un poco de ayuda de sus amigos pájaros, deciden mostrarle al perrito de qué están hechos. Nuestro héroe tiene que evitar una pesadilla cuando la horda enemiga entra en tropel.

Lola y sus amigos tienen que ver una actuación en el Circo de la Luna, pero desgraciadamente se la pierden. No se preocupan. Lola decide montar su propio espectáculo con Víctor. Naturalmente, el evento promete ser de todo menos tranquilo para Pat, ya que Tank se niega a ser domado tan fácilmente.

Lola y Pat participan en un gran evento flash mob. Han ensayado mucho y todo está preparado. Excepto que Hoodie le ha contagiado las pulgas a Pat. Tantas pulgas que se apoderan de Pat. Nuestro héroe tiene que deshacerse de los intrusos mientras impide que los Guanos secuestren a Hoodie.

Hoodie tiene una infección ocular y tiene que llevar una burbuja protectora especial. Lola le pide a Pat que lo cuide. Pero los Guanos deciden que es la ocasión perfecta para deshacerse del gatito. Y lo que iba a ser un día fácil para Pat se convierte en un partido de béisbol con Hoodie como pelota.

En el jardín, Lola está experimentando cómo plantar sandías. Sobre una de las sandías, rocía un potente fertilizante, que además es muy peligroso. Los productos químicos contaminan el suelo, convierten a Hoodie en un gato salvaje y transforman a los Guano en feroces aves de rapiña.

Lola y sus amigos tienen que entregar una tarea de matemáticas para el día siguiente. En lugar de hacer sus propios deberes, Víctor decide esperar a que las chicas terminen su tarea y robarles los cuadernos. Pero Pat se ha dado cuenta de su estratagema.

La madre de Lola ha instalado una aplicación de Geocaching en el teléfono de su hija. Lola está encantada y sale a jugar. Víctor también decide instalar la aplicación para encontrar el tesoro antes que su vecino. Los niños salen en busca del tesoro escondido y Pat ayuda a su mejor amiga.

Al ver que Pat y Tank han engordado, Lola y Víctor deciden poner a ambos en un programa de entrenamiento físico para perros. El que pierda tiene que comprar el helado. Pat tiene que ganar la carrera y también evitar que los Guanos atrapen a Hoodie y lo lancen a la trituradora de ramas.

Lola prepara un paquete para enviar a su amigo por correspondencia japonés. Pero los Guanos han estado observando y tienen una idea. Engañan a Pat para que caiga en una trampa y quede preso dentro de una jaula.

Pat no se encuentra muy bien hoy. Se ha resfriado y no puede oler nada. Lo cual es una pena para su mejor amigo, que necesita un favor de él. Hoodie ha desaparecido y el famoso sentido del olfato de Pat es necesario para localizar al pequeño gatito.

Lola decide utilizar su libro de hipnosis para hipnotizar a su perro. Pero es molestada por su padre que está preparando una comida sorpresa para el cumpleaños de su esposa y necesita la ayuda de su hija. Mientras tanto, los Guanos irrumpen en la casa e intentan apoderarse de Hoodie.

Lola está disfrutando de una tarde tranquila con sus animales, cuando oye a Víctor regañando a un topo e intentando atraparlo. Lola quiere que Víctor deje en paz al pobre topo, pero su vecino está decidido a deshacerse de él. Pat consigue salvar al topo de las garras de Tank y se lo lleva a Lola.

Cuando Víctor se va de fin de semana, Lola se ofrece a cuidar de Tank aunque sabe que Tank y sus mascotas no se llevan bien. Pero cuando Tank desaparece, cunde el pánico. Pat sigue las pistas y descubre que los Guanos han estado utilizando a Tank para producir electricidad para su televisión.

Pat va al veterinario para que le quiten la escayola de la pierna. Pero en la sala de espera, Hoodie libera accidentalmente a un cachorro de su jaula. El cachorro se escapa y Lola lo persigue, dejando a Pat a cargo de Hoodie. Los Guanos aprovechan la oportunidad para capturar al gatito.

Lola encuentra una lámpara que su madre ha estado buscando. Ahora tiene que encontrar un juguete viejo para intercambiarlo con la lámpara y finalmente se conforma con su muñeca, la "comandante Sandy", una muñeca que siempre ha asustado a Pat. Esto da una idea a los Guanos.