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Los últimos enfrentamientos entre ciudadanos kurdos y las fuerzas del orden turcas han dejado al menos 12 muertos. Los kurdos exigen a Ankara que se implique en la lucha contra el Estado Islámico, que intenta hacerse con el control de la ciudad de Kobani.

Al menos 14 personas han muerto en las últimas horas en Turquía en protestas y enfrentamientos desencadenados por la ofensiva del Estado Islámico (EI) en la vecina Siria y la resistencia de la ciudad kurdo-siria de Kobani.

Los incidentes han tenido lugar en regiones del este y el sureste, donde la población kurda es mayoritaria, pero también en la capital, Ankara, y en Estambul.

Los manifestantes, en su mayoría jóvenes kurdos, se han enfrentado a la Policía para protestar por la inactividad de Turquía, que no ha prestado ayuda a Kobani. Interpretan esta pasividad como colaboración tácita con el EI para acabar con las Unidades de Autodefensa (YPG), milicias kurdas del norte de Siria, vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Los manifestantes han lanzado piedras y han quemado neumáticos y coches. Los agentes han respondido lanzando gases lacrimógenos y usando cañones de agua para dispersar a los manifestantes.

Las autoridades declararon el martes un toque de queda en seis provincias.

Turquía cambia de actitud. El presidente Erdogan ha mostrado por primera vez, una clara disposición a unirse a la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico. Ha sido al regresar a su país tras participar en Nueva York en la Asamblea General de la ONU.

La coalición liderada por EE.UU. ha realizado bombardeos en Irak y Siria. También se han producido ataques en la zona kurda ocupada por los yihadistas cerca de la frontera con Turquía.