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En Túnez se ha celebrado el funeral de estado en honor al presidente Essebsi, uno de los padres de la transición democrática en el país, que murió el jueves a los 92 años. A la ceremonia han asistido destacadas autoridades internacionales entre ellas el rey Felipe.

A pesar del intenso calor, miles de personas han despedido en la calle al presidente Essebsi, trasladado desde el palacio de Cartago hasta el cementerio del Djellaz tras la ceremonia oficial a la que han asistido autoridades internacionales, entre ellas el rey Felipe, el presidente de Francia Emmanuel Macron, el presidente palestino Mahmud Abás, el emir de Qatar o el rey de Marruecos. En sus intervenciones se ha destacado su papel histórico en la transición democrática tunecina iniciada en 2011 tras la llamada revolución de los jazmines.

Essebsi fue un elemento clave en la crisis en 2013 logrando el consenso político gracias a su estrecha relación con el líder del movimiento islamista conservador Ennahda. Ganó las elecciones y en diciembre de 2014 se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en el país. Desde entonces no cejó en apostar por el diálogo con las diferentes fuerzas incluso a costa de enfrentarse con el partido en el gobierno. La última discrepancia: negarse a firmar una enmienda en la ley electoral aprobada en junio en la Asamblea que consideraba excluyente al dificultar la presentación de candidaturas independientes en las próximas elecciones presidenciales que se adelantarán al próximo 15 de septiembre.

Dos ataques suicidas se han producido en el centro de Túnez. Los primeros datos hablan de un muerto y ocho heridos en estos atentados. Un coche patrulla en una céntrica calle de la capital ciudadana ha sido el objetivo del primer ataque suicida.

En el suceso ha muerto un policía y el autor del ataque suicida.  También otra persona se ha inmolado frente a una comisaría y han resultado cuatro policúas heridos.

Un tribunal de primera instancia tunecino ha condenado a cadena perpetua a siete hombres acusados de participar en los atentados yihadistas que en 2015 segaron la vida de 60 turistas extranjeros. Tres pistoleros ametrallaron en marzo y junio de 2015 a decenas de turistas en el museo de El Bardo, en Túnez capital, y un playa de la ciudad balneario de Susa. En el primer atentado perecieron 22 personas, entre ellas dos ciudadanos españoles, y en el segundo 38 turistas de diferentes nacionalidades que pasaban unos días de descanso en un hotel de lujo de la ciudad.Todos los ataques fueron reivindicados por grupos locales vinculados a la organización yihadista panislamista Estado Islámico.

Nos acercamos a las protestas que en los últimos días se producen en las calles de Túnez, escuchamos cómo ha sido el debate sobre la gestión migratoria en Estados Unidos en este 2018. Un año que acaba y que ha sido especialmente tenso en Colombia y con un ambiente de "desánimo", según nos cuenta el escritor Héctor Abad Faciolince. Finalizamos con una mirada a la China del siglo XXI con el presidente de Cátedra China, Marcelo Muñoz.

En Túnez estalló la primera de las "primaveras árabes", y a Túnez han vuelto, estos días las protestas. El detonante ha sido prácticamente el mismo que hace 8 años: un hombre se ha inmolado para protestar contra la precariedad económica en la que está sumido el país.

  • La tunecina, candidata del partido islamista Ennahda, es la primera alcaldesa de una capital árabe
  • Abderrahim lideró la lista de su partido en las elecciones municipales celebradas el pasado mes de mayo

La crisis de los refugiados continúa en el Mediterráneo, donde en las últimas horas han fallecido más de medio centenar de personas en dos naufragios. Al menos 46 migrantes han muerto ante a la costa meridional de Túnez, en el peor naufragio ocurrido en el Mediterráneo desde el pasado mes de febrero, mientras que otras nueve personas -seis de ellos menores- han perdido la vida en Turquía.

Túnez vive una situación económica catastrófica. Siete años después de la caída de la dictadura de Ben Alí, los mismos problemas económicos que prendieron la mecha de las primaveras árabes han vuelto a llevar a los tunecinos a las calles, amenazando la estabilidad que mejor había salido de aquellos levantamientos populares. Un reportaje de Aurora Moreno.

Miles de tunecinos rememoraron hoy el séptimo aniversario de la caída de la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali con diversas manifestaciones independientes que evidencian la creciente fractura social. En la mítica avenida Habib Bourguiba, corazón de aquel movimiento que sorprendió al mundo e hizo florecer las ahora marchitas "primaveras árabes", círculos progresistas y seguidores del islamista partido Ennahda marcharon en direcciones opuestas.

Los tunecinos conmemoran este domingo el séptimo aniversario de la revolución que acabó con la dictadura y desató las "primaveras árabes", asfixiados por los mismos problemas económicos que desencadenaron la revuelta y movilizados de nuevo en las calles para exigir una vez más justicia social. Hace siete años, Muhamad Bonazizi, de 26 años, agonizó durante 18 días antes de morir tras prenderse fuego después de que la polícía le confiscase su carrito de verduras. Multitud de personas salieron a las calle a protestar, en lo que sería el inicio de las primaveras árabes.