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"Si la ayuda no llega pronto, los saqueos se generalizarán y la violencia aumentará". Así lo ha asegurado el enviado especial a Haití de RNE, Fran Sevilla, que ha puesto de manifiesto que "cada hora que pasa la situacíón empeora". (16/01/10)

Jóvenes haitianos se lanzan a la calle, machete en mano, en busca de los recursos que no les llegan con la ayuda humanitaria. "Nadie les ayuda, así que hacen lo que pueden por conseguir lo que necesita", defiende uno de los supervivientes del terremoto.

El reportero de Radio Nacional Fran Sevilla relata su primera impresión de las calles de Puerto Príncipe tras el terremoto. La mayoría de los edificios están dañados, derruidos. Hay miles de víctimas entre los escombros, con gente que sigue atrapada pidiendo auxilio. Los que se salvaron no tienen a donde acudir, vagan por las calles, en el parque, a la intemperie, porque lo han perdido todo.

Los hospitales están o destruidos o prácticamente inoperativos. No hay alimentos, las comunicaciones telefónicas están cortadas y no hay electricidad. En resumen, se puede decir que Puerto Príncipe es una ciudad fantasma, que ha desaparecido tras el seísmo. Tardará años en que vuelva a ser lo que era

  • El Primer Mundo busca en internet noticias sobre desaparecidos en Haití
  • Ingenieros, estudiantes, funcionarios o cooperantes, entre los desaparecidos
  • Muchos se encontraban en el hotel Montana, el único de lujo de Puerto Príncipe

La destrucción absoluta es la protagonista en las calles de Puerto Príncipe. Decenas de miles de supervivientes han perdido lo poco que tenían y se concentran en plazas o en los pocos parques que hay en Puerto Príncipe.

El marido de Pilar Juárez, una de las españolas desaparecidas en Haiti, mantiene la esperanza de encontrar a su mujer con vida. Confía en las labores de búsqueda. (16/01/10)

Los equipos de rescate están tratando de rescatar a supervivientes y han conseguido verdaderos milagros en las últimas horas. Sólo los españoles han sacado de entre los escombros a cinco personas, entre ellas, un niño de dos años que llevaba tres días sepultado con dos cadáveres adultos.

La entrega de comida y agua para los haitianos afectados por el terremoto ha empezado lenta. Las limitaciones para el transporte en las carreteras, destruidas en su mayoría, y la falta de operatividad del aeropuerto son las causantes de que la ONU sólo pueda distribuir este viernes raciones de alimentos para 8.000 personas en la ciudad.

La gente deambula sin saber qué hacer o a dónde ir. Algunos se dirigen como pueden a parques y plazas donde se están concentrando muchos de los supervivientes, otros intentan llegar a las fronteras para salir del país, y los extranjeros más afortunados consiguen coger un avión que les devuelve a sus países y les aleja del infierno.

La noche cae en Puerto Príncipe. Decenas de personas tratan de ponerse a salvo en las calles abarrotadas. Las plazas se han convertido en un campamento improvisado donde los supervivientes pasan la noche a la intemperie. "Hoy dormimos aquí, mañana no sabemos", dice una anciana que permanece en la calle junto a su hija y sus nietos.

La ciudad de Puerto Príncipe ha quedado reducida a escombros y los edificios más importantes de la ciudad, como la catedral, aparecen completamente devastados en estas imágenes tomadas desde el aire.

La vida en Haití ha sido siempre muy complicada, pero el terremoto hipotecará sin ninguna duda su futuro. Estados Unidos ya ha enviado un portaaviones y 3.500 soldados y . A finales de esta semana, serán 6.000. Van en misión humanitaria, pero también para garantizar la seguridad y mantener el orden, si es necesario.

Las tragedias humanitarias consiguen muchas veces que enemigos políticos aunen sus esfuerzos. Cuba ha abierto excepcionalmente su espacio aéreo para facilitar los vuelos estadounidenses de ayuda humanitaria y traslado de heridos.