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Al menos 20 personas han muerto y un centenar han resultado heridas en las últimas horas en la ciudad siria de Homs. Después de varios incidentes entre manifestantes y fuerzas de seguridad durante el fin de semana, el lunes hubo disparos contra el funeral por ocho víctimas de la violencia.

Las protestas y la represión continúan en Siria, donde el régimen de Bachar al Asad ha prometido cambios pero no tolera la oposición. 14 personas han muerto en las últimas horas cerca de la ciudad de Homs en una serie de incidentes confusos.

"Homs está hirviendo. Las fuerzas de seguridad y los matones del régimen han estado provocando a las tribus desde hace un mes. Pero un gran número de civiles tomaron las calles en diferentes áreas de Homs anoche y fueron tirotetados a sangre fría", dice un activista de los derechos humanos citado por Reuters.

Los primeros disturbios se registraron anoche en la localidad de Talbisa, próxima a Homs, al norte de Damasco y cerca de la frontera con el Líbano, donde este lunes se vivía una gran tensión en las calles.

Según testigos, hay tres muertos y varios heridos en Deraa. Están usando munición real contra los miles de manifestantes que piden libertad. Todo esto se produce después de que se conociera que habrá nuevo Gobierno la semana que viene. También los kurdos han salido pacíficamente en la calle. Al igual que pasara en Egipto, se ha acortado la telefonía e internet.

"Siria está siendo objeto de una gran conspiración, cuyos hilos se extienden a países cercanos y lejanos". Con esta frase el presidente sirio, Bachar el Asad, daba un portazo en la cara a los que esperaban que este miércoles anunciase reformas de calado, entre ellas la supresión de la ley de emergencia que rige el país desde 1963.

El presidente de Siria achaca las revueltas a una conspiración. Los más críticos no confían en que se produzcan grandes reformas. El discurso de Asad, un baño de masas, se produce un día después de la dimisión del Gobierno.