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La economía española ha vuelto a entrar oficialmente en recesión. Es lo que sucede cuando se encadenan dos trimestres consecutivos con números rojos en los datos de crecimiento. En el primer trimestre de este año la economía cayó cuatro décimas. Esa caída se suma a la del último trimestre de 2011, que fue de tres décimas. Son los datos del Banco de España, que también sostiene que la tasa de paro podría estar ya en el 24%. La última vez que España entró en recesión fue en el cuarto trimestre de 2008 y no salió de ella hasta principios de 2010.

La economía española cayó el 0,4% en el primer trimestre de 2012 respecto a los últimos tres meses de 2011, de acuerdo con la estimación publicada por el Banco de España. En su boletín económico de marzo, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez constata que el país está en recesión técnica. En comparación con el primer trimestre de 2011, el PIB cayó el 0,5% tras siete trimestres de subidas interanuales. El empleo siguió bajando, aunque de forma "ligeramente menos acusada" que en el cuarto trimestre de 2011, con un descenso interanual cercano al 4%, aunque la tasa se acerca al 24%.

La economía española volvió a decrecer en el primer trimestre del año y la destrucción de empleo se intensificó, según el Boletín Económico del Banco de España correspondiente a marzo en el que constata que el país está en recesión técnica. El organismo supervisor no avanza datos concretos en este boletín, pero señala que la tendencia observada confirma "la prolongación de la dinámica contractiva" del Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre del año.

El Banco de España apunta en su último boletín económico que la actividad de la economía española prolongó "su dinámica contractiva" en el inicio de 2012 según se desprende de los indicadores coyunturales existentes, "todavía escasos". Además, la institución valora la reforma laboral aprobada por el Gobierno, aunque avisa de que la ley podría aumentar el paro si no se aprovecha la flexibilidad interna que proporciona a las empresas. "Los efectos globales de la reforma favorecerán la creación de empleo", asegura el Banco de España, que también advierte de que "en el horizonte más inmediato, de fuerte debilidad de la actividad, si no se aprovechan con intensidad las medidas de flexibilidad interna aprobadas para adaptar las condiciones laborales a las necesidades específicas de cada empresa, se podría producir todavía alguna reducción adicional del nivel de empleo".